jueves, 30 de diciembre de 2010

EL fin de Algarabía, de Angelillo, del año 2010


El fin de Angelillo, apoteosis final.
El fin de algarabía. El fin del año 2010.


El año 2010 termina y el tiempo que se me ha otorgado en Algarabía también.
Como no me presente al principio lo hago al final de la obra, ahora que por primera vez medito un poco antes de escribir.
Me presentare como me hubiera gustado empezar si hubiera sabido que este espacio de publicación llamado Algarabía iba a tener todos los tintes de intensidad, lucha y dramatismo que ha tenido.
Hubiera empezado con algo bastante clásico al estilo : llamadme Ángel Blasco Giménez; o en un lugar de Castellón de cuyo nombre no quiero acordarme llamado el Valle de uixó vive un hidalgo caballero de seso perturbado acompañado dos canes que le sirven de escuderos...
Estos podrían haber sido algunos de los inicios de Algarabía.
Pero la verdad es que no había nada pensado, todo ha sido improvisación y anécdotas con las que se han construido las historias.
Esta obra tuvo su origen cuando conocí a Angelillo, y esta basada en sus andanzas, pero hoy en este último capitulo más que hablar de él hablaremos de Mí, el narrador.
Yo me he considerado siempre un hombre normal, más o menos bueno.
Como toda persona vivo en un contexto histórico que me condiciona, ese contexto se llama o llamaba capitalismo, sociedad de consumo y cuando empece esta obra acaba de desmoronar en España.
Mi relación hacia este régimen estaba en el promedio estándar de odio, que es más o menos como el de todo el mundo, que viene a decir algo así como estar en la media aceptada, al igual que la media que aceptamos como normal de todo el mundo sobre su propia humanidad: más o menos somos buenos.
Mi actitud normal de más o menos de odio y rencor hacia el burgués y el capitalista me hicieron participar en causas sociales tales como luchar por el medio ambiente plantando arbolitos el día del árbol, recoger perros abandonados y buscales dueño, aplaudir discursos de algún sindicalista que hablaba de los derechos de los trabajadores.
También daba alguna propina a los pobres del mercadona que mendigaban tocando algún instrumento musical sin exigirles que me tocaran la canción entera por la limosna.
Esto no tenía ninguna consecuencia negativa para mi vida.
Mi activismo social incluso me llevo a formar parte en la obra insigne de teatro llamada: el mercado de esclavistos cuyo fin era concienciar a las clases obreras. Llegué incluso a participar en una colecta tocando la flauta para ofrecer la recaudación a las viudas victimas de la represión policial.
Ahora que termina Algarabía quiero hablaros de sus comienzos.
El origen del afamado Algarabía esta en el hotmail.
Primero fui activista del hotmail firmando por la libertad de algún preso que iban a matar en alguno de esos paises exóticos del tipo Afganistán, Aquisgran, Acerballan, California. .. Lugares que cuando firmas para que no maten al preso se te llena la imaginación de ganas de estar en ese lugar e imaginar las aventuras que pueden pasar. Incluso sientes envidia del preso por vivir en un lugar tan extraordinario. Uno tiene la tentación de pensar ,ya que se involucra en intentar salvar el cuello al reo, que el prisionero habrá tenido una vida plena de aventuras hasta acabar así. Un tipo normal con una vida aburrida no acaba siendo el centro de medio mundo para que le salven el pellejo, y si así fuera nadie firmaría para que lo salvarán, yo desde luego no lo haría.
Ese pensamiento era el que me hacía firmar la liberación de los reos, para mi si era culpable de algo contra su sociedad significaba que era totalmente inocente y firmaba más agusto.
También en los correos electrónicos era recurrentes mis firmas con mis mejores intenciones para que los norteamericanos tuvieran buena conciencia y no tiraran más bombas a los iraquies, ya que al parecer los mataban a un muy buen ritmo y el mundo se quedaba sin iraquies alarmantemente.
Poco a poco de las firmas contra las tortura y asesinatos de los estados y la policía me fui acostumbrando a escribir sobre causas locales. Me especialice en perros abandonados del valle de Uixó.
Llegue a lo máximo que nadie había llegado en el oficio de la literatura de canes en adopción por internet.
Recibía frecuentes contestaciones de gente conmovida por esas historias de perritos abandonados. Eso me animo a seguir en mi lucha en el hotmail, de ahí pase a los ribazos que nadie defendía. Se puede decir con modestia por mi parte que me convertí en el gran defensor de Uixó de los inmuebles antiguos y el patrimonio histórico.
Mi lucha antes de conocer a Angelillo fue bastante tranquila, un simple grito en el vacío que se juntaba sin fuerza con el la gente de mi alrededor para de esta formar crear una comunidad de gritos cómodos, terapéuticos y sin importancia.
A estos desahogos psicológicos de mi tranquilo activismo social, sume los desahogos de mis carnes en varias ocasiones ya que tuve la fortuna de en diferentes manifestaciones y actos de protesta social de conocer a alguna señorita que también protestaba por el trato inhumano dado los trabajadores, a los animalillos del bosque, al Dalay Lama, o alguna otra cosa por el estilo.
El caso es que de las palabras, las risas, la lucha por la causa sujetando una pancarta donde ponía: Por el Amor y la PAZ, de eso acabamos juntando nuestros cuerpos en los lugares más inverosímiles.
Así que a toda aquella situación era beneficiosa desde todos los puntos de vista. Ser un guerrero social en esta etapa me trajo muchos momentos gratos.
Sin embargo ahora estoy al punto del precipicio.
Ese es le resultado de haberme juntado con Angelillo, he de decir que al conocerle sentí una profunda admiración hacia su persona hasta el punto de embarcarme con él.

Angelillo no sentía ningún apetito hacia la vida, no se sentía atraído por las mujeres pese a ser indudablemente heterosexual, no disfrutaba con la comida, ni con las amistades. Era una persona ahorradora, calculadora, integra, consecuente con sus ideas y con un espíritu de sacrificio capaz de soportar cualquier adversidad.
Tenía todas la cualidades deseables de una persona, excepto la de saber vivir.
Realmente Angelillo no estaba hecho para vivir, yo al principio no me di cuenta.
Su desacuerdo con todos los hombres y la sociedad le hacia un líder en todas estas causas, y el único capaz de plantar cara a la mayor de las bestias de la tierra: el hombre social.
Angelillo no se doblegaba al acuerdo común de los hombres, ni siquiera con los que podían apoyarle y deseaban hacerlo, y por lo tanto su destino era ser destruido.
Él desde el principio lo tenía claro, y lo más heroico es que no hizo nada por evitarlo.
Yo creía que su camino era el mío, sin percibir los obstáculos y sacrificios que implicaba.
Para ello me prive de las comodidades físicas de mi antigua vida, incluso me alimentaba como él, solo de hierba.
He estado durante tiempo trabajando la tierra con Angelillo que es su precario modo de subsistir.
Labrando he conocido lo que es la autentica miseria y comprendo de la importancia de la lucha social, no desde el hotmail, ni en los conciertos solidarios, ni con intelectualismo pedante, si no con las armas.
No amo la vida, pero creo que nací para vivir aunque ahora no lo haga.
Debe ser hermoso hacerlo y por eso vale la pena luchar y matar a los que no permiten que muchos la vivan.


Fin de Algarabía en último día del año 2010.
Vivan las armas y el terror como método de combate.
Salud, anarquía, y que todos nuestros enemigos mueran torturados.

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