miércoles, 11 de julio de 2012

4 hijoputadas del Ayuntamiento de Vall d' Uixó

4 hijoputadas del Ayuntamiento de Vall d´Uixó.
Código: 1207111952412 Fecha 11-jul-2012 18:59 UTC
I Hijoputada. La biblioteca de Vall d´Uixó, el verano. Tierra caliente de Vall d´ Uixó. Días de San Fermín, la colonia emigrada de Navarra vestida de pamplonicos anda cargada y afinada en un remolque de camioneta. Estampa sudamericana en tierras ibéricas. Recorre ganadera el ruedo de Vall d´Uixó. Agitan los brazos aspando el viento en sus alegrías toriles. El cajón metálico de la camioneta danza con ellos adornado con globos y banderas nacionales y regionales. Pita el claxon de la comioneta el “ riaurriau, riaurriau” . Los gachupines calientes del remolque gritan histéricos y empujados unos contra otros, y todos contra las barras del cajón en los frenazos y acelerones. La música sakeriana y Bisbalera retruena gallinera por altavoces mega cacofónicos del camioncillo. La policía local que hace ronda sonríe benemérita y compasiva, algo idiotizada. La porra descansa en la entrepierna calmada. Entregan los agentes unas monedas al conductor estacionado en un vado para minuválidos. Desembarco de falsos navarros. Pasan a un bar de borrachos que cantan bajo la bandera nacional erguida y falica, apuntalada en la terraza tras la victoria de España en la eurocopa. La colonia de tauromaquia navarra baila junto a los farandules ebrios. Cabra gitana en la escalera se mueve a ritmo de organillo. Una coima extiende la mano- Por hambre- exclama con pena, sucia y delgada. Dos gachupinas de la peña por el bar piden voluntades- Por la fiesta-exclaman joviales y radiantes. Los lugareños caminan por las aceras con los ojos entrecerrados, medio cegados por el amarillo llameante que cae del sol. Las calles de Uixó, sucias, secas y malolientes. El ambiente de país rescatado. Inmoral, degradado, carnavalero y esperpéntico. Sábado de Julio. Las bombillas de la biblioteca municipal dicen que está abierta a través de sus grandes ventanas. Los transeúntes pasan de largo, siguen el camión ganadero repleto de pamplonicos danzantes. Un farandul portando una carpeta roja entra en el abandonado edificio. Detrás de la puerta, en una esquina una tarantulilla rehace su telaraña agredida por el conserje. Sube ágil por las escaleras a la segunda planta, la de adultos. Al entrar, cuatro estudiantes arcaicos con cara de opositores giran la cabeza estreñidos. Bajo sus cráneos, librillos de la constitución española en la que apoyan la mano derecha. Una bibliotecaria que pasa las horas, la vida, alza sus ojos semidormidos para atender al usuario. El usuario, pasando por una fila de sillas y mesas mira de reojo los ordenadores que parpadean. Llega al muelle de la mesa mostrador de la bibliotecaria. -Jefa, vengo a ponerme a internet- apoya en el mostrador repleto de librotes y papeles su carpeta roja con un boli enganchado. Saca su carnet de usurario donde se lee, Zacarías, ciudadano de la Vall d´Uixó, número 12.450. -El sábado no hay internet- replica la gachupina casada con el ayuntamiento. ¿Por qué?- replica disgustado Zacarías metiendo su carnet en la cartera de plástico comprada al negro Cacambo. Los de arriba así lo mandan- pía con dulce voz de hembra atrincherada en el nido de su mesa de despacho. Por las tarde entre semana tampoco me podía conectar- expone a modo de queja recurrente Zacarías. En el cartelito lo pone- aclara la funcionaria con expresión que justifica y sirve para dar pasaporte al usuario. ¿Qué pone?- pregunta Zacarías que no entiende de las leyes del cartel. Qué el horario de internet en la biblioteca es por la mañana de lunes a viernes- con el rostro de la Monalisa la funcionaria se siente satisfecha de la evasión y quiebro jurídico legislativo. Los opositores con la constitución en la mano y atentos a la conversación sonríen veniales y triunfadores. Sin embargo las puertas están abiertas de lunes a sábado, incluidas las tardes. No comprendo el motivo...Me urge mirar mi correo, tengo una oferta de empleo- suplicante balbucea Zacarías desesperanzado. No es posible, es cosa de arriba- ladina y bruja señala con el dedo el aire, convencida la funcionaria de que las extravagancia de sus superiores son cosas serias y