martes, 5 de junio de 2012
El molino, Episodios Nacionales de Angelillo de Uixó
El molino. Episodios nacionales de Angelillo de Uixó.
Suenan las castañuelas metálicas de las baldosas sueltas del pasillo chafadas por unos pasos sigilosos y ligeros que caminan arrimados a la pared por la que se refriega dejando en el estucado vainilla manojos de pelos largos de color negro amarillo. El animal avanza hasta el comedor donde en una mesa hay restos de comida. El pastor alemán se encala a un plato con leche y arroz. Saca la lengua y sorbe parte de la sopa del desayuno.
Maldito Beethoven- exclama una voz de espaldas al perro frente a un ordenador que lee los garabatos de un pentagrama escritos en unas partituras de la pantalla. Saca el perro el un hocico del plato con las fosas nasales blanquinosas y con granos de arroz pegados al escuchar la voz de Don Angelillo de Uixó. Se retira por el mismo camino en dirección a la habitación de donde ha salido dejando caer alguna blanca gota al suelo. Da un brinco y tumba entre la sabanas de un colchón donde hay una pequeña perra que lame el morro embadurnado de leche de su compañero. Se enroscan los animales, cierran los ojos y duermen. Suenan unas notas de guitarra, se apaga pronto el sonido en la segunda estrofa y asoma en el comedor el gesto de furia del concertista apuntando amenazante con los dedos a un busto del músico alemán. Se escucha en el oscuro comedor la voz furiosa del guitarrista amenazando a Beethoven:
Endiablado Beethoven, músico subversivo y reaccionario, enemigo hasta del mismísimo emperador Napoleón, me he vuelto a perder en tu maldito himno de la alegría. La canción apesta a ñoñez, si Beethoven, a ñoñez. Aquí en Vall d' Uixó no hay lugar para la alegría. Borro tu canción y borro tu busto de mi vista. No me gusta la gente que le escribe odas a la alegría, eso es cosa del 15-m o los anarquistas, apesta tu canción a perrofluatismo, ha sido un error pretender aprender solfeo con semejante monstruosidad, denunciare al que ha colgado semejante fechoría por Internet a la guardia civil, seguro que es un terrorista. Se levanta furioso Don Angelillo de Uixó hacia el busto de Beethoven encontrado en el basurero y falto de la oreja izquierda , seguramente tirado por algún estudiante de guitarra clásica y que Angelillo con buenas intenciones recogió al maestro para ponerlo encima de la chimenea y que le inspirase. El busto es girado ya que no transmite confianza ,ni serenidad, y así el nibelungo mutilado queda hasta nueva orden acatando castigo frente a las ennegrecidas piedras del hogar.
Una vez hecho esto y con el lógico disgusto que le produce dolor de estomago hinca el diente en el arroz con leche exclamando con satisfacción:
-Que bueno me ha salido, soy mejor cocinero que Arguiñano- Para no perder tiempo tira Angelillo de Uixó la cuchara a la mesa y sorbe a morro el engrudo pastoso de arroz y leche por ser la forma más rápida de engullir este alimento y aprovechar hasta las ultima gota permitiendo relamer con la lengua el fondo del plato, cosa que cómo sabemos si se utiliza la cuchara siempre se pierde un hilillo de caldo del fondo, que es el mejor.
-Aquiles Meidei- llama con el buche lleno mirando su habitación donde están los animales.
-Aquiles Meidei, vuelve a decir de pie frente a la puerta apoyando una mano en al mesa y dando pequeñas palmadas que enfatizan el sonido en sus palabras. Pasa cerca de un minuto y no se produce movimiento.
-Aquiles, Meidei- suenan los grillos de la calle que con el calor estival chirrían violentos.
Coge las cadenas y las agitas. Los animales se levantan al escuchar el sonido de las cadenas que para ellos significa la libertad, al igual que para la clase obrera, los jubilados y las personas decentes. Saltan los animales de la cama cuyos muelles chillan estridentes y ladrando los perros se acercan sabedores que es la hora del paseo. Giran alrededor de Angelillo pegando con la cola a su dueño y arañando frenéticos sus piernas desnudas con sus largas uñas excitados del cante de las cadenas.
-Esperar, esperar, calma, aquí mando yo- se impone Angelillo de Uixó subiéndose las bermudas de las que tira a bocados el pastor alemán entre los gritos ensordecedores e histéricos de la perrita meidei que reclama su ansiada libertad arañando la pared.
Abre la puerta y salen disparados galopando camino abajo ladrando y provocando con sus ladridos a las jaurías que viven en los corrales y se siente ofendidos. En la montaña se hace un ruido espantoso de aullidos, golpes de pezuñas contra las vallas de metal, colmillos restallando en el aire. La gente que hace footing se asusta. Dos jovencitas rubias, una gordita y otra anoréxica al ver cara a ellas al pastor alemán corriendo y ladrando se abrazan descompuestas gritando a Angelillo de Uixó que contempla sin moverse la escena desde la terraza untándose con aloe vera las piernas arañadas:
-Amo, amo, ¿puede coger los perros que nos asustan?-
-No, no puedo, son espíritus libres. Acaso soy yo dueño de algo, ¿puede alguien poseer el viento, las montañas, los ríos y los mares ? Yo no soy dueño ni de mi destino, que llevo mucho tiempo en el paro. No temáis que no muerden, vosotras correr y no demostréis que sintáis miedo, ellos solo os seguirán a su vuestro alrededor para comprobarlo y olisquearos un poco. Los perros no respetan a los cobardes , por eso yo les admiro. No temáis y viviréis para seguir practicando footing y comprando en el mercadona.
Las chicas siguen camino arriba trotando y al pasar a su lado mientras corren, la anoréxica que es contestataria además de poseer de cara de caballo que junto con su larga melena recogida en una coleta le da más aspecto a caballo, dando gráciles saltitos gira la cabeza y le dicen de forma sarcástica al bueno de Angelillo de Uixó que apoyado en la terraza la observa:
-Gracias, eres muy amable- Y no menos sarcástico les responde Don Angelillo de Uixó subrayando la impertinencia de la muchacha: -No ha sido nada, para servirle señorita.
La gordita, roja de mofletes y de aspecto lustroso calla envuelta en sudor y grasa mantecosa que se desliza por su suave piel sonrosada a franjas cómo el de una gamba, pero gorda.
Angelillo cierra la puerta y contempla asqueado el nuevo día echando a andar. Se dispone a dar el paseo diario. A pocos metros ya en el parking de un PAI abandonado y sin construir, con aceras entre campos arrasados de naranjos donde hacen madrigueras las ratas y crecen la avena silvestre, observa los mismos rostros de todos los días rotos y demacrados por la crisis. - Habría que ponerles una bolsa en la cabeza, que feos son los parados coño- susurra hablando solo Angelillo de Uixó al observar a un parado de 40 años muy feo en una posición indecorosa e indeseable agachado buscando espárragos. La gente que pasea por el lugar no se saludan por qué unos a otros se dan asco y sienten las lógicas nauseas que causa la contemplación del semejante, y más si sobre todo es un vecino desgraciado en igual condición de menesterosos.
Aparecen varios BMW negros cargados de adolescentes charnegos quinquilleros del barrio de texas, de esos afiliados a democracia 2000 y nueva falange. Pasean con BMW dando trompos por el lugar que semejan una pista de cars, dan dos vueltas y se alejan a otro descampado a hacer lo mismo, pues el boom inmobiliario ha dejado muchos lugares ideales para hacer el gilipollas con el coche. La guardia civil aparece poco después haciendo ronda monótonos, los perros dentro de las parcelas abandonadas trotan de aquí para allá saltando detrás de los saltamontes, de las palomas y de las merlas.
Angelillo de Uixó se aleja de allí en dirección al seco río Belcaire.
Se sienta en un roca y observa frente a él el vetusto molino de arroz que desafía la gravedad al faltarle una pared por un incendio. Sus piedras de mampostería blancas contrastan con el negror de la pared interior quemada, se divisa una rueda de molino tirada en el polvoriento suelo. El incendio tuvo lugar hace un par de años cuando un vecino que declaro a la policía aborrecer de fobia a las ratas le prendió fuego por albergar el lugar a un ejercito de estos roedores que se metían en su casa. La cosa no tuvo mayores consecuencias al tratarse de un viejo molino lleno de herramientas de maderas y cuerdas inútiles hoy en día. Tras el molino asoman los arcos de medio punto y ojivales del gran acueducto romano gótico, y unos metros delante de ese acueducto otro acueducto menor que se clava en una acequia de piedra de rodeno semejante a las escamas de una serpiente. Cruza el ancho reguero por la sombra de higueras y llidoners, serpentea bajo la casa de la llum que se encuentra en lamentable estado, y entre otros edificios históricos a punto de caer de olvido y degradación. Acaba la acequia cortada por una finca de obreros de siete alturas destartalada que parece un cubo, y que se integra en ese paraje de urbanismo histórico cultural a través de la decadencia. Unos chiquillos metidos en la seca acequia rompen botellas de cerveza bajo un enorme llidoner que empieza a madurar sus frutos, y en una charca de agua pútrida formada en un hoyo de en un sumidero del río subterráneo de San José y que esta entre el hueco de un los arcos de un puente que cruza el barranco que va a alfondeguilla, unas ranas en ese agujero soportan las zambullidas de los perros sobre sus aguas verdes donde flotan clorofílicas algas.
Los jubilados pasean distraídos en sus propios pensamiento entre las ruinas del molino esquivando las norias de madera, la cuerdas de esparto y cáñamo centenarias. De vez en cuando las momias tienen algún recuerdo nostálgico de aquel mastodonte decrepito de casi dos cientos años,e incluso recuerdan el rostro difuso e idealizado del último molinero. Hace tan solo 50 años las viejas instalaciones aun estaba en uso. Y según cuentan y contra el pensamiento general que todos tenemos en la mente de que los molineros son gente pendenciera, propensa a estafar en el peso de las orzas de trigo, arroz, aceite o lo que muelan, comportándose cómo esa indeseable raza llamada : Judíos, este, excepcionalmente no era así. Pues al parece según testimonio de los viejos del lugar el molinero de Vall d' Uixó no era monstruo cómo suelen acontecer con las gentes de este gremio del que se inspiran los cuentos de ogros. El caso es que el molinero de Vall d' Uixó era amable, y le gustaba que los niños jugaran en el molino ! Dios sabrá por qué! Estos acudían todas las tardes a jugar mientras molía el arroz. El arroz era traído de los pueblos cercanos al mar cómo almenara, la llosa. El molinero tuvo buena fortuna y dio a sus hijos estudios que sirvieron para que se olvidarán del molino. Tras su muerte y con el progreso tecnológico el molino quedo cerrado por inútil, y repleto de ratas, causa cómo se ha mencionado del incendio.
Esa es la estampa que contempla Angelillo de Uixó cuando decide irse al aparecer un cazador de conejos con más de 6 perros a su alrededor atados por correa común que sujeta. Angelillo ha tenido varios altercados con el cazador que no deja que ningún perro se acerca al lugar por decir que es suyo y los otros perros espantan la caza , además de haberse peleado con Angelillo un día que este le pillo destrozando una trinchera donde se había agazapado un conejo. Utiliza el cazador el viejo molino para adiestrar a sus perros pues entre las piedras del molino los conejos hacen madrigueras y nadie tiene derecho de coto allí más que él.
-Aquiles Meidei -nos retiramos que hoy ha venido con la escopeta y estamos en desventaja, seguro que se olía que íbamos a venir, ya lo pillaremos cuando los dioses nos sean más propicios y tengamos ventaja.
En la parte contraria al barranco cercano al paraje de San José la chica anoréxica y bola de grasa se detienen asustadas junto a una zanja que están realizando los trabajadores de hermanos ventura.
Las dos chicas se abrazan y dan espantosos chillidos.
-Por favor, por favor señores pueden coger a este animal que nos asusta mucho.
Los trabajadores, un par de moros anémicos y de gran altura, desconcertados acuden en su auxilio. Asoman a la zanja y dan un grito espantoso.
-Oh por Alá y el profeta Mohamed- se santiguan los moros haciendo la señal de la cruz.
Mahomed y Ali corren al tajo en busca de herramientas afiladas. Armados de pico y pala se acercan a la bestia que los observa tomando el sol y sacando la lengua bífida. Recibe dos secos golpes. Cae abatido el animal: un enrome fardacho o lagarto ocelado.
-Gracias señores, muchas gracias, no se cómo agradecérselo, nos ha aterrado la visión de ese animal. Que cola más larga, que horror, no he visto cosa así- exclama la chica anoréxica.
Bola de grasa mira a la bestia que aun agita la cola y lanza un orondo suspiro.
Alí la coge de la mano suavemente:
- As- salám ,Jermosa Jarma, no asustar que Alí ajudar, el janimal es mojama en el parraíso junto Alá.
-Muchas gracias, no se que hubiera sido de mi, de nostras, sin su ayuda- le dice dejándose acariciar y sintiendo el placer que sienten las mujeres cuando son deseadas. Observa bola de grasa cómo Alí se come sus rollizas carnes con los ojos. No menos gentil y caballeroso es Mohamed que abraza a la chica anoréxica aun temblando sin que se muevan sus enjutas carnes pegadas a su esqueleto, es toda ella la que se balancea aterrada y se deja sobar indefensa por el miedo y con necesidad de sentirse segura entre los brazos de un hombre fuerte y viril cómo es Mohamed.
-Estar delgada, estar delgada, pero ser buena para mi- exclama el moro Mohamed palpando las nalgas dela chica que se abandona entre los negros brazos del moro.
Venir, venir- les insinúan los moros a las chicas de Vall d' Uixó que agradecidas a sus salvadores y sintiéndose débiles por el cansancio, el miedo, la sed y el calor les siguen hasta detrás de unos matorrales donde las desvisten y les hacen gozar.
Al cabo de media hora salen de los matorrales y se dirigen al paraje de San José donde el alcalde, el cura y los hermanos ventura han llegado para inaugurar varias zanjas.
-¿Qué haces aquí hermana? Pregunta el alcalde Lelo Clavel a bola de grasa.
Su hermana con los mofletes rojos de la vergüenza y aun sudorosa de la corrida mora se sofoca, agacha la mirada y le contesta en voz baja.
-Ejercicio para ser una chica ye-ye hermano, quiero ser reina de la fallas el año que viene-
Su hermano, el alcalde, le da un beso tierno en la mejilla sudorosa, el cura la bendice con un diurético urbi et orbi . Bolita de grasa y anoréxica se alejan. Las dos chicas se despiden de sus valientes hombres moros que se han agazapado en la zanja para que los amos no les digan nada, fingen cómo que trabajan. Las chicas les dicen adiós con la mano y se alejan ahora caminando. Hablan una a la otra de su maravillo encuentro con los super dotados hombre moros y lo felices que son.
Angelillo de Uixó llega a casa y se tumba mirando el techo, la perrita meidei sube sobre él y se enrosca. Aquiles el pastor alemán se mete en lo más fresco de un cuarto oscuro que sirve de alacena. Tira a su paso un botijo que encharca la habitación y moja las cebollas recién recolectadas. En el charco y entre las cebollas se tumba a descansar y a pensar en cosas de perros.
Al día siguiente se repite la escena, madrugada y primeros acordes, rabia y frustración. Ha vuelto Angelillo a interpreta el infame himno: el de la alegría, seguramente buscando castigarse.
Se abre la puerta y los perros salen disparados, bolita de grasa y anoréxica no aparecen. Angelillo siente una pequeña decepción, se ha acostumbrado a que todos los días le llamen la atención las dos muchachas por los perros que al parecer les tienen un pánico fóbico, cosa que le hace a él reír. Hoy han cambiado la ruta, no suben por San Antonio para bajar a San José. Acuden directas a la zanja de San José envueltas en gasas de seda blancas transparentes, pero sus moros no están, los han despedido y en su lugar han puesto a dos discapacitados que son más baratos.
Bolita de grasa llora y anoréxica se enfurecé, maldice a los hermanos ventura, y frustradas vuelven a sus casas peleándose entre si.
Angelillo agobiado pasea por el lugar de todos los días, los parados dan vueltas alrededor del PAI de San Antonio contemplando cómo idiotas a sus perros que con la lengua fuera y el rabo en ristre saltan entre las hierbas mientras sus amos los miran con ojos llorosos desde las aceras y farolas perdidas en medio del monte por urbanizar.
En el hoyo, junto las ranas de bajo del puente, se sienta Angelillo de Uixó a contemplar el viejo molino y escuchar el lacónico ruido de los batracios. Un viento cálido le trae un sonido dulce, los perros levantan las orejas y dirigen la atención al viejo molino del que procede la melodía.
-No puede ser, es imposible, esa canción, no- balbucea Angelillo levantándose y enroscando la cadena de los perros al puño cerrado para golpear con más fuerza. Se dirige hacia el viejo caserón y cada vez escucha más nítido las notas incesantes de un flauta dentro del molino. Entra y se encuentra a un chiquillo con gafas y aspecto de empollón tocando la flauta.
-Te prohíbo que toques esa canción- le ordena furioso a un chiquillo mantecoso de nueve años que mira asustado a Angelillo blandiendo las cadenas del perro, el pastor alemán deja ver su largos colmillo, su pelo está erizado, saca espuma por la boca.
EL chiquillo se retira al fondo del viejo molino, ya que la entrada la tiene bloqueada Angelillo de Uixó dispuesto a entablar una gran batalla. Sube le empollón por una escalera de caracol hacia unas viejas vigas de nogal.
-Ven aquí, no te escapes sabandija. ¿Quien te ha dado permiso para tocar esa canción? En Vall d' Uixó no está permitido tocar el himno de la alegría, baja inmediatamente y dame la flauta, o te las verás conmigo.
EL chiquillo sigue encaramándose presa del pánico por la escalera calcinada, varias piedras caen al vacío y resbala por la escalera que no tiene barandilla cayendo al vacío desde más de 10 metros de altura. La flauta rueda y atroces chillidos del niño resuenan hasta que muere.
Angelillo de Uixó se retira acompañado de sus perros. El chiquillo queda tendido boca arriba mirando el cielo azul y sin nubes de Vall d 'Uixó.
En un par de meses el incidente se olvida por parte de todos. Los padres del chiquillo empollón fabrican otro. El viejo molino se cobra varias victimas más en casos muy similares, hasta que una arqueóloga por los motivos que sea, decide derribar el viejo molino de forma gratuita.
- Por fin nos quitamos de encima otra ruina, ya no tendremos que soportar que la asociación de amigos de los molinos, ni la sociedad cultural de la Vall, nos den el coñazo con que hagamos del molino un museo y toda la zona bien de interés local, cosa que no permitiría a los hermanos ventura edificar una plaza de toros y el museo Recadero Centelles, que eso si es cultura de la buena- comenta el alcalde al cura pegando sus labios al oído de su compañero por estar en un bar de copas bebiendo cuba libres de ron donde la música suena muy fuerte.
-Yo no se la manía tienen algunos por lo viejo, lo viejo a la sepultura, lo joven es lo hermosos, cómo esos pequeñitos que toman la comunión y sacan sus lenguecitas sonrosadas para recibir el cuerpo de cristo y el mio- le responde el cura afónico y haciendo señal a la camarera en topless para que le ponga más ron.
Angelillo de Uixó.
Código: 1206051760422
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