domingo, 21 de marzo de 2010

Manifestación obrera en Vall D ' Uxó

El día de la muerte de Miguel Delibes recorrían las calles de Vall d' Uxó un grupo de Santos Inocentes.
La comitiva de parados manifestándose semejaba a una larga sombra de ciprés. Su sombra semejaba a la figura de un perro abandonado que busca por las esquinas a su amo.
Trabajo pedían: estos hijo del yugo y del yunque.
Lloran por esto.
No puedo ni quiero compartir su llanto.
El trabajo y el trabajador es uno. Indivisible materia y fin.
¿Un trabajador pidiendo trabajo?
Donde queda el lema: por la dignidad, por la igualdad, la fraternidad, contra el burgués.
¿Quieren seguir en el lodazal para extraer del fango migajas con las que sobrevivir?
¿Por eso nos manifestamos?

Al llegar al sitio acordado las autoridades desde el palco han preguntado:
-¿A que vienes jornalero?
-A por trabajo, a por trabajo- ha dicho nuestro pueblo.
-Buscaremos la manera, manifestaros e iros en paz.
Con promesas ha terminado, y la victima atenida olisqueando por las esquinas en busca de algún hueso se retira satisfecha.
Sonríen los señoritos: Los Segarra, Los Hermanos Ventura, los concejales y la Alcaldesa.
¿A cuantos cogeremos esta vez para trabajar: a cinco, a seis?
Las autoridades y los empresarios han tomado buena nota de la manifestación:
Siete jornaleros pagados de los fondos europeos emplearemos para hacer una nueva urbanización.
A pico y pala derribaran los parados la dura roca. Arrancaran los viejos arboles tirando de las raíces. Arrasarán el lugar para hacer cimientos.
Haremos por hacer, y las bestias hoy inquietas lamerán nuestra mano agradecidas mañana. Pagaremos su inmundo sudor con setecientos euros. Trabajaran doce horas y en un tiempo no mayor de 2 meses. Luego volverán al arroyo. Y por cada uno de estos manifestantes que pongamos en el mercado nos adjudicaremos nosotros treinta mil euros por su sudor inútil.

Los yunteros conocedores de sus penas, de su soledad, de un inferioridad, desconocen su poder.
Si en vez de victimas fueran verdugos yo me uniría a su causa.
!Si estos Espartacos comprendieran que con la fuerza de sus músculos pueden quitarse las cadenas!
!Si dejaran de luchar entre ellos como gladiadores para distraer a los burgueses!
Dejarían de tirar del arado para guiar su destino, agrio y sufrido hasta hoy. Ganarían la libertad.
Pero no la quieren. Y por eso debemos dejarlos ladrar en los callejones, morderse entre ellos, perseguir a sus hermanos inmigrantes, y ser cobardes con las autoridades.
! Que revienten por sus despropósitos!
La libertad se consigue luchando, levantando el puño y mirando a la cara a los hijos.
Diciéndoles:
-Tu no pasaras por esto. Tu no serás un jornalero sin nada más que tu esfuerzo.
Pero eso esta muy lejos de la sombra que arrastran estas personas.
De los pensamientos de nuestros obreros y las organizaciones obreras.
Los obreros de mi tierra han nacido para el látigo, y para estercolar el aire del campo y las fabricas.
Esta subraza fue creada para pasar la vida en una inmunda charca desde la que gritar su desesperación sin que recoja el eco sus desgracias, llevadas por el viento a ninguna parte de la historia.
Angelillo contra los trabajadores que se manifiestan por el trabajo y no por las mejoras de su condición. Por la eliminación del capitalismo, Dios, el estado y la ley.

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