lunes, 17 de septiembre de 2012

Los Amantes del 15-S. Episodios Nacionales de Angelillo de Uixó

Los amantes del 15- S.
Episodios Nacionales de Angelillo de Uixó.
Marte guerrero y fiero cómo un globo en los cielos anoréxicos de lluvias. Remueve el dios en las conciencias el pasado del hambre. Unos faros encendidos en la estación de autobuses de Vall d' Uixó apuntan humeantes el horizonte: casas de desempleados apagadas, escombros , basura sobre las aceras, proyectos de urbanismo sin terminar con carteles sobre las paredes sin lucir anunciando el mega puticlub de las palmeras. Entre los faros, el logo de la marca del vehículo: unas aspas rodeadas por un circulo. Suena la explosión de sus pistones . Sale el humo gris de su tubo de escape ascendiendo en la calurosa noche de septiembre entre pasos que se detienen cerca del vehículo. Arrojan las ascuas de unas colillas al suelo, al instante se vuelven grises. Rostros serios, graves, noctámbulos y cansados se saludan en corros de dos o tres personas hablando en voz baja, clandestinos. En la otra parte del anden un grupo de chonis. Bulliciosos, festivos, drogados y alcoholizados festejan dando palmas y silbidos con sombreros de paja en la cabeza, bermudas hawaianas, el acontecimiento de que es sábado. Se concentran junto a un microbus, dan prisas por arrancar. Una voz discordante de unos de ellos mientras el rebaño sube, exclama: -Falta la Jessy. -Que se joda- responde un amiga de la Jessy ya montada. Pone los pies encima del posa cabezas del asiento de delante y deja ver su diminuto tanga. Explota una carcajada conjunta de chonis que da paso entre gritos y abucheos a las amenaza al conductor de que arranca o le meten. Queda en el anden el otro autobus. El conductor abre la puerta de la cabina, desciende . Dirigiéndose al encargado del grupo, un hombre de mediana edad, cabello engominado hacia atrás, serio y formal, camisa blanca y pantalones de pinza conjuntados con mocasines blancos. Le anuncia mirando su reloj de pulsera: - Jefe, dentro de cinco minutos arranco- de está forma el chófer demuestra que está dispuesto a cumplir con el deber y no permitir ruegos de “ 5 minutos más, me falta uno.” -Está bien- responde el encargado del grupo consciente de que falta gente.
Un vagabundo merodea con el deseo de salir de Vall d' Uixó. Aprovecha la oportunidad para montar en la parte trasera mientras todo el mundo sigue abajo pendiente de la conversación del chófer y el responsable. Poco a poco en silencio y en orden van subiendo. Se cierran las puertas y suena la marcha atrás. -Qué os vais sin mi- berrea una chica haciendo aspavientos con los brazos- Meidei, Meidei- grita con voz de loro. El autobús frena y abre las puertas. Sube una joven permanentada apestando a colonia barata. Sujeta un móvil con dispositivo MP3 que emite molesta música ballenato. Se baja la minifalda de dos dedos , muestra un tanga rosa y el tatuaje de un Cristo coronado de espinas cerca del chocho. Refriega una mano repleta de sortijas sobre su diminuta camisa de tirantes que apenas cubren los mondongos de sus generosos pechos pircingnadados. -He tenido que pasar por casa para ver si estaba el padre de mi hijo, pero el muy sin vergüenza está de festuki. Mi chorbo es un hijo de puta, pero lo quiero- pasea entre las gentes buscando caras conocidas. -¿No está la Mara?- pregunta y nadie le responde. Se sienta al final junto al vagabundo.
