jueves, 12 de julio de 2012

II hijoputada. La persecución de perros por el Ayuntamiento de Vall d' Uixó

Las cuatro hijoputadas del Ayuntamiento de Vall d´Uixó.
II hijoputada. La persecución de perros por la policía. El invierno.
Vall d´Uixó, tierra caliente. Días de Navidad, temperatura veraniega, los aborígenes del lugar van en mangas de camisa. España agoniza económicamente, es un carnaval grosero en las vísperas de la natividad. Papa Noeles morenos, bajitos, de rostro sádico, enjutos, cantan rancheras y marchas fascistas borrachos, dejan ver sobre las barbas sus pómulos salientes. Bailan turulatos por las aceras, agarrados a las farolas y a las señales de trafico. Un perro de presa de los casetos ilegales de San Antonio ha roto la cadena. Drama y sangre en las chabolas. Se cuela en la casa de su vecina. Celebra el nacimiento del señor mordiendo a la mujer que pasea la escoba por las baldosas. La noticia sobrecoge a los batuecos del pueblo que miran a sus perros con temor, incluso a los de peluche. Un vagabundo aparece asesinado en una cuneta al día siguiente. La gente se atemoriza pensando que ha sido el perro, pero el forense chilla desde la radio que el asesino ha sido una borrechera. La noticia del vagabundo se abandona junto al cadáver que sepultan en la cuneta. La televisión, la prensa, durante días cubren circensemente el espectáculo del perro. La bestia es capturada y ejecutada en la plaza publica. La vecina cuenta épicamente a Ana Rosa Quintana lo acontecido.- “Ana Rosa, de milagrito estoy viva. Le doy las gracias al señor.”
Varios perros aparecen asesinados en el pueblo. La gente que pasea con sus perros es en ocasiones insultada e incluso golpeada. Al ciego del pueblo le quitan su perro lazarillo llamado Buck ,por parecer peligroso, y le endosan un cerdo vietnamita. La asociaciones de vecinos presionan al jefe de policía para que reaccione y detenga a los perros. -Por favor, por favor, coja inmediatamente a ese perro o llamo a la policía- grita con voz de urraca una gachupina de buen ver, criolla de mil razas del barrio de marginales y traficantes de drogas de Texas. Un perroflauta con rastas barbaras y macaneras, aspecto de pertenecer a la tribu de los hunos, mira con dos perros sueltos que danzan cerca de él a la hermosa marginal de cuerpo mestizo: medio mulata, medio gitana y medio india. -No hacen nada- responde el ingenuo de Parua, reticente a atar a los perros. Saca la flauta que le cuelga de un collar de cuero de perro que le adorna el cuello, y toca unas notas que no agradece la golfa. Vuelve a gritar afinada la joven cómo forma de dialogo esperando ser oída por algún paseante del itinerario Vall d' Uixó- Alfondeguilla. La flauta acompaña al chillido, los perros ladran, un tractor pasa cerca y no quiere problemas. Acelera escandaloso. Voy a llamar a la policía- saca triunfadora el móvil sonriendo al imaginar todo el despliegue y la bulla que va provocar. No llevo cadena- le responde pasándose las manos por la barba el ingenuo Parua pensando que hacer para esquivar a la bullona criolla. Los perros debe ir atados- asevera la jurista chunga de barrio cuyo marido está en prisión por robo de perros para peleas. Si te parece me salgo del camino y pasas, yo me alejare monte a través- le dice con tono sosegado, resuelto y conciliador. Los perros deben ir atados o deberás matarlos. ¿ Qué no te has enterado de lo del perro?- le pregunta mientras Parua va saliendo del camino. Este, observando a la chica , la mira con sorna de anti sistema. Le responde discursivo en actitud y pose de miembro de casal popular y festivales pank: Conozco lo del perro, ese animal vivía al lado de mi casa. ¿ te crees lo que cuenta la televisión? Yo soy de San Antonio, en ese lugar viven caballos, ponny, chotos, cerdos, patos, gallinas , jaurías de perros de caza, emigrantes de albacete, marruecos, murcia, un chino que nunca se lava, y una cría de ciervo cuya madre atropellaron y se zamparon los mismo que la han adoptado para hacer butifarras y cecina cuando crezca. Todos estos animales muerden, sufren, malviven en ese estercolero llamado San Antonio.- La farandula tuerce el labio molesta con la descripción de un lugar próximo, semejante al pudridero de texas donde vive. Da dos zancadas alejándose, ya no le importan que los perros vayan a su encuentro y le olfatean el higo oloroso a hembra en celo o sucia de la regla. Incluso sin temor les toca la cabeza. Acostumbrada y agradecida. ¿No quieres saber lo que paso con el perro?- le pregunta el anti sistema. La farandula ofendida sin motivo, blandiendo en la mano su asqueroso móvil ultimo modelo decorado de forma ordinaria, se aleja por la senda moviendo las caderas pendenjera y violenta. Parua continúa su camino por el deteriorado camino repleto de malas hierbas, algarrobos moribundos, almendros raquíticos, ratas y lagartijas que se esconden entre los zarzales al oler a los perros. Algún que otro paseante con el que se cruza se escandaliza por qué los animales vayan sueltos. Un aullido lastimero llega a sus oídos, dirige la mirada buscando el sonido. Observa un rostro redondo con los brazos aun extendidos y cansados del esfuerzo de haber lanzado algo a la sima de Alfondeguilla. En su cavidad hace guardia trastornado. Los aullidos suben cada vez más fuertes del fondo del agujero. -Eh , usted, que hace ahí- le chilla Parua acercándose hacia el hombre. Parece sumido en una profunda tristeza. Reacciona al ver la bárbaro anti sistema hacía él acompañado de sus dos perros que aúllan solidarios. El farandul comienza a correr por el monte. Parua llega a la sima y asoma la cabeza. Los pelos y las barbas cuelgan cómo raíces voladoras más de un metro, los piojos saltan rescatados del agujero. Entre rocas y dislocado se ve a un perro de lanas de pelaje similar al de Parua. Indignado y violento se lanza en persecución del hombre que alcanza agotado y apoyado en un ribazo. Quedan los dos frente a frente. El rostro rasurado, redondo de luna y sanguinolento, bañado en sudor y grasa brilla enardecido jadeando ante Parua que parece un jabalí furioso en una manifestación contra los recortes. El silencio amarillea el ambiente pútrido de hierbas secas e insectos. El perseguido retira su mano de una piedra del ribazo que cae a sus pies , la deposita en su barriga que se mueve rítmica y oronda a intervalos. Sus pequeños labios resecos y verdosos articulan unas palabras silbantes que salen de sus dientes sarrosos. No podía hacer otra cosa, no podía- gime en el paredón de piedra seca. Siempre hay alternativas, siempre- recrimina Parua. Yo quería a Lasi, de verdad, la quería. El culpable es el Ayuntamiento, me achicharro a multas por tener la perrita- coloca las manos sobre los ojos para no ver su conciencia. Podrías haber intentado darla en adopción- coloca los brazos en jarra Parua sin dejar de mirar la figura de fantoche atemorizada por la policía de Vall d´ Uixó. Intente darla en adopción- se quita las manos de la cara y escupen los dedos varias lagrimas- mi sobrina que es superdotada y sabe mucho de ordenadores, se pasa las horas en facebook y youtube, le pedí que me pusiera varios anuncios. Vino en seguida una viuda del barrio que se sentía sola y desprotegida. Buscaba una perrita que le avisará cuando le iban a atracar los chungos del barrio y a quien contarle lo feliz que fue con su marido. Tomamos café y se la entregue muy contento. Le di dos euros a mi sobrina. La mujer nada más bajar al parque de los traficantes fue asaltada por varios policías que estaban escondidos detrás de un seto. Le pasaron el detector de chip mientras unos delincuentes atracaban en el bar que hay en el parque. Parua interrumpe el relato anticipando los acontecimientos: No habíais cambiado el chip de nombre ¿verdad? La multó la policía y volvió la momia corriendo a vuestra casa para devolver al animal- resuelve Parua conociendo la historia al haber colaborado con diversas protectoras de animales. El mataperros compungido, y cada vez derramando más lagrimas, relata ratonil: No cambiamos de nombre a la perra, ni hicimos papeles. La viuda cobra 300 euros al mes, lo mismo que la multa. Yo estoy en paro, no cobro nada, además tengo mil euros en multas por la perra. Aun así ,sentí una verdadera alegría al ver a Lasi. Se tiro a mis brazos y me lamió. Me dije, intentare tenerla y esquivar a la policía local. Al día siguiente, a las 5 de la mañana salí a la calle con la perra disfrazada de gato, pensando que no tropezaría con la policía local, y si lo hiciera, al ver a un gato me dejarían en paz. Pero no fue así, me vieron y empezaron a mirar al gato. Estuvieron examinado al animal y al final cuando se iban con las manos vacías, Lasi ladró. Me multaron por falta de respeto e intento de engaño a agentes del orden, y por intento de evasión de multas. Al día siguiente me pidieron la tarjeta sanitaria, la tuve que entregar. Comprobaron que me faltaba la de la gripe A. Yo no sabia que era obligatoria, me multaron. Yo seguía dispuesto a seguir con Lasi. Al día siguiente, en el paseo habitual, me detuvieron por que la cadena era del chino y no estaba homologada con la de la comunidad europea. Al siguiente día me dieron el alto, me preguntaron si tenía al día un nuevo impuesto sobre mascotas. Les dije que no sabia nada de ese impuesto, me multaron. Hoy viniendo a tirar la perra me han parado, y me han denunciado por no estar en un nuevo censo de perros a escala europea. ¿Que puedo hacer si no es deshacerme del animal? ahora nadie quiere perros, tener un perro es una ruina.- el hombre fatigado se deja caer reptilero por el ribazo hasta dejar sus posaderas en las hierbas. Parua conmovido y comprensible aconseja al pobre infeliz: Ahora te denunciaran por maltrato animal, arrojar el perro a una sima donde se hace espedeología, delitos medioambientales, extinción de animales en peligro, pues en la sima hay murciélagos que peligran si el perro se descompone. Mira amigo, si te das prisa puedes sacar a la perrita, está con vida. De verdad- exclama el hombre contento subiendo del suelo cómo un cohete. Venga vamos, te ayudare a sacarla- le dice Parua cogiendo al hombre por el brazo y encaminándose a la sima. Gemidos espeluznantes suben del agujero. Lasi aúlla triste y dolorida. El fantoche histrión asoma su cráneo semi calvo y grita: Lasi, Lasi. La perrita patética y con eco replica: guau, guau. El hombre- Lasi, Lasi , derrama lagrimas. El batueco se agarra a unas piedras y empieza a bajar. Salva el primer metro y resbala la sandalia de su pezuña izquierda con un musgo húmedo. Se balancea y un murciélago le ataca, cae pesadamente gritando Lasi, Lasi . Agita a modo de las alas los brazos. Ícaro aplasta en la caída a la perra, un hilo de sangre emana de su cabeza. Los dos cuerpos yacen juntos, los ciempiés acuden al festín. Parua entra al ayuntamiento con sus perros, y denuncia el acoso perruno, firman los animales con la marca de las patas. La policía lo vigila de cerca. Angelillo de Uixó.

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