viernes, 14 de septiembre de 2012

La diada y el desembarco de Alcanar

La diada y el desembarco de Alcanar.
Episodios Nacionales de Angelillo de Uixó.
Los mismos que apedrean los cultivos, los que rompen la espiga que otro con esfuerzo siembra, se arrastran entre los secanos. Son la estirpe de Caín. Etnia hispana de casta batueca que recoge miserablemente los frutos del otoño en la geografía castellana aragonesa levantina. Asoman entre ribazos de Vall d´Uixó, sobre las calvas lomas onduladas, el cogote melenudo, greñoso cómo ovillos rizados del borrego, cantando bulerías junto a camaradas de misma leche y diferente sangre, de cabellos taxonómicos mal rapado en forma de crestas puntiagudas, o simplemente pelados: El criollaje latino que afana en colectividad de manada borreguil la algarroba y la almendra, para venderla a un conocido judío del pueblo mayorista de frutos secos que pone monedas en sus morenas manos. Los campos amarillentos, nada trabajados, esquilmados, olvidados. Cubiertas de chumberas las casas sin techos y tres paredes de mampostería donde vivió alguna familia humilde de labriegos. Entre trincheras y trialeras de motoristas y ciclistas, basura, escombro y esparragueras, llegan las eras hasta el pueblo hispano de Uixó. Recogido los batuecos entrados en años y los facciosos del PP en una iglesia de barrio marginal, que oficializa su nombre cómo Colonia de San Antonio, aunque es conocido por Texas. Saca pecho el barrio de 50 años de historia ante el cura y las autoridades, cuya biografía no escrita en los muros del facebook de sus habitantes es la de la miseria, la violencia, las drogas, las enfermedades mentales, los problemas de convivencia racial, afinamiento, divorcios, encarcelamientos, robos, maltrato familiar, animal y vegetal que supera con diferencia la media de las favelas de Brasil. Todo en los primeros 50 años de civilización.
Una sombra errante, la de Emiliano, el anarquista oficial del pueblo, vuelve cómo Ulises después de su largo viaje. Sobre su cuello un pañuelo con la señera catalana regalado en la manifestación de la diada. Sube la cuesta de San Antonio ante la mirada feroz y salvaje de sus vecinos. Quitándose el pañuelo que lleva a lo John Wayne lo agita ante ellos. El vecindario son hijos de la madre España. Nacidos con genes de hambre, servidumbre, pleitesía al poderoso y al funcionario que han heredado junto al moreno que gusta a la suecas que veranean en Benidorm. Abre la puerta el viajero apatrida Emiliano. Nadie le espera en su hogar. Una paloma sobre la chimenea levanta el vuelo. Respira con satisfacción el anarquista de poder estar solo. De puertas a dentro todo está en calma. Tras la ventana a la que se asoma observa con desprecio el pueblo de Uixó, con el odio y la intransigencia que debe tener en su corazón un buen anarquista ante la injusticia social y los grupos que impiden un desarrollo material de la humanidad. Llega hasta él la propaganda oficial emitida desde los altavoces del vecino barrio. Reza la oración de la ruina, de la mentira, de la insidia, de la demagogia, el alcaldito Óscar Clavel rodeado de alelíes y farandules en oficio político militar fascista dentro de una iglesia evangelista. Hoy celebramos los 50 años de éxitos y alegría en la Colonia San Antonio. Vosotros habitantes del lugar sois afortunados por tener un chabolo donde descansar el cráneo y reposar la frente junto al pecho de alguna chorva preñada o sin preñar, y ver a vuestros hijos corriendo por el comedor con alguna piedra, señal inequívoca de que mañana será un emprendedor cómo lo habéis sido los que por necesidad habéis acabado en este maravilloso lugar del mundo, punte de unión de la cultura uxenses con la de la meseta hispana y las etnias tribales, que en tan buena paz y alegría conviven en medio del paro y la miseria. Sois un ejemplo de austeridad. Ningún barrio tiene un indice tan bajo de servicios, con lo que el ayuntamiento ahorra mucho, ni apenas se producen llamadas a la policía, vosotros os administráis la justicia al margen del estado. Vall d´ Uixó os debe mucho, el PP más, y quiero recordar en este aniversario que sois ante todo votantes del PP y Españoles, no cómo esos catalanes que quieren la independencia y de buen seguro que os tirarían de sus tierras una vez hubierais puesto el pie en ellas para intentar colonizarlas. Viva la Vall d ´Uixó, viva la colonia de San Antonio, viva España. Fuera Cataluña. Los asistentes aplauden el discurso con gestos y ademanes, incluso con elocuentes: -Si, si, si. Afirman propositivos las verdades paternales de las autoridades Hispanas. Rostros morenos, demacrados, ojerosos, violentos, capaces de los más nefandos vicios y bestiales crímenes, se lanzan en manada hacia unas bandejas de pastelitos y bebidas que ingieren indigestos y flatulentos ante la mirada benévola y triunfadora de las autoridades del PP que cosechan votos. Más pasteles, más bebidas- llama esplendido el alcaldito a un suministrador. Emiliano dejando el macuto se tumba en un colchón tapándose con las manos los oídos en gesto de protesta individual. Diminutas arañas en la esquina de la habitación laborean redes con las que recogen la pesca de avispas, moscas, mosquitos... -¿Cómo debió de ser el numen de Uixó antes de que la etnia batueca, gachupina y farandula tomará el poder por número, colapso económico y sucesivas mayoría del PP? ¿alguna vez el descendiente del morisco levantino, algún vástago de Alá del que procede el autóctono aborigen del lugar llegó a a amar a su tierra, a su patria califal cómo ocurre en los condados catalanes? ¿ Fue acaso el emigrante castellano, plaga cómo ninguna el que arruino ésta sociedad?- se pregunta Emiliano soñador, recordando los felices días entre nacionalistas, anti sistema y anarquistas que se manifestaban por cada calle, por cada cruce de caminos, desde cada ateneo de Cataluña, mientras él, espectador casual y lógicamente vigilado por tener en el DNI escrito: Valenciano, causa de sospecha de ser agente pro- español hasta que se demuestre los contrario. Demostró su lealtad, no por temor a los catalanes, si no de corazón, públicamente en la plaza de Alcanar. Escupiendo a la bandera de España frente al cuartel de la guardia civil entre aplausos, castañuelas y oles de los asistentes que bailaban sardanas y fados portugueses quemando los colores rojos y amarillo convertidos en humo purificador ascendiendo sobre un cielo infinito, donde el garabato esperpéntico en vuelo alado de la gaviota se alejaba cegada de la rabia a las islas del delta junto al toro bravo que pace confinado en ese lugar bramando dolorido en su negro orgullo. !Pero oh deidades catalanas, nuevos dioses para un nuevo estado, la vetusta religión católica llama virgiliana a la ventana de Emiliano que lo escucha todo! -Jaripe, Jaripe, Jesucristo es el señor, el resucitado que limpia todos los pecados cómo el fairy la grasa. Jaripe, Jaripe. Jesucristo da unidad a la patria chabolera, fuerzas para el combate al que recoge chatarra y algarroba. Ayuda al PP, a Óscar Clavel que construye templos al señor- predica el pastor entre la conmemoración barrial y el apoyo político militar al PP al que le deben, y con el que lucharán en la guerra civil. Atruena su voz fanática y su rostro lunero y oscuro cargado los dedos que señalan a los asistentes con anillos de oro y cristo macizo colgando del mismo lugar donde se coloca la soga a los ladrones, vagos y maleantes. Las voces amplificadas por la megofonía cacarean por medio pueblo rebotando en las paredes y las mentes de los batuecos del lugar amplificando el mensaje. -Joder que gentuza, habría que exterminarlos a todos con un lanzallamas- comenta para si mismo Emiliano, dotando de verbo el pensamiento en monólogo socrático motivado por la creación de un mundo mejor donde la injusticia, los pastores de pueblo, los lideres, las razas diferentes de los lugares de origen, desaparezcan sin causarles sufrimiento ni dolor. Emiliano deambula por la casa marcado por la indecisión, dolorido por los cánticos enemigos y herejes, pero resucitado por la ilusión anarquista en la creencia de la llegada del hombre de paz y buena voluntad comprometido con la sociedad y el ser humano que triunfará la conflictividad revolucionaria. -Revolución o muerte- se dice lleno de rabia cogiendo el macuto. Cierra la casa y echa libre a andar. Un vecino que ordeña una cabra le observa con mirada Española, ojos de judas entorcados, cejas pobladas y muy juntas, gesto de bobalicón receloso, pómulos metidos para adentro, frente amplia de cabestro. A su alrededor chatarra, sacos de algarroba, iniciativas de emprendedores del gachupinaje español que malgasta su vida caminando por las veredas en busca de fortuna cerca de las rentas altas. Emiliano repleto de coraje de hombre de izquierdas y comprometido con los pobres, alzando su frente orgullosa, levanta nerodiano el dedo pulgar y el mentón mientras el choto asustado bala. Exclama a la cara de su vecino: Revolución o muerte. Desciende loma abajo hasta la estación de autobuses, deja atrás , sobre las aceras repletas de vagos que acuden a las terrazas a emborracharse: chonis, los canis y el gitanerío burlón y gritón. Sola la raza mora: trabajadora, unida, verdaderamente emprendedora, agrícola, artesanal, que no se ensucia la túnica ni las alparcas en la miseria de la chatarra ni la algarroba, merece el respeto del anarquista Emiliano. El autobús impuntual, caro, lento, le lleva monótono hasta la estación de trenes a Emiliano, sufriendo el tener que escuchar lo que escuchan los conductores de autobuses de España: a la cope y libertad digital insultando a Cataluña.
II. parte el desembarco de Alcanar.
Emilianatio, Emilianito, has vuelto a nuestras tierra- abren los brazos sus compañeros agricultores ecológicos anarquistas de Cataluña. Emiliano se mete entre sus brazos. -Valencia arde, Vall d´Uixó es territorio calorro-chonis. No quiero estar allí. El PP está lanzando consignas anti catalanistas y la gente les sigue. Llega la guerra. Varias mujeres apellidadas Carot han sido violadas, y la tienda de cavas del señor Maragall ha sido saqueada, a sus hijos les han apalizado- les cuenta con tono grave Emiliano enseñando las pruebas: un mensaje de su móvil que ha recibido de un amigo cuando estaba cerca de la estación de Vinaroz. -Pues violemos a todos los que se apelliden Toledo, Franco, Guzman- se conjuran varias voces de anarquistas indignados con los españoles. -Creo que en casos así es lo justo- replica sapiencísimo y oportuno Emiliano. Camaradas tenemos que hablar de nuestro proyecto agroecológico ahora que Emiliano está de nuevo con nosotros- toma la palabra un anarquista con rastas. -No procede Parua, la situación político- social está por encima del trabajo- responde Cacambo, un anarquista prototípico clásico: moreno, delgado, alto, con barba a lo Marx y gafas redondas que impone seriedad en las asambleas. El resto aprueba la moción de censura a Parua y salen a la calle a quemar contenedores y coches catalanes para protestar contra el invasor español que quema coches y contenedores en España para protestar contra el separatistas catalán. Al día siguiente despierta solo Emiliano en su casa okupa de Alcanar, el resto noctámbulos y guerrilleros continúan la fiesta por su cuenta, algunos incluso ya en otras provincias.
El Montsiá se yergue majestuoso y misterioso entre nubes que envuelven sus crestas calcáreas. Sobre sus calizas las águilas imperiales que vuelan en circulo. El Ebro a lo lejos llegando a su desembocadura que se abre en mil canales repletos de huertas y arrozales. Frente a Emiliano, en línea recta al este observa las hermosísimas islas del delta rodeadas de un flotilla de veleros cómo hace siglos lo estuvo de piratas. Las salinas insulares, las lenguas de tierra y agua, la vegetación rodeada de mar entre aguas turquesas azuladas y plateadas de los destellos cegadores. Se embriaga de ternura naturalista la vista sensible de Emiliano. El día, caluroso, estival de mediados de septiembre. Los granados que rodean la terraza están cargados de sus frutos otoñales que se abren rojos y sensuales junto los manzanos. Las flores surgen por doquier, el aire cálido se llena de gritos de las aves que llegan al delta para invernar. Nada invita más a la vida que los colores y las fragancias de la naturaleza. Pegado a la casa hay un invernadero y un huerto colectivo, que llenara de riqueza, dicha y orgullo el alma de agricultores ecológicos de la comunidad de anarquistas.
Mañana cultivare, hoy es mejor ir a la playa. La vida es breve y la asamblea tiene que pensar, sea- se decide valientemente Emiliano cogiendo una toalla de Pamela Anderson en topless. Camina varios kilómetros hasta el mar . El azadón, herramienta inventada por el burgués capitalista explotador se queda huérfana en una esquina. Por las calles la gente disfruta, sueña cosmopolita con la independencia. Emiliano sonríe y aplaude a la bandera de los estados catalanes. Las playas de Alcanar repletas de tranquilas calas de jabonosas olas que rompen contra los desfiladeros llenan de espuma blanca el cuerpo de Emiliano que nada entre mar y roca. En una de las brazadas se detiene. Alza su vista mirando la negra costa. Sobre un acantilado ve unos bunkers. De uno de ellos sale un soldado con un fusil que le hace señales de que salga. Se gira a su espalda y ve una flota de barcos y lanchas neumáticas con la bandera de España dirigiéndose a la orilla. Emiliano desconcertado nada raudo hacia la playa. De repente una ráfaga de ametralladora surge de los bunkers alcanzando a varias balsas neumáticas. Varios soldados que van en ellas, haciendo piruetas acrobáticas caen al agua. El estruendo de la artillería es ensordecedor y el agua se agita en torbellinos. Una nueva andanada de baterías desde la orilla vuelca varias lanchas. Se levantan cortinas verticales de agua de los cañonazos y el fuego de mortero por el que desfilan en formación de V las lanchas de desembarco. El señor está con nosotros, no temáis nada- grita desde un bote el capellán del regimiento. Los soldados agarrados al mauser en el suelo de las barcazas rezan, cantan o lloran. Tiemblan sus cuerpos antes de la batalla que acaba de comenzar. -Más abajo, más abajo, el fuego de mortero más abajo, están pasando los botes. Colocar varias ametralladoras en la primera línea del flanco norte. Los anti carros, los anti carro, ¿ donde coño están los anti carro? Fuego, fuego, abrir fuego de forma más intensa- el valiente capitán de artillería del ejercito republicano catalán Carlos Machín, arenga a sus tropas. Varios cañonazos alcanzan a varios botes que se hunden rápidamente. Los acorazados frente a las líneas republicanas hacen fuego de cobertura. Las lanchas motoras escupiendo el humo de sus motores diesel avanzan rápidamente encallando en la orilla a la que saltan los sobrevivientes. Otras más lentas, llenas de agua que achican los soldados con los cascos de forma desesperada, son alcanzadas y hechas añicos. Emiliano se entrega a un soldado de la orilla que le retira riñéndole y empujándole. -Rápido, rápido, sal , vas a estropear el desembarco. ¿ Es que no lees las noticias, ni lees los carteles?- le grita el soldado empujándole con violencia. Yo, yo- balbucea Emiliano avergonzado y confuso.- dame un fusil, quiero luchar- resuelve plantado frente al soldado que se ríe. ¿Tienes el carnet?- le pregunta sarcástico. Antes pertenecía a la CGT compañero, pero me borre por no pagar la cuota- le responde Emiliano de forma brusca convencido de sus principios que pone en duda con su mirada un soldaducho de menos años que él. Varias ráfagas de tiros caen cerca de ellos. Mira tío, ese carnet no vale para está batalla, no puedo hacer nada, lo siento, haz el favor de salir de aquí- le dice el soldado empujando a Emiliano y tirándose al suelo. Empieza a disparar derribando a dos facciosos. Emiliano subiendo unas escaleras huye hacia las trincheras. Los soldados del ejercito rebelde toman las primeras posiciones de la playa de Alcanar. Desde los bunkers bajan las metralletas y barren a la infantería facciosa que detrás de unas dunas prepara lanza cohetes y morteros. Retirada, retirada de la primera línea, repliegue de la 101 división- manda la orden el capitán. El ejercito republicano catalán se retira precipitadamente. Algunos caen prisioneros de las tropas italianas, otros llegan a unas rocas rodeadas de mar de unas calas teniendo la retirada imposibilitada. Allí quedan heroicamente disparando sin cesar. Poco a poco van cayendo por esos cobardes golpistas que quieren ponerle el yugo a los hombres libres. El pueblo Catalán: valiente, luchador, de izquierdas, anti fascista jamás se dejara doblegar. Un pequeño grupo de cuatro soldados, ya sin munición se tiran al mar, pero las barcas pasan por encima de ellos. Cobardes fascistas, criminales, viles- grita Emiliano detrás de unos pinos presenciando la dantesca escena. En la arena solo quedan tras las defensas anti desembarco una pequeña escuadra que se retira por las dunas cómo puede intentando alcanzar una escalera de hormigón que sube a los acantilados. Fratricidamente son abatidos por las tropas rebeldes. Solo queda uno del pelotón, el soldado Ryan. Corre Ryan, corre- le gritan sus compañeros para animarle a alcanzar las escaleras, pero un tiro en la pierna lo derriba y cae prisionero. En el búnker de mando entra un mensajero. Mi Capitán Carlos Machín, los facciosos han tomado la playa, de los acorazados salen más tropas de refresco. Nosotros no tenemos ninguna el enemigo ha partido el frente. Vinaroz ha caído y una escuadra de aviones vienen hacia aquí. En Gandesa los combates son muy intensos, estamos en un bolsa de un frente de más de 90 kilómetros mi capitán. Gracias soldado- le saluda marcial Carlos Machín para que se retire mientras piensa observando desde el puesto de mando unos mapas del frente. Saca un compás y traza una ballesta. Varios cañonazos caen sobre la bóveda del búnker. Se desprende algo de cemento que cae en la taza de café de Carlos. Bebe y escupe el material de obra al suelo , va a parar junto a la punta sus lustrosas botas. Nos atrincheramos para resistir, es la orden- le dice al sargento Juan para que la divulgue. Si mi capitán- le dice el valiente sargento Juan. Emiliano deambula entre las trincheras, se mete en el búnker de mando. -Eh tu, no eres del grupo- le dice unos de los soldados. -Ya lo se, llevadme al oficial de mayor mando-solicita enérgico Emiliano. El soldado receloso acepta. Emiliano entra en lo más profundo del búnker iluminado por una bombilla amarilla y se cuadra ante la oficialidad. -Quiero servir a la república independiente catalana contra el fascismo de Mariano Rajoy y Mayor Oreja- les dice a los congregados que le miran cómo a un loco y empiezan a reír. De repente se escuchan aplausos. Gente vestida de civil entre al búnker con rosas y tarjetas de felicitaciones. Emiliano mira a todos lados mareado por las flashes de las cámaras. Exclama en voz alta: -No entiendo nada- se deja caer en una silla abatido. -Por favor despejen que va a dar comienzo el desembarco de cartagineses y fenicios- un chambelán anuncia el siguiente evento. - ¿alguien me puede decir que está pasando?- desesperado Emiliano se levanta de súbito agarrando del cuello a un soldado que le pega con la culata del fusil. Otros se animan a la fiesta y pegan una buena paliza a Emiliano. Lo arrastran fuera del búnker. Emiliano camina tumefacto por el arcén de carretera de Alcanar dirección Vinaroz con lagrimas, confuso, hablando solo. Un grupo de ciclista en pelotón le alcanza. El que va en cabeza avisa al resto de sus compañeros: -Salir del arcén, hay un vagabundo. -No soy ningún vagabundo hijos de puta- les grita Emiliano a su paso. El jefe del pelotón frena y el resto hace lo mismo. -¿Qué has dicho?- le pregunta. -Dejame en paz fascista- le insulta Emiliano siguiendo su camino. Los ciclistas le pegan una tunda de palos y lo dejan sobre el arcén semi inconsciente. Reptando Emiliano se arrastra hasta unos arbustos. En una rama enganchada hay un papel que el viento ha empujado donde se ve la figura de un soldado de la guerra civil y otra de las guerras púnicas. Anuncia: “Grupo de Alcanar de recreación de batallas históricas. Se recreará el desembarco de Alcanar en la batalla del Ebro y el desembarco de Anibal. En octubre les invitamos al desembarco de los moros y las tropas cristianas de Carlo Magno. Esperamos su asistencia.” Emiliano pasa la noche acurrucado. Al día siguiente llega a la casa, el invernadero está sin trabajar, los campos igual. -Seguro que habrán matado a mis compañeros- se dice Emiliano llorando. Agarra el macuto y huye a Francia. Angelillo de Uixó. Licencia de Creative Commons
La diada y el desembarco de Alcanar by Ángel Blasco Giménez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en wwwalgarabia.blogspot.com.

No hay comentarios:

Publicar un comentario