Saca un chicle y empieza a mascar. -¿Tu eres de Texas no?- pregunta. -No, pero paseaba por allí con frecuencia buscándome la vida- le responde quitando la pierna de la Jessy que ha colocado sobre las suyas. -¿Tienes novia? -pregunta estallando el chicle sobre su rostro maquillado con cierto isomorfismo caballil cuando el autobús salta una bache . -No, no tengo, guardo voto de fidelidad a una dama. Una vez, hace una década ame locamente a una mujer. Era la criatura más hermosa del mundo. Cantaba cómo los ángeles, y si hablaba, era para hacerlo de revolución y amor. Sus dientes eran perlas blancas, sus dulces manos acariciadoras eran capaces de darte un masaje reparador cómo de luchar por una sociedad más justa. Juntos íbamos a construir un mundo mejor. La Jessy se espatarra y suspira. Un viajero que intenta dormir carraspea a modo de queja. -Jope, nunca he escuchado nada así- le dice incrédula atusándose varios mechones borreguiles de su permanente laqueada. ¿Donde la conociste?- le pregunta tras un breve silencio. La conocí en una manifestación. Ella agitaba una bandera republicana y alentaba a los compañeros del sindicato y proletarios que desfallecían. Caían por cientos en una plaza de Barcelona bajo la porra de la policía. Consiguió cómo Agustina de Aragón que mantuvieran las posiciones hasta el cambio de turno de una fabrica donde vinieron los refuerzos. Se luchaba por el pan y el puesto de trabajo. Eran tiempos mejores ¿sabes? Vaya, que fuerte . Eso te lo has inventado de alguna película de Jackie Chan ¿ no?- La Jessy mira al vagabundo de arriba a bajo, desde sus pantalones elásticos sucios, su camisa de Matallica raída y apretada a sus fibrosos músculos, a sus cabellos largos de color pardo cayéndole sobre los hombros hasta llegar a una mirada de furia aplacada, metida en un rostro sereno, armónico, con cierta expresión de ira con la que se ha aprendido a vivir en paz y armonía. El vagabundo mueve la cabeza en señal de que no se lo ha inventado. -Uy, Uy, van a poner una peli- exclama la Jessy leyendo el título- Los tres mosqueteros. Yo la he visto, sale Nicolas Cage y otros muy famosos. Mola mogollón. -Por favor señorita. Algunos queremos descansar y ver tranquilos las aventura de dartacan- asoma de entre las butacas un cráneo calvo con gafas harto de la Jessy. El día comienza a clarear entre agrestes lomas despobladas de vegetación, llanuras anchas y cenicientas, repletas de jarales y manchas moteadas en el paisaje de alguna carrasca dispersa entre las monótonas y polvorientas eras de la guerrera y servil castilla.
-¿Crees en los ovnis?- pregunta la Jessy al vagabundo que dormita hablando solo abrasado por la melancolía del recuerdo de su viejo amor. -Perdona no te he escuchado bien- le pide que repita la frase abriendo los ojos el vagabundo. Nota que tiene la boca seca. Saca del macuto algo de agua de una calabaza. -¿Qué si crees en los ovnis?-vuelve a preguntar chillando la Jessy. El resto del pasaje la mira perdiéndose el momento en que dartacan atraviesa lanzando la espada cómo un dardo a seis soldados del malvado Luis XVI y vuelve a sus manos para atravesar a trece o catorce malos más. Sin dejarle responder, le cuenta la Jessy al vagabundo experiencias y conversaciones privadas con su novio.
Mi chorbo y yo después de la sesión de disco, si aun no es de día subimos a la ermita de San Antonio y miramos al cielo para buscar ovnis. Hemos visto flotar luces pasando muy rápidas por encima de nosotros ¿sabes? Mira tío, te contare una cosa que vas a flipar.
Un día salíamos de la disco industrial, la de la vall ¿sabes? Íbamos a Masia. Le metemos al BMW tuneado cuatro euracos de gasofa y arreamos. Mi chorbo hace un trompo y yo le digo: -Tío que nos vamos a matar y estoy de tres meses. Y él hace otro trompo. Íbamos a 200 por hora en una carretera secundaria con los amplis a tope escuchando Camela. !Cómo te lo cuento! Y vemos en una curva a una tía. Mi chorbo hace un trompo. Yo le digo que pase, que tenga conocimiento que esta conmigo y las marranadas a mi no me gustan. Y él va y frena haciendo un trompo sacando medio maletero por la curva. La has matao- le grito pegándole un bofetón-Bajamos corriendo, nos giramos y nos vemos a la tía en el coche. Montamos, mi chorbo arranca y en una curva nos dice: en esta curva me mate yo- mira tío nos giramos y no está, nos quedamos blancos, te lo juro por el señor Jesucristo, y por qué se muera mi hijo si miento que es lo que más quiero del mundo mundial. Del susto nos la pegamos contra un ribazo. El autobús hace una parada. Los viajeros cansados entran en el bar y desayunan. A un par de kilómetros se ve sobre una colina una dorada torre medio derruida en la que el sol naciente ilumina sus adobes amarillentos, casi polvo de la misma llanura triste y soñadora, pobre e hidalga, que mira en el pasado tiempos mejores, y con desdén el presente sobre las cenizas grises de sus campos. Los viajeros vuelven a subir. El autocar, lento, monótono,hace camino hasta llegar a Madrid. Antes de abrir sus puertas, el responsable del grupo se dirige a los viajeros: El recorrido de la manifestación será el siguiente. Ahora estamos junto a la estatua del general Espartero cuyo caballo ya sabéis de sus cojones, al igual de la mala ostia que tenía el ilustrísimo general de las tropas isabelinas- señala la estatua ecuestre que todo el mundo mira situada junto al Retiro- Calle abajo está la Puerta de Alcala, la de la canción, es donde empieza la manifestación. Acaba en la plaza de Colón, famoso por su huevo. A las 2 sale el autobús, espero que paséis un buen día. Lo importante del acto cómo sabéis es ser mucha gente, que nos cuenten y diga la prensa, internet y la TV que eramos un millón. ¿OK? Ok responden los sindicalistas. ¿Pero que perroflautada es esta?- se pregunta en voz alta el vagabundo. La Jessy con un ataque de ansiedad se pone en pie y levanta el dedo en posición apostólica. Una pregunta señor.¿No es aquí la fiesta de la espuma? No creo que haya espuma compañera, pero fiesta si habrá. Se trata de eso, de pasarlo bien, revindicar. Proponlo en el sindicato, yo no tengo inconveniente en lo de la espuma. Por cierto y solo por curiosidad, tu cara no me suena. ¿Es la primera vez que vienes a una manifestación?- le pregunta el delegado sindical responsable de la logística. A una fiesta- manifestación si, de otro tipo he ido a muchas- La Jessy se hace la chunga interesante moviendo las piernas e inclinándose sobre la cabeza de un viejo que acaricia. Ven conmigo- le invita el responsable sindical llamándola con el dedo indice. La Jessy desfila por el pasillo del autobús moviendo rotomtombera las caderas y los pechos que le votan. Los viajeros salen y en pequeños grupos dispersos empiezan a caminar desplegando las banderas de los sindicatos mayoritarios. El vagabundo pasa junto a la puerta de Alcala y se acerca a una multitud en profesión de pentecostés. ¿Qué hay camaradas? - saluda hambriento el vagabundo con lección aprendida contemplando a un grupo con bocata de chorizo que siempre llevan de sobra para compartir. Saludos amigo- le extiende la mano un orondo proletario campechano y delegado de la UGT. Va bien afeitado, vestido con camisa blanca, pantalones de lana, zapatos de piel roja alcanforados. Por la puerta de Alcala se empieza a mover el personal en dirección a Colón. Desfilan zancudos, un enorme buitre de dos metros de altura movido por un mecanismo de chasis de varillas y poleas oculto por las telas, cartones, y algo semejante a plumas pegadas que dotan de movimiento a esa estructura en forma de buitre, cuya cabeza , alas, se mueven y se desplaza raudo por las calles a través de unos pedales guiados por un conductor. Grupos innumerables de personas caminan con carteles protesta de todo tipo por la plaza de Colón donde se detiene la manifestación. En silencio la gente, mudos, individualistas, solos entre una multitud repleta de ruidos de pitos, timbales,silbidos, aplausos, giran en circulo cómo los musulmanes en torno a la meca, o los penados de Dante en el noveno saco del infierno donde se castiga con razón a aquellos que causan civiles disturbios, o los enfermos mentales. Es el dantesco espectáculo que presencia Mariano Rajoy y el vagabundo.
-!Qué pasada de fiesta! Cuantísima gente- dice la Jessy de subidón. Bailotea con la mano agarrada del delegado sindical en su cintura- La decoración es guay. Hazme una foto- solicita al responsable sindical acerándose a la estatua de Colón. Le da su teléfono móvil con cámara y mp3. -Sonríe- con un ojo cerrado apunta en la mirilla del objetivo de la cámara a la Jessy que saca de su mochila Tommy un peluche de Bob Esponja al que le lanza besi-Jessis. -Hazme ahora otra con la bandera- señala el enorme banderón que preside marcial y patrio la plaza del almirante- Mis amigas de facebook que salen con guardia civiles y militares van a flipar. Se van a morir de envidia de no haber venido a la fiesta de la manifestación. !Subidón, subidón, que banderón!- Sonríe emocionada y feliz la Jessy experimentando nuevas sensaciones lúdico- festivas. -Ahhh.ahhh. Ahhh- empieza a gritar la Jessy alarmando al delegado sindical que deja caer el móvil. -¿está bien cariño?- le dice acercándose a ella. La Jessy sale corriendo y empuja a unas pendejas que se están haciendo fotos eróticas con los bomberos de alicante que pasean macarras con cascos, pantalones ajustados, gruesas manguera colgando de sus fornidos pechos por la plaza haciéndose fotos con gays, adulteras y madres solteras. La Jessy se tira a los brazos de un bombero y lo cubre de besos.
-No, no, es una concentración, y no una manifestación- comenta a su compañero discrepante un manifestante al que ha preguntado el vagabundo el motivo del acto intentando comprender exactamente cual es, ya que ve gente con carteles colgando de sus cuerpos, o sujetos en sus manos, con lemas contra la natalidad, contra los recortes, pidiendo la abdicación del rey... -No se puede llamar a esto concentración compañero, pues evidentemente nos estamos manifestando- le responde el otro manifestante ofuscado, olvidando al vagabundo que mira el debate nominalista de Guillermo de Ockham. -Da igual cómo se llame- interrumpe el vagabundo interponiéndose cuando están a punto de dar fin al ambiente festivo y pacifico del acto por unas palabras mal dichas y peor entendidas nacidas de la duda- El motivo es lo importante. Yo no soy sindicalista ni proletario, pero, quiero saber. -Es por los recortes,contra el gobierno del fascista de Mariano Rajoy- dice triunfante un manifestante. -No hombre, es para proponer un referéndum o consulta popular sobre si el pueblo español libre y soberano quiere los recortes o no. !Qué se consulte!- petulante responde haciendo gesto altivo de intelectual. ¿ Y si la gente estuviera a favor de los recortes, los aceptaríais?- pregunta perplejo el vagabundo. Por supuesto, sin lugar a dudas- responde a la vez el concentrado y el manifestante. ¿Sois de izquierdas?- trata de comprender el vagabundo a través de preguntas la dimensión social o política que pueda tener el acto. Yo soy socialista y de UGT- afirma el concentrado. Yo soy de IU y de CC.OO- responde el manifestante. El vagabundo se aleja y los deja discrepando. -Es maravilloso compañeros, la radio dice que somos un millón de personas. El número amigos es la clave de todo, es el triunfo revolucionario, solo hay que llamar gente y pasarlo bien. Así se gana una revolución. Imaginar cómo se ha adelantado en el mundo. Antes estaban los motines cuando había hambre, injusticias, luego llegaban: las cárceles, las torturas. Uy, uy, que horror, el horror. Pero ahora, mirar que bien. Uno ni se entera que la gente lucha.¿ Yo no me entero y vosotros? El resto niega con la cabeza. Bajo la sombra de unos frondosos arboles que dejan caer lentamente sus hojas arrancadas por el cálido viento, los sindicalistas dormitan y celebran que son un millón. A lo lejos se ve la figura de Cándido Méndez, el traidor, el pactista. Trata de dar un discurso cómo un Jesuita sobre la lucha proletaria a la que tanto le deben los parias. Apenas nadie le escucha por qué unos andan por la plaza haciendo ruido con los timbales, otros pitán, grupos de cientos observan las performances de artistas callejeros, pero los más, en número de millares, yacen dignos con el puño en alto a la sombra de un jardín protegiendo los cráneos privilegiados de un sol injusto con los manifestantes y unas temperaturas de cerca de 40 grados. Andele, andele, cervecita fría gringos para la revolución, no se me sequen la garganta pidiendo la cabeza de Rajoy guates. Venga pendejos, a euro la cervecita fría para ganar la revolución- corea un emprendedor ambulante esquivando los cuerpos de los manifestantes tumbados sobre la hierba un día de septiembre caluroso, enamoradizo, de un cielo azul despejado que invita a disfrutar de la vida, de la compañía de los amigos, y empuja sin darnos cuenta al consumo y al vicio. Ya que estamos en Madrid concentrados podríamos ir a tomar unas tapitas. Conozco un lugar fantástico cerca de aquí- levanta una voz bajo las ramas espesas de una higuera repleta de sus jugosos frutos abiertos. Tu si que sabes Evaristo- le dice un camarada que se abrocha en botón del pantalón y se levanta poco a poco desperezándose y bostezando. Es que me saque la carrera en Madrid. Aquí es donde conocí la ciencia socialista y sus grandes verdades, que el socialismo no es miseria- replica estirando la mano para que le levanten entre dos o tres. Oye, que os parece si vamos a la milla de oro a comprar algunos cuadros. Cuando veníamos en la manifestación he visto una pinacoteca, me gustaría llevarme algo para el salón. Al fin y al cabo no siempre se está en Madrid- comenta un caballero apoyado su cuerpo junto a un peral del retiro. Guarda en una cartera doblando con cuidado un boletín interno de IU de Mérida y el Granma de Cuba. Si, esto ya está acabado, seguro que nos han contado ya. Pero una cosa Tomás, a ver si nos perdemos- responde inquieta viendo fuera del parque las grandes avenidas de la capital una mujer elegante y de mediana edad que necesita seguridad.
El vagabundo camina por la plaza cogiendo bocadillos y bebida que guarda en una bolsa de basura afanoso cómo la hormiga preparándose para el invierno. Recibe varios pisotones cuando se agacha. Los sufre cómo gajes del oficio. ¡Arriba, parias de la Tierra! ¡En pie, famélica legión! Atruena la razón en marcha: es el fin de la opresión. !cuantos años sin oír esa canción!- el vagabundo sufre una profunda conmoción que le bloquea. Su mente queda en blanco, hipnotizada. El corazón palpita emocionado, un torrente de lagrimas a punto de desbordarse le va subiendo desde las vísceras. Coloca su gran oreja lo más alto que puede sintonizando hacia la delicada voz transportada por el céfiro. Busca con sus ojos que cobran destellos vida, de deseo, y que salen del letargo de su penitencia tratando de encontrar a quien canta esas bellas palabras. A lo lejos, entre la manada de gente ve cerca de un estanque artificial del parque, donde reposan puras, cristalinas , tranquilas, unas aguas blanquecinas surcadas y partidas por las aletas de carpas de colores, y pequeños barquitos y submarinos de recreo teledirigidos por niños y frikis. Sobre los bloques de mármol que adornan los diques de algo más de medio metro de altura, se posa una hermosa mujer cantando la internacional y agitando una bandera republicana.
Al vagabundo se le anuda la garganta, sufre de no poder expresarse . Envuelta su gruesa frente de un sudor frío, trata de hacerse paso entre la chusma que va hacia los bares y los complejos de ocio. Varias palomas, unas blancas otras negras, bajan del cielo en picado para posarse cerca de la dama y beber agua. Siguen la tonadilla de la hermosa doncella de largos cabellos castaños cuyos colores otoñales recuerdan a los frutos maduros y sensuales de ésta estación de intensos colores y aromas. Sus zapatitos pequeñitos de charol se mueven equilibristas sobre el pollete del dique. Camina agitando la bandera republicana cómo una danzarina de ballet. Pues su paso tiene el ritmo de la danza y el fuego. Sus marfílicos dientes se muestran cuando sus apetecibles labios nos enseñan el significado de la palabra sonrisa que se produce al ver pasar ante ella unos niños proletarios con sus padres, y anima todo ella gracia: a la lucha, a las barricadas, al amor, a la fraternidad, a la igualdad, a la libertad. Francisca, Francisca, doña Francisca- grita el vagabundo echando a andar entre las masas que tienen miedo de perder el autobús de regreso a sus pueblo y ciudades, algunos a unas distancia de casi 1000 kilómetros. - Francisca, francisca- el vagabundo ve cómo baja del estanque y se aleja en dirección contraria a la suya. Apartar basura, largo de aquí desgraciados- grita desesperado entre un mar de brazos proletarios que le obstruyen el paso- Francesca, Francesca. El vagabundo tropieza en el suelo con una bandera caída de la CGT. Estos sindicalistas románticos, soñadores, solitarios, individualistas, han aparecido fugazmente en la concentración/manifestación para recriminar a las masas hedonistas y anti revolucionarias que ante la crisis, los recortes, la miseria, la injusticia solo hay una alternativa: el kalasmikof y la granada de mano. El vagabundo la recoge y atiza con la bandera el cráneo de un delegado de UGT que va camina en sentido contrario al suyo. Pincha en el ojo a otro de CC.OO. -Apartar o os mato gentuza- amenaza a la gente que se aparta dócil protestando por la violencia del vagabundo. -Francisca, francisca- grita haciéndose paso con la bandera de la CGT. Boca Negra- exclama la bella Francisca al ser girada por la fuerza cuando hablaba con un grupo de amigos y reconocerle. Quedan frente a frente - Dios mio- sus ojos brillan de emoción entre lagrimas- ¿ Será cierto lo que veo?- le dice derramando conmovedora ternura. Soy Yo Francisca-Boca Negra la abraza con fuerza . Besa sus labios, su cuello, sus pechos. Los dos cuerpos quedan rodeados entre miles de personas que hacen fotos, pues jamás en la historia de la humanidad un abrazo fue tan sentido, ni se derramo tanto amor contenido y exiliado por culpa de los gobiernos fascistas de la era del terror democrático de: Aznar- Zapatero-Rajoy. Desapareciste tras la ultima manifestación- le dice acariciando Francisca la cara rasposa y curtida de Boca Negra. No Francisca, he estado en prisión detenido muchos años. Al acabar esa manifestación me fui con los colegas, no iba ni a tardar ni media hora. Se que te dije que prepararas la cena y recogieras la casa una vez terminada la concentración para pedir la excarcelación de nuestros amigos del colectivo de liberación animal que soltaron a un león del circo de Valencia que devoro a 14 personas. La cosa de complicó Francisca. Fuimos un momento a comprar unas cervezas, pero no llevábamos dinero ninguno, así que las cogimos y nos las llevamos sin pagar. Luego nos entró hambre y me dije, pues ceno aquí y evito gasto en casa. Volvimos al supermercado y nos llevamos cordero, pollo, salmón, patatas y más cerveza. ¿Y por eso fuiste a la cárcel?- le pregunta Francisca. No, es que luego vino uno diciendo que se hacia un concierto autogestionado en apoyo a unos okupas para financiarse una placa solar. No teníamos dinero para la entrada. En esos lugares ya sabes que no mola colarse, hay que tener ética. Volvimos al supermercado y lo atracamos. No te dije nada para que no te preocuparás. Oh Boca Negra, deberías habérmelo dicho- le recrimina Francisca. ¿ Me has sido fiel?- le pregunta Boca Negra enrollando la bandera de la CGT sobre el mástil de plástico. Francisca levanta ligeramente su precioso y pequeño hombro izquierdo, y hace un ademán femenino y por lo tanto incomprensible y ambiguo. Da un suave beso a Boca Negra. Bueno ,pues vayámonos a casa, por cierto ¿donde vives?- le pregunta agarrándola de la mano. En Aranjuez, es un pueblo muy comprometido y reaccionario. Tiene mucha vida social- exclama con orgullo de sedentaria. Boca Negra tira de ella que se mueve contra su voluntad, arrastrada. Boca Negra lo nota, se detiene y la mira temeroso que en una década sin verse pudiera haber cambiado alguna cosa. Tengo que contarte algo- balbucea Franceca llevándose la mano al pecho y ruborizándose. Boca Negra la mira espantado, pues nada puede herir ni dar más temor que la confesión de una mujer después de 10 años. Soy socialista, y esos que ves, son mis amigos, todos socialistas y de la UGT. Boca Negra nota cómo su mundo se desploma. Agacha su cabeza hasta su pecho, sus largos cabellos le cubren el rostro.
Da media vuelta despacio. Francesca mira la espalda de Boca Negra, imagina su rostro vencido y atormentado consciente del mal que ha causado en el corazón de Boca Negra. Ella balbucea sin moverse, hierática. -Boca negra, no lo hagas por favor, no- le ruega dulce. Boca negra se aleja poco a poco seguido de muchas miradas. Desenvuelve la bandera de la CGT que orgullosa, varonil y gallarda ondea bajo la mirada soberbia y formidable del Gran Cristobal Colón. Boca Negra se para a pocos metros de los anti disturbios. El sol le cubre los ojos, el sol abrasa, el viento arrastra propaganda de la UGT. Una armónica suena , él sabe que su hora llega. Grita Boca Negra de tal modo que la plaza queda en silencio. Un millón al alma sobrecogidas contemplan el pendón de la CGT en ristre y los cabellos de Boca Negra volando por el viento en su frenético galopar, mientras el capitán de los anti disturbios que estaban recogiendo prepara a sus hombres para la embestida. -Una fila de rodillas con los escudos cubriendo , la segunda fila de pie y con la porra preparada. - El pueblo español al rescate de lo que nos han quitado- grita Boca Negra lanzándose sobre la primera fila que sortea golpeando con la bandera de la CGT un escudo de un anti disturbios que destroza. Varios agentes de la segunda fila dan golpes con la porra, pero con un formidable mandoble de bandera lo para y golpea sus riñones. De un bocado Boca Negra arranca el plástico coloreado de rojo y negro con el logo de la CGT y cubre el casco de un agente que ciego la emprende a palos con sus compañeros. Poco a poco se amontonan en la plaza de Colón los agentes caídos en servicio a la patria y al deber, pero cada vez van llegando más. Al cabo de una hora de combate del mástil de la bandera de la CGT solo queda ya unos centímetros.
Pide ayuda a los que miran para que derriben el enorme mástil de la plaza de Colón y exterminar cómo Sansón a medio cuerpo de policía nacional de Madrid, pero nadie le ayuda. Boca Negra se ve obligado a luchar con sus manos, y ya sea por número del enemigo, por cansancio, o por qué los dioses le retiraran su favor, Boca negra cae abatido bajo una lluvia de porrazos. Francesca llora, se mesa sus bellos cabellos y quiere acudir, pero los malvados socialistas amigos del buen vivir y poco luchar la retienen para que no se enturbie su imagen. -El se lo ha buscado Francesca. La gente tiene lo que se merece cuando no se adapta a las normas. Girándose al resto de socialistas les advierte amenazador: Los anti sistema, los revolucionarios, no tiene cabida ni lugar cerca de ningún socialista, aprender la lección y vigilar vuestro pasado.
Angelillo de Uixó, dedicado con cariño a su amiga Francisca. Ángel Blasco Giménez. fotos de la manifestación o concentración del 15-S, y el resto de las páginas que ve la policía de Uixó en google. Licencia Creative Commons
Los amantes del 15-S. Episodios nacionales de Angelillo de Uixó por Ángel Blasco Giménez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en wwwalgarabia.blogspot.com.

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