sacras. Habrá alguna explicación- mira sin mirar a la funcionaria, monótono de hablar con un muro. La biblioteca es para los estudiante- confiesa confidencial y arrastrada en un debate interno entra la razón y la obediencia al superior. Agacha la mirada tras esas palabras cómo una hembra que ha cometido un pecado contra la sociedad , la moral y a si misma. Comprende que se ha excedido en sus explicaciones. Hablar, hablar trae problemas- se dice moviendo la cabeza cómo una paloma. La biblioteca no es solo para estudiantes, es para todo el mundo: jubilados, obreros, emigrantes, incluso amas de casa- Zacarías habla en voz alta, indignado y violentado frente a la funcionaria que se esconde tras la pantalla pensado horrorizada que ha hablado y defraudado al ayuntamiento. Una tos se apropia del silencio, una tos agresiva, una tos artificial, una tos amonestadora y contestaría. Zacarías se vuelve, y mira a los opositores. El más faccioso tose sin escrúpulos, sin medida, sin decoro. El opositor de más edad que ocupa la mesa de estudio más grande se levanta, busca la puerta que resuena a cripta al abrirla. Cruza los brazos a sus espalda y masculla palabras gruesas. Sale al descansillo ruidosamente y entra a la biblioteca un ruidillo semejante al de los torpes ratoncillos de las casas. El opositor da golpecillos con los zapatos a la barandilla del descansillo. La bibliotecaria con gesto disgustado, de mujer atrapada entre dos o tres mundos, se levanta maternal, y sale al encuentro conciliadora con el opositor que la mira con desprecio. -Domiciano, no te cabrees, es solo un ciudadano, y de tercera- le tranquiliza la funcionaria poniendo su mano sobre el hombro. -Llevo ocho años estudiando una oposición a conserje, mañana cumpliré cuarenta años, y aun no he trabajado, y jamás lo haré si no es de funcionario. Sólo pido que la biblioteca sea para nosotros, el gremio de opositores. -Domiciano- responde la bibliotecaria- sabes que cuentas con las simpatías del Alcalde Óscar Calvell, Maria Luisa y el concejal de cultura. Domiciano, perdona la falta del ciudadano. Domiciano, la crisis, el paro, ahoga al pueblo. Domiciano, todo está apunto de explotar. Domiciano, entra por favor y lee la constitución, el ciudadano se irá. Domiciano... Zacarías sale al descansillo. Señorita, quiero poner una queja. El opositor pega una alarido, lanza una mirada asesina al ciudadano de tercera Zacarías, entra a la biblioteca y recoge la constitución marchando al ayuntamiento. Domiciano se ha cabreado- solloza la bibliotecaria a Zacarías. Ambos entran tristes. Los opositores con rostros de asesinos siguen con la mirada cargada de balas las dos figuras encorvadas. Zacarías mira los ordenadores impotente. Los opositores nostálgicos de Franco miran la constitución impotentes.
Las cuatro hijoputadas del Ayuntamiento de Vall d´Uixó.
II hijoputada. La persecución de perros por la policía. El invierno.
Vall d´Uixó, tierra caliente. Días de Navidad, temperatura veraniega, los aborígenes del lugar van en mangas de camisa. España agoniza económicamente, es un carnaval grosero en las vísperas de la natividad. Papa Noeles morenos, bajitos, de rostro sádico, enjutos, cantan rancheras y marchas fascistas borrachos, dejan ver sobre las barbas sus pómulos salientes. Bailan turulatos por las aceras, agarrados a las farolas y a las señales de trafico. Un perro de presa de los casetos ilegales de San Antonio ha roto la cadena. Drama y sangre en las chabolas. Se cuela en la casa de su vecina. Celebra el nacimiento del señor mordiendo a la mujer que pasea la escoba por las baldosas. La noticia sobrecoge a los batuecos del pueblo que miran a sus perros con temor, incluso a los de peluche. Un vagabundo aparece asesinado en una cuneta al día siguiente. La gente se atemoriza pensando que ha sido el perro, pero el forense chilla desde la radio que el asesino ha sido una borrechera. La noticia del vagabundo se abandona junto al cadáver que sepultan en la cuneta. La televisión, la prensa, durante días cubren circensemente el espectáculo del perro. La bestia es capturada y ejecutada en la plaza publica. La vecina cuenta épicamente a Ana Rosa Quintana lo acontecido.- “Ana Rosa, de milagrito estoy viva. Le doy las gracias al señor.”
Varios perros aparecen asesinados en el pueblo. La gente que pasea con sus perros es en ocasiones insultada e incluso golpeada. Al ciego del pueblo le quitan su perro lazarillo llamado Buck ,por parecer peligroso, y le endosan un cerdo vietnamita. La asociaciones de vecinos presionan al jefe de policía para que reaccione y detenga a los perros. -Por favor, por favor, coja inmediatamente a ese perro o llamo a la policía- grita con voz de urraca una gachupina de buen ver, criolla de mil razas del barrio de marginales y traficantes de drogas de Texas. Un perroflauta con rastas barbaras y macaneras, aspecto de pertenecer a la tribu de los hunos, mira con dos perros sueltos que danzan cerca de él a la hermosa marginal de cuerpo mestizo: medio mulata, medio gitana y medio india. -No hacen nada- responde el ingenuo de Parua, reticente a atar a los perros. Saca la flauta que le cuelga de un collar de cuero de perro que le adorna el cuello, y toca unas notas que no agradece la golfa. Vuelve a gritar afinada la joven cómo forma de dialogo esperando ser oída por algún paseante del itinerario Vall d' Uixó- Alfondeguilla. La flauta acompaña al chillido, los perros ladran, un tractor pasa cerca y no quiere problemas. Acelera escandaloso. Voy a llamar a la policía- saca triunfadora el móvil sonriendo al imaginar todo el despliegue y la bulla que va provocar. No llevo cadena- le responde pasándose las manos por la barba el ingenuo Parua pensando que hacer para esquivar a la bullona criolla. Los perros debe ir atados- asevera la jurista chunga de barrio cuyo marido está en prisión por robo de perros para peleas. Si te parece me salgo del camino y pasas, yo me alejare monte a través- le dice con tono sosegado, resuelto y conciliador. Los perros deben ir atados o deberás matarlos. ¿ Qué no te has enterado de lo del perro?- le pregunta mientras Parua va saliendo del camino. Este, observa a la chica , la mira con sorna de anti sistema. Le responde discursivo en actitud y pose de miembro de casal popular y festivales pank: Conozco lo del perro, ese animal vivía al lado de mi casa. ¿ te crees lo que cuenta la televisión? Yo soy de San Antonio, en ese lugar viven caballos, ponny, chotos, cerdos, patos, gallinas , jaurías de perros de caza, emigrantes de albacete, marruecos, murcia, un chino que nunca se lava, y una cría de ciervo cuya madre atropellaron y se zamparon los mismo que la han adoptado para hacer butifarras y cecina cuando crezca. Todos estos animales muerden, sufren, malviven en ese estercolero llamado San Antonio.- La farandula tuerce el labio molesta con la descripción de un lugar próximo, semejante al pudridero de texas donde vive. Da dos zancadas alejándose, ya no le importan que los perros vayan a su encuentro y le olfatean el higo oloroso a hembra en celo o sucia de la regla. Incluso sin temor les toca la cabeza. Acostumbrada y agradecida. ¿No quieres saber lo que paso con el perro?- le pregunta el anti sistema. La farandula ofendida sin motivo, blandiendo en la mano su asqueroso móvil ultimo modelo decorado de forma ordinaria, se aleja por la senda moviendo las caderas pendenjera y violenta. Parua continúa su camino por el deteriorado camino repleto de malas hierbas, algarrobos moribundos, almendros raquíticos, ratas y lagartijas que se esconden entre los zarzales al oler a los perros. Algún que otro paseante con el que se cruza se escandaliza por qué los animales vayan sueltos. Un aullido lastimero llega a sus oídos, dirige la mirada buscando el sonido. Observa un rostro redondo con los brazos aun extendidos y cansados del esfuerzo de haber lanzado algo a la sima de Alfondeguilla. En su cavidad hace guardia trastornado. Los aullidos suben cada vez más fuertes del fondo del agujero. -Eh , usted, que hace ahí- le chilla Parua acercándose hacia el hombre. Parece sumido en una profunda tristeza. Reacciona al ver la bárbaro anti sistema hacía él acompañado de sus dos perros que aúllan solidarios. El farandul comienza a correr por el monte. Parua llega a la sima y asoma la cabeza. Los pelos y las barbas cuelgan cómo raíces voladoras más de un metro, los piojos saltan rescatados del agujero. Entre rocas y dislocado se ve a un perro de lanas de pelaje similar al de Parua. Indignado y violento se lanza en persecución del hombre que alcanza agotado y apoyado en un ribazo. Quedan los dos frente a frente. El rostro rasurado, redondo de luna y sanguinolento, bañado en sudor y grasa brilla enardecido jadeando ante Parua que parece un jabalí furioso en una manifestación contra los recortes. El silencio amarillea el ambiente pútrido de hierbas secas e insectos. El perseguido retira su mano de una piedra del ribazo que cae a sus pies , la deposita