jueves, 12 de julio de 2012

IV Hijoputada.Las rentas garantizadas para la ciudadanía y la xenofobia del Ayuntamiento de Vall d' Uixó.

Las hijoputadas del Ayuntamiento de Vall d'Uixó.
IV hijoputada. Las rentas garantizadas para la ciudadanía y la xenofobia del Ayuntamiento de Vall d' Uixó. El otoño.
Tierra caliente de vall d' Uixó. Días de carafales, truenos artificiales, tracas, calor. Fiestas otoñales de peñas. Los farandules se reúnen sonámbulos por las noches que empiezan a ser cortas en las llamadas cenas de cerdos, o els sopars de porcs. Las gachupinas festeras de vall d' Uixó, muñecas maquilladas y dispuestas, encendidas de frenesí animal de los tiempos del erotismo, envueltas a gusto machista con ropa corta hacen la berrea en la época del celo de las ciervas. Se empujan unas a otras alborozadas en las conversaciones que giran en torno a la felicidad y la supervivencia, es decir casarse con un buen batueco, cuanto más cabestro y chulo faccioso de barrio, mejor. Hay tanto donde escoger, que es muy difícil elegir. Perros abandonados caminan discretos para que no se les acuse de peligrosos y andan necesitados. Se aúpan en la mesa, afinan con el colmillo cuanto pueden. La perrera española empeora. Se avecina un rescate, dan noticias que sobrecogen, sean ciertas o no, sobre una tal prima de riesgo, por la que se piden sacrificios,que los farandules están dispuestos a realizar viviendo de las rentas familiares. Sólo el militarote, el golfo, el cacique, el proxeneta, el carlista, el cura y la puta, sienten a España cómo la tierra a la que amar. La gusanera de los servicios sociales, cloaca indecente que apesta a ratas muertas,es aprovechada por mujeres educadas, con talante humanista, cierto aire rancio y extravagante de científicas, y serviciales a sus superiores. Son las pobres burguesas power flower, o las asistentas sociales.
Algunas solteras, otras casadas, algunas con hijos, otras sin esas desgraciadas cargas por qué lo demoran y se amargan. Pero todas ellas adaptadas a un sistema que las refuerza y las premia cómo los perritos de Paulov. En Vall d' Uixó las perritas del concejal de asuntos sociales y el alcalde son las power flowers. Habla cómo jesuita una power asistenta a un desempleado que ha perdido la vivienda: -El estado no es un padrecito Tomás. No estamos aquí para ayudaros, ni responsabilizarnos de vuestro errores carajo. Tomasito, Tomasito- le susurra acunando al imbécil que tiene delante- busca trabajo- exhorta. -No encuentro nada- responde avergonzado Tomasito cuya cara es un tomate. -Pues ves a cáritas Tomasito- observando la cara lacrimosa del inocente le asoma una gran sonrisa- Venga Tomasito,no hagas un drama, si el señor curita es muy simpático. -Es que me da vergüenza, es limosneo,así no se sale del fregao- pega un eructo y se pone a hipar el engendro con depresión nerviosa. Cacambo, un vendedor ambulante sin ventas ni fortuna. Negro bastardo y mestizo emigrado de Cuba por qué quería progresar camina errático por Vall d' Uixó desde hace dos semanas. Le han guiado unas mujeres piadosas, religiosas, excéntricas, caritativas, cultas, y con ganas de negro, hasta la sotana del señor cura. El cura lo adopta tal cómo hace con los gatos extraviados del barrio. -La venta ambulante, zeñoron cura, camarada, ya no zes rentable - le explica desde la puerta de la sacristía el imponente negro de labios gruesos y voz sabrosona. -Lo se mi negro- responde el cura con voz aflautada- No son tiempos para tu comercio de peluches, despertadores, radios y gafas de sol. Sin embargo, ya ves- le muestra el cura la recaudación del cajón- son buenos tiempos para la iglesia. En la democracia no he visto nunca tanto limosneo. Estamos llegando a la caja de cuando Franco. -¿Y ésta iglesia tan rica y este zeñor cura puede ayudar la negro Cacambo?- le lanza mirada de complicidad. En el fondo de la sacristía la imagen de Cristo crucificado con expresión de placer. -El negro puede darse por salvado con las amistades que ha hecho- asiente con la cabeza, y con curiosidad de cura, cínico le pregunta. -Cacambo,tu que eres Cubano, ¿ estás bautizado? Porque ese Fidel... Claro que si zeñor, zoy de familia católica de la habana, en Cuba chico se respeta a Cristo cómo el primer comunista- hace defensa de la patria Cacambo. El cura horrorizado le hace la señal de la cruz al animal cubano y le tira agua bendita de la pila, por si acaso. Mañana ve a los servicios sociales, te preparan una paga. Muestra esta carta- el cura hace unos garabatos y se los entrega. Cierra la puerta y posa su mano en las fuertes y musculosas nalgas afrocubanas. El negro se pone de rodillas, besa la mano del cuervo de sacristía que ante la imagen del negro postrado a la altura de su entrepierna exclama: -Aleluya, aleluya.
