jueves, 27 de enero de 2011
Las plagas, basado en hechos reales
Las plagas de Angelillo. Basado en hechos reales.
Dicen que la codicia tiene un redil que encierra a la oveja, pero en verdad yo os digo que los menos codiciosos sufren como ningún hombre sobre la tierra y viven en un redil miserable.
Buscad siempre la codicia, el poder absoluto, seguir todo tipo de ambiciones, ser despóticos.
Si carecéis de medios prostituiros al mejor postor, dejaos dominar por el rico y sacarle provecho, aspirar a tener una vida aburrida, sin emociones, dejar que un día siga a otro igual, así vuestra existencia será tolerable.
No tengáis conciencia ni por vuestros semejantes ni por la naturaleza, o acabareis como el hombre del que voy a hablaros.
Tal es el caso del cándido de Angelillo que siguiendo las lecciones de diferentes filósofos de esos que odian el mundo industrial y su propia monotonía, le llevaron a Angelillo convertirse en un peón de la eco causa de estos sabios.
Angelillo entró en contacto con la agro ecología por medio de un filosofo llamado Cacambo.
Cacambo era un genio de la agricultura ecológica, pero cuando alguien le contradecía tenía a bien darle de bastonazos hasta desollarlo, es decir que era una persona muy normal.
Este le guiaba y le aconsejaba sobre su huerta ecológica y cuestiones filosóficas medio ambientales.
Hemos de aclarar que estos sabios como Cacambo, críticos de la sociedad de consumo , la destrucción de la naturaleza, las relaciones sociales, lo hacen cual Jesuitas desde una mesa de despacho, o desde lo alto de un atril en alguna conferencia donde embaucan a jóvenes con buenas intenciones y muy poco seso.
Angelillo forma parte de estos peones sacrificados en aras de los intereses del mundo agroecológico. Un mundo convertido en una maraña de mentiras, intereses contrapuestos, donde habitan las victimas y beneficiados de estas, al igual que ocurre con el el restos de sectores.
Angelillo instigado por el filosofo Cacambo se lanzo como uno más del centenar de jóvenes idealistas de su provincia en busca de ese paraíso perdido en la naturaleza.
Toda esta tribu era conocida en la comarca con el nombre de perro flautas.
Eran gente que buscaban experimentar la vida en armonía con el ecosistema y con sus semejantes.
Angelillo intentaba de veras armonizarse con el mundo a través de su huerta, pero lo único que le crecían en su campo era amapolas sangrientas, por ello acudió al sabio Cacambo en busca de consejos.
Cacambo le dio la solución a sus problemas:
-Esta claro Angelillo, tienes un desfase en la ecuación de reequilibrio del cuato chakra que debe elevarse a la potencia del cubo.
Angelillo reequilibro sus chakras, pero las heladas continuaban matando la flor de sus hortalizas, los conejos se comían sus repollos, y para colmo Angelillo se vio envuelto en diferentes auditorias lanzadas por hacienda por haber solicitado una subvención de agro ecología. Como faltaba un documento no sellado por el comité de agricultura ecología, hacienda pensó que Angelillo debía ser castigado pagando a los funcionarios la suma no efectuada de la subvención entendiendo que sin el sello era sumarísima causa de fraude. A parte de esa cantidad le reclamaban el IVA, y un recargo elevado a la potencia del cuadrado para equilibrar la nación, más los costes derivados del trabajo de los funcionarios por abrirle el expediente sancionador.
De otra parte el comité de agricultura ecológica que hacía de los campesinos sus vasallos también quería hacer pagar un tributo al arruinado de Angelillo.
La fracción de inspectores y recaudadores de este comité se pasan varias veces al año en burros y carros por los campos con un cofre para recaudar el poco dinero de los campesinos.
!Que ingenuos perro flautas que creían que en el campo encontrarían una vida libre!
A parte de los problemas de Angelillo con los funcionarios explotadores, con la madre naturaleza tampoco le iba bien ya que le mandaba heladas, plagas de conejos y muchos trabajos y miserias.
Acudió un día Angelillo para pedir consejo al sabio Cacambo sobre que hacer con la plaga de conejos y funcionarios. Angelillo pensaba exterminarlos.
El sabio tras felicitar a Angelillo por emprender su camino de liberación le aconsejo no hacer caso a esos conejos y funcionarios.
- Debes respetar su vida Angelillo, la vida de toda criatura es sagrada, persiste y ánimo, Gaía te guiara, ve en paz.
Angelillo salio de allí mientras al sabio Cacambo le servia su criada el almuerzo. La doncella era una aldeana de 15 años muy hermosa que amancebaba. El almuerzo portado consistía en conejo asado de sus campos y varios licores ecológicos exquisitos.
Angelillo se convencía cada día más de que Gaía no era otra cosa que una puta, pero como había decido ser un perro flauta hasta el final de sus días y seguir al sabio Cacambo debía amar a la furcia del planeta tierra.
Un día estaba labrando Angelillo y sus canes Aquiles y Meidei tan hambrientos como él vieron unos conejos comiéndose las lechugas. Decidieron saltarse su dieta vegetariana dando fin a la plaga de conejos.
Todos ellos acabaron en un gran puchero con patatas, boniatos, bachoquetas.
Justamente ese día tenía una visita del comité de agricultura ecológica, venían para recaudar. Cuando vieron el desaguisado de conejos cazados le abrieron un expediente a Angelillo.
Angelillo se puso de rodillas y pidió clemencia al agro inspector, incluso le confeso que la matanza la había hecho el pastor alemán. Los perros al ver al inspector se largaron con su parte de la caza en la boca.
El inspector comiéndose los restos no le creyó y le abrió un expediente. Tras eso 20 latigazos y cuatro puntapiés en el trasero por cazador.
Una vez se repuso del castigo Angelillo siguió con sus tareas agrícolas.
Cacambo se pasaba de vez en cuando con su amancebada, desde su burro le animaba a continuar.
-Animo Angelillo, más gente como tu hace falta, eres la esperanza del planeta. No comprendo como la tierra puede estar abandonada, es una pena.
- Yo tampoco lo entiendo maestro Cacambo, con lo rentable y divertido que es.
Un buen día a Angelillo le pico una serpiente, y se dio cuenta de que su campo estaba lleno de estos bichos.
Era extraño ya que estaban en pleno invierno, le pregunto al sabio Cacambo.
-Maestro, tengo una plaga de culebras que me muerden cuando voy a recoger las acelgas y espinacas. ¿ Que debo hacer?
El sabio Cacambo le respondió:
-Angelillo debes amar a todos los animales, no te se ocurra hacer nada, si te pican a joderse y callar, Gaía manda. Han salido por que Gaía esta cabreada con los hombres por contaminarla.
- Pero Sabio Cacambo ¿ Y por qué me salen a mí si yo no contamino?
-Angelillo, algún eco pecado habrás tenido, o algún mal eco pensamiento. Gaía esta furiosa contigo, esa es la verdad absoluta y así te lo transmito. Lo que harás será protegerlas y alimentarlas con tu sangre. Debes hacerte un corte en la muñera para exorcizar tu campo, derrama sangre.
A Angelillo aquello no le convencía, pero como tenía más miedo al comité de agricultura ecológica y a Cacambo que al veneno de las víboras o a los cortes con cuchillo,acordándose de los expedientes y los latigazos decidió su defensa y hacer el sacrificio.
Un día mientras cogía espinacas mareado por la falta de sangre debido a la sangría efectuada, se encontró con una serpiente medio helada. Creía que estaba muerta, de repente vio que se movía, sus escamas se agitaban. Pensó Angelillo que estaría solo congelado el animal y la sangre vertida la abría despertado. Así que se la metió en el bolsillo para darle calor, noto su movimiento y llego a la conclusión de que el calor la resucitaba, hizo por si acaso otra sangría al grito:
-Con mi sangre te bendigo para que seas fértil Gaía, salva a tus criatura por los siglos de los siglo ,Amen.
Cada vez se movía más y angelillo se sentía feliz, llamó a Cacambo para darle la noticia.
Se fue al coche, encendió al calefacción, las agallas de la serpiente empezaban a moverse con más fuerza.
El animal movía lentamente la cabeza hacia arriba y hacia abajo.
Angelillo al llegar a casa encendió la estufa y metió al animal en una pequeña caja de madera cerca de la lumbre, cada vez se movía más.
Llamo al sabio Cacambo para darle el parte, en esos momentos estaba cenando sopa de serpiente. Este le ordeno que era fundamental salvar al animal.
-Salvala Angelillo, salvala, gaía lo exige. Calienta agua y perfuma el liquido sagrado de gaía con pétalos de rosas, luego mete a la serpiente y veras como resucita.
Angelillo obedeció y calentó agua con tal arte y delicadeza que evitaría abrasar a la serpiente o que se enfriara.
Mientras le daba el baño noto unos cosquilleos en la mano, algo trepaba por ella.
Saco a la serpiente del agua y vio un agujero en su vientre, salían centenares de gusanos blancos que se desparramaban por doquier.
La escena era escatológica, Angelillo estaba mareado y el asco se le apodero produciendo arcadas .
Los gusanos se retorcían con furia dentro de la serpiente moviendo por el agua caliente como si estuviera viva.
Sonó el teléfono, llamaba el sabio Cacambo para saber el estado de ese animal indefenso. Angelillo angustiado por el tacto viscoso de los enorme gusanos blancos que trepaban por su cuerpo intentando introducirse por cualquier oquedad de angelillo para devorarlo vivo, se daba manotazos y golpe por la paredes. Luchaba contra ellos con todas sus fuerzas mientra le daba un mensaje de optimismo al sabio Cacambo por miedo a sus azotes.
- Maestro Cacambo, vuecencia tenía razón, el baño la ha resucitado, debía sufrir congelación como su señoría atinadamente predecía. Mañana la soltare ¿le parece bien maestro?
-Si discípulo Angelillo, creo que desde un punto de vista ecológico es lo más acertado, aunque me gustaría haberla visto y asistir a la suelta, pero tengo reunión con un funcionarios del ministerio de agricultura para que me den dinero para una campaña de talleres medioambiental y una conferencia sobre Gaía. Dispón Angelillo y reza a Gaía por tu buena fortuna.
Angelillo con mucho esfuerzo y más de una hora de combate se pudo deshacer de todos los gusanos de su cuerpo, la serpiente la tiro al fuego. Desde el cristal de la estufa pudo presenciar como la serpiente se irgió como si estuviera viva, pero era una marioneta guiada por millones de gusanos.
Su cuello se hincho como una cobra y estallo llenado el cristal de gusanos.
Es un relato basado en hechos reales de:
Ángel Blasco Giménez, Angelillo de Uixó.
Registro safe creative, licencia pública.
La tierra es maravillosa, no la contaminéis, es nuestras madre y nos quiere.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario