Atentar en la maratón de
Madrid, de Angelillo de Uixó.
Manada de corderos en pantalones cortos
y con cara de cal esperando la señal de salida para llegar a la
meta. Rebaño de borregos en la salida de la maratón de Madrid
custodiados por sus verdugos para que no les asesinen otros que no
sean ellos.
La megafonía chirriando cómo un
grillo enjaulado emite el himno nacional interpretado por Medina
Azahara. Da la bienvenida a la maratón al populacho un spiker:
-Señores y señoras, muchas gracias
por asistir a la maratón de Madrid, y correr del punto A en el que
les hemos convocado, al punto B que hemos llamado meta. El primero
que llegue al punto B donde ya ha llegado el presidente Don Mariano
Rajoy, y su majestad Don Juan Carlos, y en un butacón les aguardan
abanicados por un par de negras, tendrá una medalla, el segundo otra
de menos valor, y el tercero un diploma. El resto las gracias, y otro
esfuerzo sin recompensa en su existencia. Así es la vida. Por
cierto, tenemos aviso de posibles atentado terroristas, por su
seguridad estén cerca de la policía que les animara y les vigilará
de cerca, y sobretodo desconfíen de los vendedores ambulantes
mexicanos y peruanos por si junto a los perritos calientes tienen
preparada una olla a presión llena de dinamita. Ahora borregos, a
correr y recordar: el último maricón.
Suena la pistola dando la
señal de inicio y cae el primer maratoniano abatido. El resto de
borregos le chafa y corren los engendros cómo esos paganos salvajes
antropófagos zulúes.
Sus caras, desencajadas tras los
primeros pasos, los labios cómo los de los camellos se mueven
temblorosos, asoman sus lenguas exhaustas cómo los perros. Los
ojos, abiertos cómo ventanas de par en par. Las primeras gotas de
sudor riegan sus frentes , luego los sobacos. El olor de la manada
es repugnante. Los brazos se cansan de ir junto a las caderas y
algunos los levantan pareciendo siux de la pradera. Las rodillas cómo
pistones engrasados suben y bajan haciéndoles avanzar. Sus gritos y
jadeos de endemoniados recuerdan a los de una repugnante orgía de
gays y lesbianas mezclados. El horror, el horror, el horror.
Dos ancianas desde las corralas donde
ven tranquilamente la telenovela, sobresaltadas por el ruido de los
zapatillas nike que retumban cómo aquellas botas en Paris de
aquellos soldados alemanes, salen cómo curiosos pajarillos a la reja
de la ventana.
- Mira Charito que guarras son esas chicas, van enseñándolo todo- le dice Alejandra a Charito al observar a una grupito de chicas exhibicionistas que corren en bikini la maratón. Charito entra al cuarto de baño, vuelve con orinal a rebosar, y lo vacía sobre las maratonianas.
- -tía guarra, asquerosas- chillan las chicas que se descuelgan del pelotón.
-¿les ocurre algo señoritas?-
pregunta el agente Gutiérrez aun con sangre en la manos de la última
manifestación contra el 15-M.
-Si agente, nos han tirado pis desde
ese balcón- señala la chica el balcón pasándose la mano por la
cara mojada de sudor y el pis ajeno, deja su rostro brillante y
hermoso. Las ancianas tras la cortina miran semi ocultas con
discreción y le rezan al niño Jesús.
-Vamos muchachos, tenemos orden de
proteger a estos ciudadanos contra ataques terrorista, provengan de
ollas a presión, cazuelas de barro, u orinales.
Los agentes se bajan la visera, agarran
los bazocas y suben a por ancianas que las bajan a golpes y se las
llevan al juzgado.
-¿Perdonar, vais a pasar por la calle
Colón, podéis repartirme esto y así avanzo? Por favor el corte
inglés me amenaza con despedirme si no lo reparto todo y soy el
sostén de mi familia, por favor marotonianos, por favor- de rodillas
un cuarentón repugnantemente obeso que padece de gota trata
desesperado, abrazando las rodillas de los maratonianos de salvar su
puesto de trabajo.
Los maratonianos, delgados, hermosos,
juveniles, pijos, ante la horrorosa visión de ese saco de grasa
sienten repugnancia.
-Respétate gordo, cuida tu cuerpo- le
dice un moro fibrado pegándole una patada en la boca en el nombre de
Alá y la salud corporal. Cae abatido el gordinflón.
Aparta saco de grasa- le dice una chica
rubia que tiene que sobresaltarlo para no caer.
La propaganda del corte inglés vuela
por la acera en el momento en que asoma Iván, el terrible encargado
de publicidad del corte inglés, la persona más temida de España.
El gordo observa en la acera con los
brazos cruzados el rostro sin expresión ni sentimientos de Iván. A
través de sus gafas de sol observa al gordo en medio de la calle
intentando ponerse en pie y sufriendo todo tipo de insultos y
empujones por los marotonianos, y con la marca corte inglés entre
sus rechonchas manos.
- Agente por favor ¿ puede venir ?- llama Iván al agente Gutiérrez. Saca su carnet de encargado del corte inglés y se lo muestra. Gutiérrez se cuadra ante él. Aquel asqueroso gordo es un anti sistema que está dando publicidad contra el corte inglés, y la marca España. Deténgalo y llévamelo al sótano del corte inglés, yo me encargaré de él- le ordena Iván.
Gutiérrez y sus
chicos se bajan la visera y van a por el asqueroso gordo que
reptando entre los pies de los maratonianos intenta escapar
lentamente.
-¿Qué pasa
gordo, de paseo?- le pregunta Gutiérrez chafando al gordo con la
bota.
-agente soy un
trabajador. Por favor agente, me espera mi mujer en casa. Por favor,
por favor, solo quería ayuda, no iba a hacer nada malo- con los
ojillos de cordero suplica el gordo llorando.
- No me andes
jodiendo gordo. ¿ Un soplapollas cómo tu tiene trabajo habiendo
seis millones de parados? No me jodas patoso, no me andes jodiendo mi
maratón- le amenaza histérico Gutiérrez dándole con la porra y
abriéndole la cabeza. EL gordo exhausto por el cansancio y el golpe
cae sin sentido abatido. Los agente lo cogen de los pies y panza
arriban entre más de 8 agentes lo sacan.
¿ Y ahora cómo
lo levantamos para subirlo al furgón?- pregunta un agente al cabo
Gutiérrez.
-Pues no se
muchacho- responde quitándose el casco y rascándose el cogote.
Yo, yo lo se mi
cabo- le dice un adelantado agente.
Habla López- da
la palabra el agente.
Vera mi cabo, lo
que podemos hacer es atarlo con una cadena larga a la rueda de la
furgoneta, cómo hacemos en mi casa con los perros de presa, así el
gordo no se escapará si se despierta mientras patrullamos, y cuando
vuelva en si ,que suba por su propio pie.
-Muy bien López,
tomo nota de su iniciativa para una medalla, nos ha salvado la
espalda- le replica el cabo Gutiérrez.
Pam, pam, en mi
joroba todos dan cuando corren. Suerte nos darás, me dicen los que
se preparan para la maratón. Míralos, hoy corriendo felices están.
¿No queréis frotar mi joroba o mucha prisa por la meta tenéis?
Esperar, tunos que ahora bajare- un jorobado contrahecho de Madrid,
burlado y humillado por su naturaleza inferior por los burguesitos
que se preparan para correr las maratones observa desde un terrado
la carrera.
-Oh mi humanidad
que no ha conseguido ningún reconocimiento de mis semejantes por mi
joroba, conseguirá el respeto de los maratonianos por mis crimines.
El jorobado se pone el gorro con cascabeles de bufón con el que se
gana los garbanzos mendigando en el metro, y agarrando el instrumento
de la justicia suprema, su AK-47 , dispara una ráfaga abatiendo a
una fila de maratonianos.
A la furgoneta
rápido muchachos- dice aterrorizado el agente Gutiérrez a sus
hombres que corren cómo maratonianos a refugiarse bajo la furgoneta
mientras el jorobado no para de disparar con su AK-47 derribando un
helicóptero que se estrella en la meta matando contra su voluntad,
su lógica y sus motivos, al presidente Rajoy y al Rey . Da sin
desearlo imprime un carácter político, transcendental e histórico
a su reivindicación dandista y chovinista hacia su imagen.
El jorobado cuyo
único objetivo legitimo es masacrar a los deportistas, al ver las
consecuencias funestas de matar al presidente del gobierno y al Rey,
sintiéndose culpable de haber matado a un par de inocentes que nunca
se ha metido con su joroba se pega un tiro quedando sus crímenes
perdonados.
Angelillo de uixó.
Paz al terrorista y a Masacrar al pueblo, que se desangre hasta que
no quede ningún ciudadano no revolucionario.
Atentar en la maratón de Madrid, de angelillo de Uixó by ángel Blasco Giménez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
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