En la gusanera zoológica de los servicios sociales, los desposeídos: locos, enfermos de sida, obreros en paro, gitanos, alcohólicos, moros, mujeres mal llamadas maltratadas, negros... se agolpan sucios y sudorosos en la babélica sala de espera. Cacambo entra y saluda. Es reconocido por los parroquianos por sus deambulaciones cómo vendedor. Toma asiento con una sonrisa. La guardia civil está en un despacho. Los pobres siguen la escena cotidiana sin interés. Sacan del despacho a rastras, con la cabeza llena de golpes y los ojos morados a una piltrafa. Al pasar frente a los coloridos congregados, les chilla : -Solo a vosotros os dan pagas. Desgraciados habéis arruinado el país- el hombre, de edad avanzada, en paro, no ha conseguido prejubilarse, tiene 2 hijos parados, mujer, y suegra. No encuentra trabajo, ni los servicios sociales le ayudan. Intenta pegar una patada a un moro. Una lluvia de porras de la policía le cae sobre el cráneo. Los emigrantes rompen a reír. La asistenta sale triunfadora con las dos orejas y el rabo del pobre miura arrastrado por los caballos verdes de la guardia civil. Llama al siguiente, un sujeto parecido, de mediana edad avanzada, sin estudios y trabajador en paro procedente de una fábrica de zapatos. Sus preferidos. Abre el abanico y le dice: -Venga Manolo, que te toca cariño. El cabestro se levanta esquivando un hilillo de sangre casi coagulada. En el despacho saca el folio de la víctima: -Mal asunto Manolo, me han denegado tu renta garantizada. Pero si tengo derecho- eleva la voz algo tartamuda y engarrafada. Si, es cierto, pero esta todo el país paralizado, han quitado las ayudas sociales- Sonríe la tigresa disfrutando de la cara de horror de su víctima. Pero ¿ que será de mi?- adopta gesto teatral que no es fingido. No seas dramático, que os gusta mucho, sois más listo que el hambre, busca trabajo- le recrimina la asistenta. Pero,pero- balbucea- Oye, se me acaba de ocurrir algo- deja el abanico sobre la mesa- por qué no haces thai Chi. Yo conozco una amiga que da cursos por 50 euros- le dice simpática y enamoradiza la tigresa. ¿ thai chi?- perplejo Manolo se frota las manos por los ojos. Venga, venga, a hacer thai chi y se pasa todo- le acompaña de la mano a la puerta. Pega taconazo y busca al siguiente pasando el abanico sobre los farandules. Detiene el abanico sobre la oreja con aro de oro de Cacambo. Levanta su enorme cabeza de cabellos oscuros rizados. La tigresa le pone el abanico sobre la garganta y tira de el cómo si fuera un sedal. El negro cimarrón va levantando, mostrando su buena talla. Entran los dos al despacho. ¿Cubano?- le pregunta al sentarse. Zi zeñorita, ¿ha estado en la habana? Ya lo creo- le dice extasiada la asistenta. Cacambo le enseña la carta del cura. ¿Cuanto llevas en el pueblo?- pregunta rellenado un formulario. Dos semanas- responde sin dejar de mirar a la tigresa. Te vamos a conceder la renta garantiza máxima, 420 durante 3 años. Solo la concedemos a muy pocas personas, pero creo que te la mereces más que nadie. Gracias zeñorita, el negro está muy contento. Pero una cosa Cacambo,la ayuda tiene condiciones- le dice levantándose y apoyando su cuerpo contra el del negro. -¿Cual condición zeñorita?- pregunta incomodo el cubano. Que le des publicidad al asunto- se sienta entre las piernas del musculoso negro. No comprender este negro- intenta apartar a la mujer inquieto. Cacambo dilucida ese misterio de la publicidad. Pese a su inteligencia inferior, debida no ha cuestiones de raza, si no a ser cubano muy bien dotado y cristiano anti castrista, lo que le ha permitido no pensar para sobrevivir, presiente algo malo. Aparta a la power flower, la mira en la distancia puesto en pie frente a la puerta. La asistenta se ríe y atusándose el pelo le dice: ¿Estas seguro de irte? Cacambo hace ademan afirmativo y se va. Sale. Pese a su fuerza, su corta sensibilidad,su inteligencia de chimpance, observa a los gusanos sentados con ternura y compasión. En la calle, desconcertado,agobiado,echa de menos cuba donde hay más igualdad y oportunidades. El moro Ali, el gitano Samuel, el judío Abraham, el negro Maurice, la mulata Gilberta, el cubano Cacambo, aparecen muertos varios días después de que les concedieran las rentas garantistas. El ministro de gobernación, el de inmigración y cooperación, el ministro de bienestar social, el alcalde de Vall d' Uixó, el concejal de asuntos sociales, la tigresa, celebran la noticia en el despacho del alcalde de vall d' Uixó. En una mesa chocolate, ensaimadas, alguna botella de bebida. Una instancia llega por carta al ayuntamiento. La guardia civil y los medios de comunicación parten a la dirección del remitente. Un pobre humillado, burlado, fanático. Asegura que las ayudas sociales solo se las dan a emigrantes. Espera su detención con la puerta abierta, sentado y aristócrata en su sillón. Colgada de la pared la bandera de España campeona de Europa. En el Ayuntamiento celebran el contenido de la carta: Yo, Manolo, parado de larga duración, con hijos, mujer, padres a cargo, estoy harto de ver cómo a mis vecinos moros les dais pagas sin que hayan contribuido a este país. Estoy harto de esa gentuza que arruinan la patria, por eso les he matado, y lo volvería a hacer si no me detenéis. Óscar Clavell, el alcalde, sonríe con restos de ensaimada en la boca. Descorcha una botella de sidra y hace un guiño a todos, especialmente al concejal de hacienda que calcula las pagas que se ahorra el estado. Con las ayudas sociales matamos dos pájaros de un tiro- exclama. El corcho sube al techo, sueno a tiro y el espumoso liquido repartido por Óscar resbala por los cristales. Las gargantas brindan por la muerte y la miseria llenas de vida, dicha, alegría. Angelillo de Uixó. Ángel Blasco Giménez.

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