Hazlo amigo, hazlo.
De Angelillo de Uixó.
Oh compañero de la balsa de Medusa.
¿ No ves mi amado que nuestra balsa va sin rumbo en medio de un paz monótona, sufriendo los golpes de la injusta fortuna, el revés del amor, y el tedio de una vida sin movimiento?
¿No ves mi amado compañero que la llama del candil de nuestra existencia apenas alumbra estás tinieblas?
¿ OH a donde vas, a donde vas, hermano?
Ya no nos queda fuerza para remar, y el mar está muy calmo, necesita mucha energía para poder movernos.
El movimiento es vida, y nosotros no nos movemos.
Yo renuncie a la voluntad, al movimiento.
¿Se puede vivir sin voluntad, sin rumbo?
Oh si hermano. La voluntad la energía que nos quieren imponer no se puede. Es cómo la inteligencias: se nace con ella.
Yo lo supe pronto y aquí estoy contigo.
Pero tu compañero no lo hiciste, y sufres.
Yo no sufro por no tener voluntad, ni fuerza, por no brillar, ni por sufrir el desprecio de los demás.
Me gusta.
Pero tu ángel mío sufres, y yo me conmuevo
Oh amigo hazlo, hazlo.
Apaga esa débil llama, deja que otras llamas más fuertes brillen en la oscuridad de la existencia y disfruten de su luz hasta consumirse en su vorágine, plenos, dichosos, felices.
Hazlo amigo, hazlo.
Yo te ayudaré.
Hazlo amigo, hazlo. por Ángel Blasco Giménez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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