en su barriga que se mueve rítmica y oronda a intervalos. Sus pequeños labios resecos y verdosos articulan unas palabras silbantes que salen de sus dientes sarrosos. No podía hacer otra cosa, no podía- gime en el paredón de piedra seca. Siempre hay alternativas, siempre- recrimina Parua. Yo quería a Lasi, de verdad, la quería. El culpable es el Ayuntamiento, me achicharro a multas por tener la perrita- coloca las manos sobre los ojos para no ver su conciencia. Podrías haber intentado darla en adopción- coloca los brazos en jarra Parua sin dejar de mirar la figura de fantoche atemorizada por la policía de Vall d´ Uixó. Intente darla en adopción- se quita las manos de la cara y escupen los dedos varias lagrimas- mi sobrina que es superdotada y sabe mucho de ordenadores, se pasa las horas en facebook y youtube, le pedí que me pusiera varios anuncios. Vino en seguida una viuda del barrio que se sentía sola y desprotegida. Buscaba una perrita que le avisará cuando le iban a atracar los chungos del barrio y a quien contarle lo feliz que fue con su marido. Tomamos café y se la entregue muy contento. Le di dos euros a mi sobrina. La mujer nada más bajar al parque de los traficantes fue asaltada por varios policías que estaban escondidos detrás de un seto. Le pasaron el detector de chip mientras unos delincuentes atracaban en bar que hay en el parque. Parua interrumpe el relato anticipando los acontecimientos: No habíais cambiado el chip de nombre ¿verdad? La multo la policía y volvió la momia corriendo a vuestra casa para devolver al animal- resuelve Parua conociendo la historia al haber colaborado con diversas protectoras de animales. El mataperros compungido, y cada vez derramando más lagrimas, relata ratonil: No cambiamos de nombre a la perra, ni hicimos papeles. La viuda cobra 300 euros al mes, lo mismo que la multa. Yo estoy en paro, no cobro nada, además tengo mil euros en multas por la perra. Aun así ,sentí una verdadera alegría al ver a Lasi. Se tiro a mis brazos y me lamió. Me dije, intentare tenerla y esquivar a la policía local. Al día siguiente, a las 5 de la mañana salí a la calle con la perra disfrazada de gato, pensando que no tropezaría con la policía local, y si lo hiciera, al ver a un gato me dejarían en paz. Pero no fue así, me vieron y empezaron a mirar al gato. Estuvieron examinado al animal y al final cuando se iban con las manos vacías, Lasi ladró. Me multaron por falta de respeto e intento de engaño a agentes del orden, y por intento de evasión de multas. Al día siguiente me pidieron la tarjeta sanitaria, la tuve que entregar. Comprobaron que me faltaba la de la gripe A. Yo no sabia que era obligatoria, me multaron. Yo seguía dispuesto a seguir con Lasi. Al día siguiente, en el paseo habitual, me detuvieron por que la cadena era del chino y no estaba homologada con la de la comunidad europea. Al siguiente día me dieron el alto, me preguntaron si tenía al día un nuevo impuesto sobre mascotas. Les dije que no sabia nada de ese impuesto, me multaron. Hoy viniendo a tirar la perra me han parado y me han denunciado por no estar en un nuevo censo de perros a escala europea. ¿Que puedo hacer si no es deshacerme del animal? ahora nadie quiere perros, tener un perro es una ruina.- el hombre fatigado se deja caer reptilero por el ribazo hasta dejar sus posaderas en las hierbas. Parua conmovido y comprensible aconseja al pobre infeliz: Ahora te denunciaran por maltrato animal, arrojar el perro a una sima donde se hace espedeología, delitos medioambientales, extinción de animales en peligro, pues en la sima hay murciélagos que peligran si el perro se descompone. Mira amigo, si te das prisa puedes sacar a la perrita, está con vida. De verdad- exclama el hombre contento subiendo del suelo cómo un cohete. Venga vamos, te ayudare a sacarla- le dice Parua cogiendo al hombre por el brazo y encaminándose a la sima. Gemidos espeluznantes suben del agujero. Lasi aúlla triste y dolorida. El fantoche histrión asoma su cráneo semi calvo y grita: Lasi, Lasi. La perrita patética y con eco replica: guau, guau. El hombre- Lasi, Lasi , derrama lagrimas. El batueco se agarra a unas piedras y empieza a bajar. Salva el primer metro y resbala la sandalia de su pezuña izquierda con un musgo húmedo. Se balancea y un murciélago le ataca, cae pesadamente gritando Lasi, Lasi . Agita a modo de las alas los brazos. Ícaro aplasta en la caída a la perra, un hilo de sangre emana de su cabeza. Los dos cuerpos yacen juntos, los ciempiés acuden al festín. Parua entra al ayuntamiento con sus perros, y denuncia el acoso perruno, firman los animales con la marca de las patas. La policía lo vigila de cerca. Las hijoputadas del ayuntamiento de Vall d' Uixó.
