Coplillas de ETA a la muerte de Miguel
Ángel Blanco.
Canta, Oh pájaro Sumsum, voz del
amanecer en este triste lugar, aquella hermosa canción de libertad,
de aquel pueblo libre cerca de la marca España.
Canta en ésta prisión, esa canción
de libertad.
Abre sus alas el pájaro Sumsum,
largas cómo las de un cóndor.
Su cuerpo tiene los colores del arco
iris, la bandera de Cuba, Venezuela, y los de la selva.
Fuertes son sus garras, llenas de
sangre del águila del imperio derrotada sobre la tierra en la
batalla por la libertad.
El rostro del pájaro Sumsum, tiene el
gesto noble y fraternal, es cómo el del hermano Hugo Chávez. Entona
su voz melodiosa, libre, y suave.
Canta a los presos políticos del
estado fascista español, y a los del mundo entero, desde las rejas
de una prisión para que derriben los muros:
Tiene Miguel Ángel Blanco, mamita mía,
mamita mía.
La ropita blanquita, la ropita
blanquita.
Lleva corbata, va todo muy limpio-
mamita mía, mamita mía.
Habla educado, cómo un señor muy
ilustrado- mamita mía, mamita mía, aunque solo diga tonterías.
Viva España, viva España, viva
España- dice muy docto- mamita mía, mamita mía.
Lo dice sobre los bosques libres de
robles milenarios, sobre las ovejas libres, sobre las vacas del prado
libres, sobre los pollos del corral, sobre los asnos , sobre los
niños vascos que corren por el monte con una cometa desnudos,
libres, y le tienden la mano a sus hermanos franceses que silban la
Marsellesa.
Lo dice sobre las madres acurrucadas en
la cabaña cerca del río, con sus senos desnudos y fértiles dando a
los nuevos vascos de mamar- mamita mía, mamita mía.
Hay que impulsar la economía, quitar
la tradición, trabajar más, mucho más, día y noche, sin
descansar, hacer recortes para ahogar al pobre, eliminar los fueros.
Debe imitar nuestro pueblo las costumbres y prácticas de la sociedad
Norteamericana, buscar el triunfo de forma individual, chafar a otros
vascos para triunfar, ser un líder, hacer festivales de flamenco,
corridas de toros, deforestar los bosques de Euskadi y hacer pistas
de pádel, aeropuertos sin aviones y urbanizaciones- dice Miguel
Ángel Blanco, mamita mía, mamita mía, mamita mía.
Y las ovejas, y las ovejas, y las
ovejas, y las vacas, los bosques, los niños y las madres, tiemblan,
tiemblan, tiemblan, tiemblan y lloran, mamita mía, mamita mía.
Es Miguel Ángel Blanco, mamita mía,
mamita mía, un cónsul, un Pompeyo del imperio, un romano sobre el
Rin, azote de pueblos libres y bárbaros.
Y nuestros mozos, y nuestros mozos, y
nuestros mozos, mamita mía, mamita mía, desde el monte que bien
resisten, que bien resisten, que bien resisten, con la escopeta.
Y desde España, y desde España, y
desde España- mamita mía, mamita mía, ya están llegando gitanos,
escribanos, funcionarios, andaluces y castellanos
Y nuestro mozos, y nuestros mozos,
mamita mía, mamita mía, les están disparando.
Y que bien lo hacen, que bien lo hacen
mamita mía, mamita mía, da gusto verlos.
Ya los españoles se están largando,
se están largando, están bajando consternados a Andalucía, a
Andalucía-mamita mía, mamita mía.
Angelillo de Uixó con cariño,
nostalgia a Hugo. El pueblo español de bien te quiere, su gobierno
es tu enemigo, y el nuestro hermano.
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