miércoles, 13 de junio de 2012

Contra la dimisión de Carlos Dívar

Contra la dimisión de Carlos Dívar. Algunos ciudadanos, no quiero pensar que todos ellos, parecen ser mojigatos conversadores, fanáticos del sistema, amantes incondicionales de la justicia. Actúan cómo jueces sin serlo ,y quieren dictar sentencia, formar tribunales populares, pedir dimisiones. En el extraño caso que acabo de conocer, ha pasado algo maravilloso para la gente que deseamos que la justicia no sea una fulana ciega que trabaja para la Once ,y donde el lazarillo de Tormes , el Buscón o Dívar son su guía. Hoy, cómo supongo que a miles de personas, me ha llegado una petición del colectivo: sing the petition. Bajo el malogrado y poco convincente titulo: haz algo por tu propio bienestar y pide la dimisión de Carlos Dívar, presidente del tribunal supremo. -Qué barbaridad, que barbaridad- he dicho escandalizado y golpeando la mesa tras leer el mensaje a través de las redes sociales- Estaba en la biblioteca municipal de Vall d' Uixó . Ante mi grito y sonoro golpe la bibliotecaria me ha llamado la atención. Yo le he hecho una señal para que se acerque . Al hacerlo para ver que me pasaba, le he señalado la noticia, y me ha dicho:- qué barbaridad, que barbaridad. Desde luego, yo no se de que bienestar nos quieren librar estás personas que tienen una prosa progresista y hablan de la justicia cómo si se tratará de algo igual para todos. Sentencio que es una broma de muy mal gusto la dimisión de Carlos Dívar, mi bufón favorito. Ya lo era antes de este caso el pompidur pedante con destellos en su piel empomada y lustrosa que brilla ante las cámaras de televisión. Quiero seguir viendo a ese payasos aferrándose desesperadamente al cargo, jadeando, arrastrándose por el suelo cómo un inmundo gusano partido en dos gritando a los que nos reímos de él : Yo no he hecho nada, yo no he hecho nada, por favor, dejadme en paz- Desde luego mi petición no está condicionada a que el caso se olvide. Mi deseo, mi diversión, es que continué en el cargo y sigamos contemplando el esperpento. Ahora la exigencia es ver a la querida, la puta, la amiga, al amigo, al transexual, a lo que sea que le acompañara en los viajes, y no su dimisión. Una vez esclarecidos todos los protagonistas: funcionarios que reciben vales, pagan de la caja común y callan, los compinches de la corporación del tribunal supremo que hacen lo mismo...Entonces invitaremos a varios colegios a celebrar un juicio donde el juez Dívar tenga que llevar un caso. Con un detenido clásico, un marginal que ha atracado una sucursal bancaria o un mercadona, y que dicte sentencia. Evidentemente sus sentencias cómo la de otros jueces no son ya legitimas en el estado Español, protectorado alemán, Al- andalus, o cómo se diga en la actualidad donde vivimos. La justicia no debe ser solo ciega, si no que ademas a partir de ahora debe ser sorda y muda. Dívar no dimitas, aguanta cómo un infame. Nos lo estamos pasando muy bien contigo, sigue mostrándonos el estercolero de la justicia, alimentado rabia y deseos de venganza. Angelillo de Uixó

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