III Villalba y la corrupción en las contratas. La primavera Tierra caliente de Vall d' Uixó, días de traca, flores y fiestas, mujeres vestidas con peineta y fallas en las calles. La crisis económica va de mal en peor, se ha producido cambio de gobierno. Casa de campo destartalada en medio de la montaña bajo una luna gorda del color de la mantequilla, groseras estrellas de farolillos cuelgan de la noche, parpadean cómo un enfermo mental con tic en los ojos. Dentro de la vivienda un hombre de mediana edad, de pelaje largo cómo el de los gitanos, con algo de tripa boscosa se exhibe al trasluz noctambulo de la ventana. Va vestido en sandalias y calzoncillos. La mirada extraviada de afectado por el paro de larga duración, la moral se derrama cómo la mugre por el suelo porcelánico. Se cierne sobre un papel donde escribe con un lápiz que le saca punta cada tres renglones una carta de queja al ayuntamiento de Vall d' Uixó sobre la contratación en los caminos. Mira a su alrededor, la nevera parada, pelada de alimentos. Una bombilla chirría en el comedor acompañando los armónicos del estomago que cantan aleluyas, siente cansancio. Deja caer el lápiz a falta de la bala que desearía descargar sobre el cráneo de Villalba. Suena su golpe sobre el papel a madera talada y se pierde en el relato de la historia con la que quiere ingenuamente herirle en la vergüenza al jefe de contrataciones del Ayuntamiento. Cómo los negros de la minas de África que agotados les dejan descansar cerca de un árbol para morir, se retira al colchón de cabeza y se encoge entre lagrimas. Al día siguiente el canto del Kikiriki le despierta. El criollaje de la Vall d' Uixó sale en buscan de pan. Las mujeres hacen de chachas sin contrato para ganar jornales miseros, los hombres a buscar chapuzas, alguna peonada, recoger melones para venderlos de forma ambulante. Saturnino hace meses que no encuentra nada, ni un jornal. Intento vender melones cómo todos, pero no triunfo en el negocio. Van a salir los contratos de los caminos del Ayuntamiento. Se arrima cómo tantos a el cacique para que interceda sobre su caso. El Ayuntamiento celebra una fiesta privada. La gente aguarda fuera en espera de saber lo de los caminos. Tazas de chocolate sobre el mantel de una mesa, alguna botella de alcohol, ensaimadas. Manos blancas, sin callos, labios estrechos, rostros porcinos ingieren alimentos animados por la fraternidad y el buen tiempo. En una sabana colgada, escrito con rotulador : Enhorabuena Rafael. El concejal de hacienda acaba de conseguir el graduado en la Esso. En el ayuntamiento lo celebran en la larga hora del almuerzo , ya va por la segunda. Dejan los gorritos de papel, el confeti y vuelven a sus despachos. Entra un Villalba impuntual al despacho del graduado.
-Te felicito Rafaelito- abraza el macho cabrio de Villalba a Rafael , que con mirada de manso inocente de los que matan si se lo ordenan, y besan si se lo ordenan, abre sus gruesos brazos de campechano. Se funden creando un único ser palurdo los dos engendros populistas y criminales que la tierra caliente de Vall d' Uixó engendra cómo una sucia perra generación tras generación. Inagotable. -Ha sido difícil Villalbita de mi alma, las matemáticas no son lo mio- le dice aun sentimentalmente abrazado y con ronca emoción. -Lo se Rafaelito, lo se, tuviste suerte que la profesora fuera interina- suelta a su socio Villalba que se retira tras la breve felicitación agarrando dos ensaimadas de una bandeja sobre la mesa . El despacho de hacienda se dignifica ministerial con el cuadro enmarcado del graduado. Rafael tira la calculadora científica a la papelera con signo de alivio. Saturnino aguarda la llegada de Villalba a las puertas de su despacho, 12 personas más lo hacen. Mira con su rostro verde a las personas, con el dedo les señala. -Tu, tu, tu y tu, el resto se puede ir, mañana no vendré al tajo que tengo inauguración de un taller escuela para subnormales. El resto, para el jueves. Salen los batuecos rechazados a las calles y se funden con el gitaneo, la morisma y el criollaje sudamericano que deambula perdido viendo las procesiones, las fallas, la corrupción y sin saber ni donde ir, ni que hacer. Redención. Saturnino, el mismo que tantas veces cómo la mayoría de personas de Vall d' Uixó ha pensado degollar a Villalba, cuando entra, frente al tirano tartamudea. Un halo de maldad protege al cacique. Villalba, en pose de caudillo arrogante suspira, se agiganta y le dice que se siente. -¿Qué se puede hacer por usted?- conciliador le tiende la mano culebrera que engancha a la de Saturnino. Siente el calor de un hombre caliente, sanguinario. -Necesito trabajo- suplica Saturnino. - Me lo temía- retira la espalda y la mano hasta que da con el respaldo de la butaca. -No encuentro nada- hace gesto compungido Saturnino. -Así están todos- responde frío y aburrido, se hunde más en su butacón pareciendo un sapo psicópata que quiere dar fin a la conversación para saltar a otro charco más placentero, la señorita en minifalda rumana. -Por favor, por favor, ¿no puede meterme un mes siquiera en los caminos? me hundo- Saturnino ahoga su voz, sus ojillos se entrecierran dejándolos a intervalos en blanco. -Mirare por usted. No se preocupe, aquí en Vall d ´Uixó nadie se queda en la estacada, nadie. El ayuntamiento está preparado. Entre todos conseguiremos arreglar los problemas. Vaya, vaya con Dios y deje el asunto en mis manos, miau- le despide Villalba felino, se pone en pie con gesto risueño que intranquiliza a Saturnino. Sale de la mano de Villalba. Fausto de fallas, alegría en el pueblo, los pobres por las esquinas, las falleras mean con dificultad en los rincones de las plazas por lo aparatoso del traje regional. La pezuña del toro golpea las calles. Gritos, algarabía, peleas, alcohol. La masa negra del pueblo extendida bajo los balcones donde asoma aguileños los caciques junto las banderas patrias exhibiendo rostros acerado, trajaneros y augustales, empleando sarcasmo en las palabras. Saludan al pueblo, infunden terror, amenazan con exclusión social al que critique sus cacicadas. Saturnino se entera de que queda fuera de los trabajos del ayuntamiento. Entran por orden alfabético los amigos de Villalba, los “encargos” del alcalde, los”compromiso” con ciertas asociaciones. El pueblo no dice nada, algún comentario ingenioso de “todos son lo mismo.” Los batuecos aprovechan la verbena. Si tiene ocasión bailan, brincan, brindan. Las erotizadas mujeres,vestidas muy cortas, danzan groseramente sujetando con sus manos tubos de cristal con alcohol. Luchan por sobrevivir. Es una tierra caliente, la gente reclama en latitudes frías. En Vall d' Uixó solo hay gusanos muy calientes que se devoran unos a otros. Saturnino escribe, deja una instancia la ayuntamiento denunciando que siempre cogen a los mismos, que no se atiende las necesidades reales de la gente. La carta le llega a Villalba que en intimidad de su despacho viendo un canal porno se saca el miembro y descarga aliviado semen amarillo viscoso sobre la reclamación. En la puerta una farandula con tres hijos, de tres amantes, reclama entrar a trabajar en los caminos. Teatral la coima de barrio marginal, gesticula pendeja sus miserias, sus apreturas. Se humilla la hembra. Abre la boca cómo un pececillo, lleva sus delicadas manos al moño, se pasa los dedos embrujados de anillos por el vientre, y los sube mariposeros recorriendo su cuerpo hasta alcanzar máximo vuelo. Danza a lo Carmen de Bisset. Villalba, en pose de oficial francés con guiños patrios al fascismo, paternal, aquiescente, concede mesecito en los caminos. Las hijoputadas del Ayuntamiento de Vall d'Uixó.
IV hijoputada. Las rentas garantizadas para la ciudadanía y la xenofobia del Ayuntamiento de Vall d' Uixó. El otoño. Tierra caliente de vall d' Uixó. Días de carafales, truenos artificiales, tracas, calor. Fiestas otoñales de peñas. Los farandules se reúnen sonámbulos por las noches que empiezan a ser cortas en las llamadas cenas de cerdos, o els sopars de porcs. Las gachupinas festeras de vall d' Uixó, muñecas maquilladas y dispuestas, encendidas de frenesí animal de los tiempos del erotismo, envueltas a gusto machista con ropa corta hacen la berrea en la época del celo de las ciervas. Se empujan unas a otras alborozadas en las conversaciones que giran en torno a la felicidad y la supervivencia, es decir casarse con un buen batueco, cuanto más cabestro y chulo faccioso de barrio, mejor. Hay tanto donde escoger, que es muy difícil elegir. Perros abandonados caminan discretos para que no se les acuse de peligrosos, y andan necesitados. Se aúpan en la mesa, afinan con el colmillo cuanto pueden. La perrera española empeora. Se avecina un rescate, dan noticias que sobrecogen, sean ciertas o no, sobre una tal prima de riesgo, por la que se piden sacrificios, que los farandules están dispuestos a realizar viviendo de las rentas familiares. Sólo el militarote, el golfo, el cacique, el proxeneta, el carlista, el cura y la puta, sienten a España cómo la tierra a la que amar.
La gusanera de los servicios sociales, cloaca indecente que apesta a ratas muertas,es aprovechada por mujeres educadas, con talante humanista, cierto aire rancio y extravagante de científicas, y serviciales a sus superiores. Son las pobres burguesas power flower, o las asistentas sociales. Algunas solteras, otras casadas, algunas con hijos, otras sin esas desgraciadas cargas por qué lo demoran y se amargan. Pero todas ellas adaptadas a un sistema que las refuerza y las premia cómo los perritos de Paulov. En Vall d' Uixó las perritas del concejal de asuntos sociales y el alcalde son las power flowers. Habla cómo jesuita una power asistenta a un desempleado que ha perdido la vivienda: -El estado no es un padrecito Tomás. No estamos aquí para ayudaros, ni responsabilizarnos de vuestro errores carajo. Tomasito, Tomasito- le susurra acunando al imbécil que tiene delante- busca trabajo- exhorta. -No encuentro nada- responde avergonzado Tomasito cuya cara es un tomate. -Pues ves a cáritas Tomasito- observando la cara lacrimosa del inocente le asoma una gran sonrisa- Venga Tomasito,no hagas un drama, si el señor curita es muy simpático. -Es que me da vergüenza, es limosneo,así no se sale del fregao- pega un eructo y se pone a hipar el engendro con depresión nerviosa. Cacambo,un vendedor ambulante sin ventas ni fortuna. Negro bastardo y mestizo emigrado de Cuba por qué quería progresar camina errático por Vall d' Uixó desde hace dos semanas. Le han guiado unas mujeres piadosas, religiosas, excéntricas, caritativas, cultas, y con ganas de negro, hasta la sotana del señor cura. El cura lo adopta tal cómo hace con los gatos extraviados del barrio. -La venta ambulante, zeñoron cura, camarada, ya no zes rentable - le explica desde la puerta de la sacristía el imponente negro de labios gruesos y voz sabrosona. -Lo se mi negro- responde el cura con voz aflautada- No son tiempos para tu comercio de peluches, despertadores, radios y gafas de sol. Sin embargo, ya ves- le muestra el cura la recaudación del cajón- son buenos tiempos para la iglesia. En la democracia no he visto nunca tanto limosneo. Estamos llegando a la caja de cuando Franco. -¿Y ésta iglesia tan rica y este zeñor cura puede ayudar la negro Cacambo?- le lanza mirada de complicidad. En el fondo de la sacristía la imagen de Cristo crucificado con expresión de placer. -El negro puede darse por salvado con las amistades que ha hecho- asiente con la cabeza, y con curiosidad de cura, cínico le pregunta. -Cacambo,tu que eres Cubano, ¿ estás bautizado? Porque ese Fidel... Claro que si zeñor, zoy de familia católica de la habana, en Cuba chico se respeta a Cristo cómo el primer comunista- hace defensa de la patria Cacambo. El cura horrorizado le hace la señal de la cruz al animal cubano y le tira agua bendita de la pila, por si acaso. Mañana ve a los servicios sociales, te preparan una paga. Muestra esta carta- el cura hace unos garabatos y se los entrega. Cierra la puerta y posa su mano en las fuertes y musculosas nalgas afrocubanas. El negro se pone de rodillas, besa la mano del cuervo de sacristía que ante la imagen del negro postrado a la altura de su entrepierna exclama: -Aleluya, aleluya. En la gusanera zoológica de los servicios sociales, los desposeídos: locos, enfermos de sida, obreros en paro, gitanos, alcohólicos, moros, mujeres mal llamadas maltratadas, negros... se agolpan sucios y sudorosos en la babélica sala de espera. Cacambo entra y saluda. Es reconocido por los parroquianos por sus deambulaciones cómo vendedor. Toma asiento con una sonrisa. La guardia civil está en un despacho. Los pobres siguen la escena cotidiana sin interés. Sacan del despacho a rastras, con la cabeza llena de golpes y los ojos morados a una piltrafa. Al pasar frente a los coloridos congregados, les chilla : -Solo a vosotros os dan pagas. Desgraciados habéis arruinado el país- el hombre, de edad avanzada, en paro, no ha conseguido prejubilarse, tiene 2 hijos parados, mujer, y suegra. No encuentra trabajo, ni los servicios sociales le ayudan. Intenta pegar una patada a un moro. Una lluvia de porras de la policía le cae sobre el cráneo. Los emigrantes rompen a reír. La asistenta sale triunfadora con las dos orejas y el rabo del pobre miura arrastrado por los caballos verdes de la guardia civil. Llama al siguiente, un sujeto parecido, de mediana edad avanzada, sin estudios y trabajador en paro procedente de una fábrica de zapatos. Sus preferidos.
Abre el abanico y le dice: -Venga Manolo, que te toca cariño. El cabestro se levanta esquivando un hilillo de sangre casi coagulada. En el despacho saca el folio de la víctima: -Mal asunto Manolo, me han denegado tu renta garantizada. Pero si tengo derecho- eleva la voz algo tartamuda y engarrafada. Si, es cierto, pero esta todo el país paralizado, han quitado las ayudas sociales- Sonríe la tigresa disfrutando de la cara de horror de su víctima. Pero ¿ que será de mi?- adopta gesto teatral que no es fingido. No seas dramático, que os gusta mucho, sois más listo que el hambre, busca trabajo- le recrimina la asistenta. Pero,pero- balbucea- Oye, se me acaba de ocurrir algo- deja el abanico sobre la mesa- por qué no haces thai Chi. Yo conozco una amiga que da cursos por 50 euros- le dice simpática y enamoradiza la tigresa. ¿ thai chi?- perplejo Manolo se frota las manos por los ojos. Venga, venga, a hacer thai chi y se pasa todo- le acompaña de la mano a la puerta. Pega taconazo y busca al siguiente pasando el abanico sobre los farandules. Detiene el abanico sobre la oreja con aro de oro de Cacambo. Levanta su enorme cabeza de cabellos oscuros rizados. La tigresa le pone el abanico sobre la garganta y tira de el cómo si fuera un sedal. El negro cimarrón va levantando, mostrando su buena talla. Entran los dos al despacho. ¿Cubano?- le pregunta al sentarse. Zi zeñorita, ¿ha estado en la habana? Ya lo creo- le dice extasiada la asistenta. Cacambo le enseña la carta del cura. ¿Cuanto llevas en el pueblo?- pregunta rellenado un formulario. Dos semanas- responde sin dejar de mirar a la tigresa. Te vamos a conceder la renta garantiza máxima, 420 durante 3 años. Solo la concedemos a muy pocas personas, pero creo que te la mereces más que nadie. Gracias zeñorita, el negro está muy contento. Pero una cosa Cacambo,la ayuda tiene condiciones- le dice levantándose y apoyando su cuerpo contra el del negro. -¿Cual condición zeñorita?- pregunta incomodo el cubano. Que le des publicidad al asunto- se sienta entre las piernas del musculoso negro. No comprender este negro- intenta apartar a la mujer inquieto. Cacambo dilucida ese misterio de la publicidad. Pese a su inteligencia inferior, debida no ha cuestiones de raza, si no a ser cubano muy bien dotado y cristiano anti castrista, lo que le ha permitido no pensar para sobrevivir, presiente algo malo. Aparta a la power flower, la mira en la distancia puesto en pie frente a la puerta. La asistenta se ríe y atusándose el pelo le dice: ¿Estas seguro de irte? Cacambo hace ademan afirmativo y se va. Sale. Pese a su fuerza, su corta sensibilidad,su inteligencia de chimpance, observa a los gusanos sentados con ternura y compasión. En la calle, desconcertado,agobiado,echa de menos cuba donde hay más igualdad y oportunidades. El moro Ali, el gitano Samuel, el judío Abraham, el negro Maurice, la mulata Gilberta, el cubano Cacambo, aparecen muertos varios días después de que les concedieran las rentas garantistas. El ministro de gobernación, el de inmigración y cooperación, el ministro de bienestar social, el alcalde de Vall d' Uixó, el concejal de asuntos sociales, la tigresa, celebran la noticia en el despacho del alcalde de vall d' Uixó. En una mesa chocolate, ensaimadas, alguna botella de bebida. Una instancia llega por carta al ayuntamiento. La guardia civil y los medios de comunicación parten a la dirección del remitente. Un pobre humillado, burlado, fanático. Asegura que las ayudas sociales solo se las dan a emigrantes. Espera su detención con la puerta abierta,sentado señorial y aristócrata en su sillón. Colgada de la pared la bandera de España campeona de Europa. En el Ayuntamiento celebran el contenido de la carta: Yo, Manolo, parado de larga duración, con hijos, mujer, padres a cargo, estoy harto de ver cómo a mis vecinos moros les dais pagas sin que hayan contribuido a este país. Estoy harto de esa gentuza que arruinan la patria, por eso les he matado, y lo volvería a hacer si no me detenéis. Óscar Clavell, el alcalde, sonríe con restos de ensaimada en la boca. Descorcha una botella de sidra y hace un guiño a todos, especialmente al concejal de hacienda que calcula las pagas que se ahorra el estado. Con las ayudas sociales matamos dos pájaros de un tiro- exclama. El corcho sube al techo, suena a tiro y el espumoso liquido repartido por Óscar resbala por los cristales. Las gargantas brindan por la muerte y la miseria llenas de vida, dicha, alegría. Angelillo de Uixó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario