domingo, 21 de marzo de 2010

Declaración para dolores





Declaración para Dolores.

Estaba en la calle solo y abandonado.
Como los viejos campos cercanos.
Caminaba al amparo de ascéticos pensamientos.
Desposeído de sentimientos.
Sin ningún recuerdo de nadie.
Con la pureza blanca de las ausencias.

Caminó sin labrar ningún futuro.
Desafiando la pobreza, al poderoso, al injuriador.
Con el orgullo del vencedor de recoger la cosecha que crece sola.
!Que es la mía y la del gusano!
El pobre fruto de la tierra sin abrir.
Virgen de hierro y sudor.
Pronto se fue la blancura.
Con el repicar de mordedores pensamientos:
! Los de los golpes y manotazos que da la vidas a las gentes!
Me enternecía tanto dolor desangrante.

Cuando escuche tu voz que levanto el vuelo de mi alma,
Atrapada entre los rastrojos en ruina de una vida.
!Que alegría después de tiempo tu llamada!
Que maravilla volver a ver tu sonrisa.
Y acariciar de nuevo con mis manos tus mejillas.
Llenando de recuerdos y pasiones mi tacto.
Pocas silabas han bastado, para recordar a quien tanto quiero.
Y sentir el calor que no logra alcanzar mi estomago.
Alimentado de coles, patatas y cebollas.
Tus palabras me han insuflado la esperanza tras la tormenta,
del campesino que pasa el arado abriendo la tierra.

Me has abierto, Dolores, el apetito de tu compañía.
Y el celo, montador de las grupas del deseo.
Has despertado al gusano que revolotea colmenero entre mis hormonas.
Solo tu, amada Dolores,me haces en pensar lo ilícito.
Abandonar la postura que defiendo desde la fortaleza,
que me hecho en lo alto de una higuera.
Y bajar a la tierra y compartir la condena.
De los que no quieren parecer extraños.


Eres una mujer morena, bella como ninguna.
Que se asoma a verme.
Aunque no compartas mis posturas.
Estamos cerca uno del otro.
Para mi alegría y sufrimiento.
Contemplas como voy buscando:
El camino que me conducirá al hambre y la dignidad.
Tu cariño, tu lealtad, me da junto a dudas alas.
Durante estos tristes días, demasiados largos.
Tanto como un invierno,
He sentido el frío y el fuego de tu ausencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario