Advertencia: El siguiente escrito puede herir la sensibilidad del lector. Está basado en unos hechos acontecidos en vall d´uixó y recogidos en los periódicos. Mediterráneo 16 Mayo 2013, pag 43. Este escrito es una visión particular y de ficción por parte del autor basado en un hecho real. Reparto: Angelillo de Uixó cómo abogado de la putilla. La Vane cómo putilla del facebook de Vall d´uixó. Nayara cómo denunciante. Torrente cómo juez. Borja Mari cómo fiscal. Don Pascual padre de Nayara. Farándules borrachos. Amigos de Nayara cómo testigos. Los padres de la putilla. Satán, un ángel y la luna.
Acto primero. El juicio a la puta.
Edificio del juzgado de Nules con ciertos aires de modernismo post modernista. Hierro y cristales, materiales de fortaleza y transparencia para juzgar a la sociedad. Obra de un cínico arquitecto filoterrorista bohemio. Los cristales, ahumados del color de la piel de salmón, los hierros negros cómo el alma humana. En el patio de la entrada, tras los fierros del patio el mástil de la bandera patria algo decaída por la depresión nacional. Aparcados coches de la guardia civil. Entrando y saliendo gente con corbata, e individuos vestidos de macarras con grilletes en las muñecas que gritan: inocente señoría, inocente. Da mucha risa el verlos, ya que por el color de su piel, la marca Adidas de sus chándal, y la fealdad de sus caras ya están condenados de antemano. Por la acera del edificio, cerca de la entrada, con el pelo recogido anda triste, distraída, la fulana. Lleva aspecto de santa. A su lado Angelillo con corbata, su ilustre abogado, es hombre de honor y nobleza, de gran bondad e ideales, más que abogado: poeta. El juez, el fiscal en el lavabo meando. El fiscal casi enano. Hombre de poca vista que utiliza gafas de miope, y unos dientes de roedor le dan un aspecto entre topo y conejo. Viste pijo. Jersey de cuello de ganso marca lacoste.

El juez un hombre gordo, con bigotillo fascista, medio calvo. Bajo la toga chorretones de sudor marcan las sobaqueras. El fiscal mira desde su urinario el zib del juez. Pequeño, flácido y rancio, algo sucio y blanquinoso su prepucio. Nota la mirada decepcionada del fiscal, pero calla. Salen juntos. El agua limpia los restos inmundos de sus señorías. Resbala chillona. Suben las escaleras. Su señoría saca el pañuelo en el descansillo para despejarse de gotas la frente. Se cruzan en el lugar con Angelillo y su clienta. En silencio suben todos juntos, pero no revueltos. En el banquillo de la puerta del tribunal, en minifalda, con camisa de tirantes con las cerezas de pacha serigrafiadas, que también lleva tatuadas en el cuello: Nayara, la denunciante. Supuestamente inocente y respetable pese a su aspecto. Su padre con cierto parecido por caprichos del destino a Rubalcaba, pese a ser militante de España 2.000, a su lado. Besa la frente de su hija al ver a la acusada. Lanza a la fulana una mirada de desprecio y de incógnita de por qué le ha hecho eso a su hija. Los amigos y testigos, todos ellos de raza latinaja hispana, malcarados, con cierto aire fascista que ya va con la raza morena e inferior a la alemana, y se refuerza en la mirada, la ropa, los gestos. Suelta a la putilla uno de los latinos un piropo que confunde y humilla a la denunciante, qué exclama un: no, a ella no. El juez sube a su cátedra con esfuerzo de gordinflón. Abre el expediente y dice las primeras palabras lanzando las acusaciones con una sonrisita al ver tanto a la acusada cómo a la denunciante. El fiscal, Angelillo y los testigos se suman a las risillas pues el caso en cuestión es cómico, erótico, humillante y asqueroso. Se acusa a la Vane, aquí presente de suplir en facebook la personalidad de la señorita Nayara, y haber contactado con sus amigos a los que ofrecía servicios sexuales a cambio de dinero. Cómo se declara la acusada. La Vane mira a Angelillo. Este guiña el ojo, le soba la pata, y le dice en el oído: Nena ponte en pie delante de estos señores y declárate inocente. -Inocente- susurra la bella doncella agachando la mirada ante el juez que la desnuda con la mirada. -Muy bien- exclama el juez que no la cree tras observar sus curvas ceñidas a una falda con volantes y el bulto de los pechos marcando el jersey de manga larga. El fiscal toma la palabra. Se levanta, da una vuelta al coso. -Inocente, ¿cómo alguien se puede declarar inocente de vender su cuerpo a través de facebook? Si hasta a mí me ha llegado el mensaje ya que soy casualmente agregado a las amistades de Nayara por tener de amigos comunes: las peñas taurinas de Vall d´uixó, la discoteca industrial, la mina, la hermandad religiosa del Cristo del Calvario. Es cierto que no le di importancia, pues recibo muchos mensajes de este tipo- el fiscal Borja Mari habla repleto de indignación por el escándalo. Su inconsciente adoctrinado por Gallardón le traiciona, cómo a su maestro Gallardón. Se le escapa al exterior el inconsciente- Además rehúse a su invitación sexual porque yo soy hombre religioso y casado con otro hombre. No concibo otro tipo de relación que no sea con mi Manolo- la sala le mira con asombro. Borja Mari dando un gruñidito de rabia por lo que ha dicho decide callar arrepentido- Señoría no tengo nada más que decir más que está probado los hechos, y son condenables pues afecta a la integridad y al honor de Nayara, a la cual se le ha causado un daño irreparable. Esta criatura no volverá a ser la misma, llevará le estigma y el hedor de la ramería. El fiscal ratoneando camina hacia su banquillo hablando consigo mismo, y mirando con horror a la putilla se sienta. Mete la cabeza entre los folios para tratar de hacerse invisible. Angelillo se Uixo, moviendo las caderas a lo Elvis y chasqueando los dedos se pone en el centro de la sala sabiéndose triunfador. EL juicio lo tengo ya ganado- se dice - Levanta el dedo índice señalando los pezones de la imagen de la justicia que posa con sus balanzas. -Caballeros, señoría. Acabamos de escuchar un montón de insensateces por parte del fiscal que mejor hubiera sido no escuchar de semejante engendro. Y más siendo maricón cómo ha reconocido. ¿Yo me pregunto señoría? Que sabrá él de estos temas. -Protesto- exclama el fiscal indignado.¿ Pues quien más que un maricón ha de saber de ramería? -No procede señor fiscal- prosiga Angelillo, y aclare donde quiere ir a parar- le dice el juez. -Señoría, el fiscal ha mencionado que hecho de que mi defendida se pasara por otra persona ha causado daño a la imagen de la denunciante. Una chica joven y hermosa cómo vemos.

-Señor angelillo, le llamo al orden. Una camiseta de Iron Maiden no se acepta ¿A donde quiere ir a parar? Le pregunta intrigado. -Señoría, aquí no se debe juzgar a la Vane por putilla, que lo es sin duda, si no a toda nuestra sociedad repleta de vicios, que es la verdadera culpable e inductora de los pecados de la acusada. No se puede juzgar a la Vane si no se juzga a la denunciante. Y no se puede condenar a una si no se condena a la otra. Señoría, juzgar los vicios de la sociedad sobrepasa a un abogado, solo un poeta puede hacerlo. Le pido que me deje proseguir cómo poeta. El juez medita y sentencia: Prosiga, tengo interés en saber. Protesto. Esto es un tribunal y no un teatro- exclama el fiscal. No procede. Eso lo juzgo yo. Que si supiera las sentencias que pongo no diría esas tonterías. Siéntese coño Borja Mari-le reprocha el juez con mirada cansina ante los continuos e ilegales exabruptos del fiscal. Ricardo, dale al play- solicita a su siervo el doctísimo letrado transformado en poeta. Su rostro bello es iluminado por un rayo de sol. Una mariposa se posa en el cristal del proyector y su sombra engrandecida con la silueta de sus alas se dibuja en la pared donde apunta.




El padre se la da con ternura. Ella sintiéndose segura se cubre cuanto puede en un gesto de decencia que la honra. El juez que ve la escena toma nota con agrado de su cambio. Trata Nayara con esa imaginación de que hacen gala las féminas de buscar algo que tape sus larga piernas sedosas que exhibe al ir solo cubierta con un pequeño trapo llamado minifalda que humilla a la mujer. Agarra unos papeles y los extiende hasta las rodillas. Las fotografías siguen desfilando. Clubs de noches, salas de fiesta, bingos. Ninguna de Nayara en al biblioteca donde le decía su padre que iba todos los días. El padre exclama sollozando: Nayara. Y ella por fin rompe a llorar. El juez interrumpe con el martillo de thor la escena. Padre e hija se abrazan. - Perdón, perdón, perdón padre- balbucea conmovida. La sala se llena de piedad y ternura. Por hoy ponemos fin al juicio- sentencia el juez dando otra vez con el martillo. La sala de desaloja. La Vane necesitada de consuelo, de un hombre que le tienda la mano, sale del brazo de Angelillo a la calle. -Por favor, no me sueltes o me desmayare- le dice suplicante para que la agarre con miedo de ser despreciada. Angelillo todo un caballero, ajeno a lo que puedan decir, le tiende humanitario la mano. La Vane, morena de larga cabellera con el pelo recogido para la ocasión al estilo de las mujeres virtuosas españolas de los años 50 y 60, falda de volantes que le llega hasta más abajo de las rodillas, de rostros suave y perfumado, le mira con esos ojos hechizantes, oblicuos y algo rasgados, cómo los felinos de los que sin duda está emparentada. Angelillo siente una profunda atracción, pero rápidamente cae en la cuenta del peligro que tiene amar a una mujer así. En la calle, ante el ajetreo de los coches, las mujeres decentes que pasean, el aire limpio y el cielo despejado respira aliviada. Susurra palabras aterciopeladas de gracias: -Gracias Angelillo, has hecho que me sienta mucho mejor. Me sentía en esa sala tan humillada. Si he hecho lo que he hecho es porque trataba de adaptarme, de salir adelante. ¿No es así cómo nos educan? Yo no tengo trabajo y me gusta vivir bien… -Por favor Vane, no sigas, no es necesario- le dice filantrópico Angelillo- yo te comprendo, no hace falta que me digas nada. Cómo abogado he conocido a muchos inadaptados e inadaptadas que no han sido tan perspicaces con el sistema que tenemos cómo tu. Tu único error ha sido hacerte pasar por otra, de lo contrario hubieras triunfado. Nuestra sociedad realmente premia tu conducta. Aunque yo prefiero la desadaptada, la del arrepentimiento. -¿Te arrepientes?- le pregunta con vehemencia y ternura Angelillo. Ella le mira con sus ojos de felinos rasgados llenos las lágrimas que escupen el excremento de la culpa. Se ha convertido en una mujer de verdad a través de experimentar el sincero arrepentimiento de su culpa. -Si, algo me dice que lo que he hecho, que prostituirme está mal. Siento asco de mi misma. Ahora lo comprendo. - Tu comprensión nace del juicio de los demás- le dice Angelillo besando su frente-Ahora que te señalan y te insultan te sientes mal. Sin embargo cuando el juicio social era todo lo contrario y te ensalzaban por ser puta, no te sentías así. Por eso es tan importante que se juzgue el puterio Vane. Créeme, eres una heroína. Deberías cuando esto acabe dar conferencia en los colegios para que las niñas aprendan a respetarse, e incluso ir a un gran hermano cómo concursante. - De santa me tirarían al cabo de una hora en un colegio, y en el gran hermano a la primera frase que dijera a favor de la castidad- le responde riendo la Vane recordando su colegio y los programas que ha visto de gran hermano. -Tienes razón. ¿Quieres tomar un café? Le pregunta. Angelillo. SI. Ambos jóvenes cómo si fueran un par de personas normales caminan por las calles de Nules buscando una cafetería que no tenga zona wifi para que nadie reconozca a la Vane.

Acto II. La casa de la Vane.
La luna lunera, con sus cuernos apuntan al cuarto de a una ventana donde la Vane está encerrada. Desnuda solloza tras los cristales. El recuerdo del juicio se agolpa en su mente. La lluvia cae suave, su sonido melancólico llega cargado de culpa. En la mesita de la doncella hay una pequeña palancana para lavarse, jabón, y un baso de leche, sin café para que no se excite. En la pared cuelga con cuatro chinchetas un póster del gran hermano y en suelo de la alfombra CD de Camela, los chichos y Estopa. Material musical que incita a la prostitución, al robo, a la pelea de gatas callejeras. La madre y el padre, en paro, compungidos, ataviados en batín, lloran abrazados en el salón al resplandor de la estufa de gas. -Que vergüenza, que vergüenza- exclama la madre. -Llora, llora ahora. Toda la culpa es tuya por haberle comprado a la criatura un ordenador- reprime el padre a su esposa con deseo de buscar algún culpable desesperado ante tanto dolor. Ay, Ay, Paco. Per deu, si me dijo que se lo habían mandado en el curso de peluquería. Yo que iba a saber- la madre tras disculparse pierde el conocimiento. Se extiende sobre el sofá dejando al descubierto las canillas sin depilar. Un pequeño perro Chihuahua llama a la puerta de la chica. La luz lunar ilumina el cuerpo desnudo de la joven. Yace en la cama sollozando. Exuberante, blanca, hermosa queda extendida. A primera vista, cualquiera que la juzgara pensaría que es una joven repleta de inocencia y se conmovería por sus lágrimas. Emana pese al llanto un agradable olor a hembra. Un fuerte calor la abrasa, y ni el lloro lo apaga. Es el fuego nacido el deseo luciferino al que le guía la naturaleza femenina, el gran hermano y la sociedad del consumo excesivamente feminizada.

En la cama tiene un momento de reflexión que ha de cambiar su existencia en esa lucha dialéctica que se desarrolla en la mente de las personas cuando despierta su consciencia- O nace una nueva personalidad o mantiene la que tiene, he aquí el dilema. Ha de ir a vomitar al cuarto de baño, tal es la intensidad del combate. Su conciencia le ordena mirarse en el espejo. Mírate Vane, mírate- le dice el espejo ¿qué ves? Una zorra. Tócate, tienes el tacto de los billetes de diez euros. Escucha, escucha, ¿no oyes las risas de los tíos en el bar hablando de ti? Los ojos de la Vane chocan con sus ojos reflejados espejo. Quiere irse de allí, pero no puede, queda atrapada por si misma. La luna atravesando el ojo de buey de la ventana del cuarto de baño ilumina su trasero perfecto. Sobre la espalda le cae la larga melena. Por favor, calla- le dice a su alma llorando. En el cristal del espejo escribe la luna las letras de los mensajes de facebook mandados por ella. Ven y fóllame. Haré lo que quieras. Poséeme. ¿quieres joder conmigo cariño? Soy barata, soy discreta. Soy tuya baby, baby, baby.


Un grupo de latinajos que viene de los toros medio borrachos la observan y silban. -Guapa, guapa, ven a chapárnosla fulana, zorra, asquerosa- le gritan. La Vane los mira horrorizada. Sus delicados dedos aferrados a la baranda se sueltan del hierro. Abalanza el cuerpo arqueándolo hacia los mozos que gritan su nombre pues la han reconocido. Ella poco apoco se va inclinando más hasta saltar. Los farándules salen de allí corriendo. La luna ilumina su cuerpo. Sus ojos vidriosos aun brillan. La boca abierta. Las sirenas de ambulancias y policía llegan chirriando. Una manta sobre el cadáver con sus padres abrazados en la calle pone fin a esta obra. Angelillo de Uixó.

La putilla del facebook de Vall d' Uixó by Ángel Blasco Giménez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
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