miércoles, 14 de julio de 2010
angelillo y su proyecto agrícola
Proyecto agrícola del camarada Angelillo.
Introducción.
No sustantivare demasiado con tecnicismos de mercado utilizando en exceso el malsonante vocablo “ PROYECTO” con el que suele llenarse la boca el mequetrefe.
Ni voy a exponer en estas hojas extraordinarios métodos piramidales para hacer rica a la gente.
Tampoco lo que presento en su extensión actual pueda garantizar trabajo a más de 3 personas, y en el caso de que deseen hacerlo que tendrán una riqueza extraordinaria.
!Las rentas del trabajo no son las rentas del capital!
Este proyecto no es un producto del mercado, más bien es su enemigo.
Antes de desgranar en que consiste, para que no se me asemeje con esos a los que me cuesta reconocer como seres de mi misma especie: Los vendedores y los empresarios, debo aclarar que yo soy un vendedor de aire cuyas palabras carecen de sustancia.
Muy al contrario, están cargadas de trabajo, tierra, raíces, agua, sol, y barro.
Recojo una idea colectiva de emancipación, de auto empleo, de lucha de clases, de esfuerzo, capacidad de resistencia y dignidad. Extraídas de todas nuestras palabras con la que los anarquistas sembramos las mentes.
Igual que no soy un vendedor, tampoco soy un sacerdote del anarquismo.
Estoy libre de todo dogma.
Busco la fuerza de la vida donde está, fuera de los marcos que la estrechan.
Reconozco que un marco que me la hace pesada e insufrible es el capitalismo, y el hombre moderno al que no tolero.
Si es verdad que mirando el pasado, a los 100 años del anarco sindicalismo, tengo una referencia con la que identificarme. Sobre todos en sus primeros años en el siglo XX.
Ese hombre me es más querido que el actual.
Aclarado que no soy un vendedor, ni una persona dogmática, si no alguien que quiere ser honesto con sus ideas principalmente anti capitalista y anti hombre moderno, explicaré en que consiste el proyecto.
Algunos por mensajes anteriores sabéis que tengo muchas tierras para cultivo y soy miembro del comité de agricultura ecológica de Valencia.
Mi cosecha está a punto de ser recogida (quedan 2 semanas) y todo ha ido bien.
Inicie esta idea yo solo para ver como me iba pensando en otras personas ( evidentemente anti capitalista y anti hombres modernos)
Reparto lo que tengo en igualdad a mis semejantes.
Con libertad y fraternidad ofrezco: trabajo, sudor, lucha y sacrificio.
No voy a ocultar de la labor agrícola que presento su carga de pesadez, sus beneficios suficientes para vivir pero austeros, ni los trabajos a los que se debe entregar la persona siendo como un pastor que debe vigilar las verduras de los lobos.
Quien quiera encontrar idiotamente hedonismo en el trabajo donde todo va a ser alegría , placer y carencia de preocupaciones, meta anhelada en el trabajo puerilmente por el hombre moderno, que se haga profesor de parvulario , de carreras universitarias, sindicalista de grandes sindicatos y no venga al campo.
Yo recojo nuestra bandera anarquista con todos sus colores de roja sangre y negra piedra de volcán. Me sirvo del patrimonio de nuestros verbos: lucha, resistencia, esfuerzo y entrega social, y todo lo coloco en las tierras de Benicató y en el compañero que ha de venir.
Antecedentes.
El antecedente de los campos de Benicató es la crisis económica del 2008 y los movimientos de las asambleas de parados.
Esta misma crisis es en la que se apuntala mi proyecto como una barricada, la misma que aun sufrimos y debiera habernos hecho fuertes, la que empezamos a vislumbrar el escenario resultante.
Es un teatro fatídico para nosotros compañeros.
Asistimos sin hacer mucho a la decadencia de los tiempos, comparable a la primera revolución industrial inglesa en 1750.
La gran industrialización del siglo XVIII y el periodo imperialista subsiguiente cogieron al pueblo británico desprevenido ya que no eran conscientes del momento histórico que vivían.
Cuando se inicio esta crisis del 2008 empezamos a retroceder hasta llegar al punto álgido y planeado por el capitalista: La actual reforma laboral, o nuestra derrota de clase.
!Os recuerdo que han pasado dos años de lucha que hemos estado en dique seco!
Hemos cedido, cedido, cedido, hasta menguar como en los viajes de Guilliver.
Yo forme parte de la creación de las asambleas de parados en el 2008 como respuestas de los movimientos anti capitalistas y libertarios a la crisis.
Estuve con ellos, por eso los conozco tan bien y no me tembló la pluma en arremeter contra lo que se estaba haciendo.
Ya percibía entonces disonancias capaces de descarrilar nuestros vagones, como ocurrió.
Fue una cadena de errores, de falta de voluntad y espíritu de combate lo que ha llevado a gran parte de los parados que las poblábamos a la actual situación de frustración, desidia, desmoralización, resignación, inmovilismo y abandono.
Muchos ni hablamos de lo que allí paso, queda para la historia y sus estudiosos.
Ya se analizarán los errores y los perfiles psicológicos de los principales actores.
Proyecto agrícola del camarada Angelillo.
No puedo presentar el proyecto sin quitar de mi cabeza las espinas del pasado con las que se corona.
Sin entretenernos en las anécdotas de las asambleas de parados cuya disección sociológica me reservo para otra ocasión, ya he mencionado que la historiografía de éste proyecto tiene su origen en ellas.
En el 2008 docenas de personas de Sagunto, Valencia y Castellón, teníamos ilusión y ganas de formar cooperativas agrícolas para vivir autogestionándonos y formalizar nuestro ideario económico de reparto colectivo del trabajo y el beneficio.
Sin que mi critica pretenda herir los sentimientos de nadie. He de confesar que algunos compañeros tenían un ideario más cercano al idealismo platónico que al materialismo marxista- hegeliano imprescindible para las labores colectivas agrícolas.
Las idealizaciones seudo místicas cristianas que algunos ven en la la vidorria del campo con ciertos toques siniestros de ese mal llamado hedonismo, les hizo abandonar la ambición del trabajo.
A ese conjunto de debilidades individuales hay que sumar una organización deficiente por parte de las asambleas.
Las cantidades de recursos cedidos, más o menos lo calculo en el momento álgido de las asambleas de parados (verano 2009) , eran más de 2 hectáreas (unos 24 kilómetros cuadrados) de algunas de las tierras más fértiles del planeta. Es decir, de la todo poderosa HUERTA DE VALENCIA, capaz ella sola de alimentar a todo continente Europeo occidental.
Todo aquello se perdió, y no ha habido responsabilidades, como no las hay entre los que propiciaron la crisis.
La responsabilidad se ha difuminado hasta tal punto que creo que nadie ha reparado que hubo cesiones muy generosas por parte de personas que entregaban su tierra a gente joven que la solicitaba para trabajarla y luego no la cogían.
Era un caso de puedo pero no quiero.
Debo contar esto porque Yo soy el último de ese movimiento nacido hace dos años.
Es posible que sea mi proyecto el último resquicio, la ultima brasa de la hoguera de las asamblea de parados, de ahí su importancia histórica en la lucha.
No se muy bien que habrá sido de muchos compañeros.
Es posible que formen parte en estos momentos del sistema de montaje de las grandes multinacionales, las mismas que nos han arrodillado y humillado, las mismas contra las que gritábamos en su contra, o es muy posible que sigan en paro de brazos cruzados.
A vosotros me dirijo:
He vuelto con algo más que una esperanza, con algo forjado como yo: barro orgánico y materia.
Algunos dirán con desdén: el camarada Angelillo vuelve sobre sus pasos.
Es cierto, vuelvo del desierto, pero no lo hago vacío.
He estado caminado por todos y para todos.
Vuelvo como viento huracanado dispuesto a derribar a todo lo que me obstaculice y ayudar a quien este conmigo.
Vuelvo por que luchó. No me resigno a aceptar el capitalismo ni sus reformas.
Ni seré de esos tipos que hablan de lucha desde la retaguardia.
A mi me tendréis en la trinchera con los que quieran estar compartiendo la lucha.
Y si nadie quiere luchar estaré solo: Seré “el ultimo de las asambleas”
Si puedo albergar en esta lucha alegrías y camaradas bien.
Y si lo que recibo por luchar son golpes, heridas, soledad y traiciones, pues también bien.
Regreso a vosotros con grandes extensiones de tierra medida en kilómetros cuadrados.
Me presento esta vez con una cosecha a punto de recoger, diciendo: el que siembra recoge.
Si uno solo puede luchar, muchos también pueden hacerlo.
El proyecto no necesita de adornos barrocos, ni especificaciones tecno- matemáticas
Son cerca de 4 kilómetros cuadrados (ampliables a 3 kilómetros más que tengo parados) para cultivo ecológico en Nules.
Si alguien quiere trabajar siendo dueño de su trabajo puede hacerlo, es pesado, no hay beneficios inmediatos ni enormes, pero es satisfactorio y digno.
El camarada Angelillo del valle de Uixó ( el campesino) a los parados.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario