domingo, 30 de enero de 2011
jueves, 27 de enero de 2011
Las plagas, basado en hechos reales
Las plagas de Angelillo. Basado en hechos reales.
Dicen que la codicia tiene un redil que encierra a la oveja, pero en verdad yo os digo que los menos codiciosos sufren como ningún hombre sobre la tierra y viven en un redil miserable.
Buscad siempre la codicia, el poder absoluto, seguir todo tipo de ambiciones, ser despóticos.
Si carecéis de medios prostituiros al mejor postor, dejaos dominar por el rico y sacarle provecho, aspirar a tener una vida aburrida, sin emociones, dejar que un día siga a otro igual, así vuestra existencia será tolerable.
No tengáis conciencia ni por vuestros semejantes ni por la naturaleza, o acabareis como el hombre del que voy a hablaros.
Tal es el caso del cándido de Angelillo que siguiendo las lecciones de diferentes filósofos de esos que odian el mundo industrial y su propia monotonía, le llevaron a Angelillo convertirse en un peón de la eco causa de estos sabios.
Angelillo entró en contacto con la agro ecología por medio de un filosofo llamado Cacambo.
Cacambo era un genio de la agricultura ecológica, pero cuando alguien le contradecía tenía a bien darle de bastonazos hasta desollarlo, es decir que era una persona muy normal.
Este le guiaba y le aconsejaba sobre su huerta ecológica y cuestiones filosóficas medio ambientales.
Hemos de aclarar que estos sabios como Cacambo, críticos de la sociedad de consumo , la destrucción de la naturaleza, las relaciones sociales, lo hacen cual Jesuitas desde una mesa de despacho, o desde lo alto de un atril en alguna conferencia donde embaucan a jóvenes con buenas intenciones y muy poco seso.
Angelillo forma parte de estos peones sacrificados en aras de los intereses del mundo agroecológico. Un mundo convertido en una maraña de mentiras, intereses contrapuestos, donde habitan las victimas y beneficiados de estas, al igual que ocurre con el el restos de sectores.
Angelillo instigado por el filosofo Cacambo se lanzo como uno más del centenar de jóvenes idealistas de su provincia en busca de ese paraíso perdido en la naturaleza.
Toda esta tribu era conocida en la comarca con el nombre de perro flautas.
Eran gente que buscaban experimentar la vida en armonía con el ecosistema y con sus semejantes.
Angelillo intentaba de veras armonizarse con el mundo a través de su huerta, pero lo único que le crecían en su campo era amapolas sangrientas, por ello acudió al sabio Cacambo en busca de consejos.
Cacambo le dio la solución a sus problemas:
-Esta claro Angelillo, tienes un desfase en la ecuación de reequilibrio del cuato chakra que debe elevarse a la potencia del cubo.
Angelillo reequilibro sus chakras, pero las heladas continuaban matando la flor de sus hortalizas, los conejos se comían sus repollos, y para colmo Angelillo se vio envuelto en diferentes auditorias lanzadas por hacienda por haber solicitado una subvención de agro ecología. Como faltaba un documento no sellado por el comité de agricultura ecología, hacienda pensó que Angelillo debía ser castigado pagando a los funcionarios la suma no efectuada de la subvención entendiendo que sin el sello era sumarísima causa de fraude. A parte de esa cantidad le reclamaban el IVA, y un recargo elevado a la potencia del cuadrado para equilibrar la nación, más los costes derivados del trabajo de los funcionarios por abrirle el expediente sancionador.
De otra parte el comité de agricultura ecológica que hacía de los campesinos sus vasallos también quería hacer pagar un tributo al arruinado de Angelillo.
La fracción de inspectores y recaudadores de este comité se pasan varias veces al año en burros y carros por los campos con un cofre para recaudar el poco dinero de los campesinos.
!Que ingenuos perro flautas que creían que en el campo encontrarían una vida libre!
A parte de los problemas de Angelillo con los funcionarios explotadores, con la madre naturaleza tampoco le iba bien ya que le mandaba heladas, plagas de conejos y muchos trabajos y miserias.
Acudió un día Angelillo para pedir consejo al sabio Cacambo sobre que hacer con la plaga de conejos y funcionarios. Angelillo pensaba exterminarlos.
El sabio tras felicitar a Angelillo por emprender su camino de liberación le aconsejo no hacer caso a esos conejos y funcionarios.
- Debes respetar su vida Angelillo, la vida de toda criatura es sagrada, persiste y ánimo, Gaía te guiara, ve en paz.
Angelillo salio de allí mientras al sabio Cacambo le servia su criada el almuerzo. La doncella era una aldeana de 15 años muy hermosa que amancebaba. El almuerzo portado consistía en conejo asado de sus campos y varios licores ecológicos exquisitos.
Angelillo se convencía cada día más de que Gaía no era otra cosa que una puta, pero como había decido ser un perro flauta hasta el final de sus días y seguir al sabio Cacambo debía amar a la furcia del planeta tierra.
Un día estaba labrando Angelillo y sus canes Aquiles y Meidei tan hambrientos como él vieron unos conejos comiéndose las lechugas. Decidieron saltarse su dieta vegetariana dando fin a la plaga de conejos.
Todos ellos acabaron en un gran puchero con patatas, boniatos, bachoquetas.
Justamente ese día tenía una visita del comité de agricultura ecológica, venían para recaudar. Cuando vieron el desaguisado de conejos cazados le abrieron un expediente a Angelillo.
Angelillo se puso de rodillas y pidió clemencia al agro inspector, incluso le confeso que la matanza la había hecho el pastor alemán. Los perros al ver al inspector se largaron con su parte de la caza en la boca.
El inspector comiéndose los restos no le creyó y le abrió un expediente. Tras eso 20 latigazos y cuatro puntapiés en el trasero por cazador.
Una vez se repuso del castigo Angelillo siguió con sus tareas agrícolas.
Cacambo se pasaba de vez en cuando con su amancebada, desde su burro le animaba a continuar.
-Animo Angelillo, más gente como tu hace falta, eres la esperanza del planeta. No comprendo como la tierra puede estar abandonada, es una pena.
- Yo tampoco lo entiendo maestro Cacambo, con lo rentable y divertido que es.
Un buen día a Angelillo le pico una serpiente, y se dio cuenta de que su campo estaba lleno de estos bichos.
Era extraño ya que estaban en pleno invierno, le pregunto al sabio Cacambo.
-Maestro, tengo una plaga de culebras que me muerden cuando voy a recoger las acelgas y espinacas. ¿ Que debo hacer?
El sabio Cacambo le respondió:
-Angelillo debes amar a todos los animales, no te se ocurra hacer nada, si te pican a joderse y callar, Gaía manda. Han salido por que Gaía esta cabreada con los hombres por contaminarla.
- Pero Sabio Cacambo ¿ Y por qué me salen a mí si yo no contamino?
-Angelillo, algún eco pecado habrás tenido, o algún mal eco pensamiento. Gaía esta furiosa contigo, esa es la verdad absoluta y así te lo transmito. Lo que harás será protegerlas y alimentarlas con tu sangre. Debes hacerte un corte en la muñera para exorcizar tu campo, derrama sangre.
A Angelillo aquello no le convencía, pero como tenía más miedo al comité de agricultura ecológica y a Cacambo que al veneno de las víboras o a los cortes con cuchillo,acordándose de los expedientes y los latigazos decidió su defensa y hacer el sacrificio.
Un día mientras cogía espinacas mareado por la falta de sangre debido a la sangría efectuada, se encontró con una serpiente medio helada. Creía que estaba muerta, de repente vio que se movía, sus escamas se agitaban. Pensó Angelillo que estaría solo congelado el animal y la sangre vertida la abría despertado. Así que se la metió en el bolsillo para darle calor, noto su movimiento y llego a la conclusión de que el calor la resucitaba, hizo por si acaso otra sangría al grito:
-Con mi sangre te bendigo para que seas fértil Gaía, salva a tus criatura por los siglos de los siglo ,Amen.
Cada vez se movía más y angelillo se sentía feliz, llamó a Cacambo para darle la noticia.
Se fue al coche, encendió al calefacción, las agallas de la serpiente empezaban a moverse con más fuerza.
El animal movía lentamente la cabeza hacia arriba y hacia abajo.
Angelillo al llegar a casa encendió la estufa y metió al animal en una pequeña caja de madera cerca de la lumbre, cada vez se movía más.
Llamo al sabio Cacambo para darle el parte, en esos momentos estaba cenando sopa de serpiente. Este le ordeno que era fundamental salvar al animal.
-Salvala Angelillo, salvala, gaía lo exige. Calienta agua y perfuma el liquido sagrado de gaía con pétalos de rosas, luego mete a la serpiente y veras como resucita.
Angelillo obedeció y calentó agua con tal arte y delicadeza que evitaría abrasar a la serpiente o que se enfriara.
Mientras le daba el baño noto unos cosquilleos en la mano, algo trepaba por ella.
Saco a la serpiente del agua y vio un agujero en su vientre, salían centenares de gusanos blancos que se desparramaban por doquier.
La escena era escatológica, Angelillo estaba mareado y el asco se le apodero produciendo arcadas .
Los gusanos se retorcían con furia dentro de la serpiente moviendo por el agua caliente como si estuviera viva.
Sonó el teléfono, llamaba el sabio Cacambo para saber el estado de ese animal indefenso. Angelillo angustiado por el tacto viscoso de los enorme gusanos blancos que trepaban por su cuerpo intentando introducirse por cualquier oquedad de angelillo para devorarlo vivo, se daba manotazos y golpe por la paredes. Luchaba contra ellos con todas sus fuerzas mientra le daba un mensaje de optimismo al sabio Cacambo por miedo a sus azotes.
- Maestro Cacambo, vuecencia tenía razón, el baño la ha resucitado, debía sufrir congelación como su señoría atinadamente predecía. Mañana la soltare ¿le parece bien maestro?
-Si discípulo Angelillo, creo que desde un punto de vista ecológico es lo más acertado, aunque me gustaría haberla visto y asistir a la suelta, pero tengo reunión con un funcionarios del ministerio de agricultura para que me den dinero para una campaña de talleres medioambiental y una conferencia sobre Gaía. Dispón Angelillo y reza a Gaía por tu buena fortuna.
Angelillo con mucho esfuerzo y más de una hora de combate se pudo deshacer de todos los gusanos de su cuerpo, la serpiente la tiro al fuego. Desde el cristal de la estufa pudo presenciar como la serpiente se irgió como si estuviera viva, pero era una marioneta guiada por millones de gusanos.
Su cuello se hincho como una cobra y estallo llenado el cristal de gusanos.
Es un relato basado en hechos reales de:
Ángel Blasco Giménez, Angelillo de Uixó.
Registro safe creative, licencia pública.
La tierra es maravillosa, no la contaminéis, es nuestras madre y nos quiere.
sábado, 22 de enero de 2011
La muerte de Doña Esperanza, basado en hechos reales
La muerte de Doña esperanza, dedicado a su memoria.
Capitulo de la infancia de Angelillo.
Recuerdos de la infancia visitan la mente de Angelillo.
¿Qué fuerza puede hacer que una persona adulta y normal recuerde esa sub-etapa infame de la existencia llamada infancia, repleta de aburrimiento, fabulas infantiles, creencias estúpidas y tutelas parentales?
Esa energía liberadora del pasado es : La Muerte.
A Angelillo le anunciaron el fallecimiento de una sus profesoras de primaria llamada Esperanza.
Los nombres de personas en muchos casos son bastante cómicos.
Esperanza es uno de esos nombres cargados de ironía con el que se bautiza a algunas hembras de los países de habla hispana, prestándose esta denominación a abundantes sornas y risas.
Pero en el caso de nuestra Doña Esperanza no era su nombre una burla amarga, si no una realidad peor que la chanza de un cínico.
Se caracterizaba esta profesora por ser una de esas personas llamadas optimista.
En la vida de Angelillo se habían cruzado dos mujeres llamadas Esperanzas.
Una de ellas se tiro desde el famoso puente de Primado Reig ubicado en valencia en el año 1993.
La relación que tuvo está Esperanza con Angelillo fue la de compañera de instituto y novia.
Antes de su puenticidio la feliz pareja pensó en casarse, cosa que lógicamente no ocurrió, o para ser sinceros ocurrió a medias ya que después de muerta Angelillo se caso con ella en un extraño rito.
Pero la Esperanza de la que hablaremos acaba de fallecer en este 2011.
No mencionaremos en falso el nombre de un funcionario del estado español muerto. Tampoco sale a relucir la fallecida en esta prodigiosa obra de Algarabía por sentimentalismo. Si no el motivo es por qué marcaron sus enseñanzas profundamente a Angelillo ,y desde aquí queremos rendir tributo.
EL TRIBUTO A DOÑA ESPERANZA DE SU ALUMNO ANGELILLO ( EL APLICADO)
Lo curioso de nuestra fallecida fueron las explicaciones filosóficas que pretendía inculcar en sus alumnos.
Fue maestra de primaria de Angelillo en las materias de ingles y ciencias naturales.
Doña Esperanza hablaba entre sus 25 alumnos que la escuchaban con la boca abierta, a veces con sueño, y en ocasiones con entusiasmo, sobre un concepto que debían tener claro.
Su máxima era:
“El mundo es un lugar maravilloso y lleno de gente extraordinaria”
Suponemos que entre sus últimos estertores la buena de doña Esperanza la habrá espichado pensando que vivimos en un mundo maravilloso.
Habrá fallecido sonriendo, pasando revista en una cama de hospital a los cientos de niños que ha educado.
! Pobre mujer! Si Dios existe que tenga piedad de sus errores.
Angelillo en su infinita bondad hacia ya tiempo que indulto a Doña Esperanza con uno de sus escasos perdonísimos.
Cuando a Angelillo le llamó hacía dos jornadas desde un bar su viejo compañero de colegio Almansa diciendo: “Esperanza ha muerto, el mundo no es un lugar maravilloso”
Angelillo le respondió:
-Ya lo se mi buen Almansa, y lo que más siento es no haber podido explicar mi vida a Doña Esperanza, le hubiera dicho cuanto mal he visto en este mundo, cuanta falsedad, cuanta miseria y todo lo padecido, me hubiera gustado arrojar mi dolor a su oído minutos antes de su muerte para salvarla.
Angelillo colgó entristecido por no haberse sincerado con Doña Esperanza, otra vez llegaba tarde. Eso le recordó que debería hacer una visita a su padre y familiares para salvarlos antes de que se le murieran.
No ha podido evitar recordar Angelillo las excursiones de su infancia por las huerta de valencia con doña Esperanza.
Doña Esperanza se detenía en esos paseos alrededor del colegio cuando observaba los naranjos plantados en macetas, por aquel entonces estaba de moda. Les explicaba a sus alumnos como se marchitaban las hojas del árbol al estar presas sus raíces.
“Pobre arbolito mio”- decía, pero insistía en que el mundo era maravilloso, y eso tendría alguna explicación.
Seguramente sus dueños al final se llenarían de buenos sentimientos y lo trasplantarían. El naranjo sería feliz y el mundo de nuevo un lugar maravilloso.
Cuando en esas excursiones se cruzaban algunos de esos perros que deambulaban por la calles de la ciudad, abandonados, pulgosos, hambrientos, también según Esperanza acabarían felices y contentos.
“Niños, tranquilos, no sufráis por el perro que el mundo está lleno de sorpresas y gentes de bien, seguro que algún hombre será bueno y lo recogerá. El mundo es un lugar maravilloso”
Un día vieron los niños como atropellaba un coche aun perro. Del impacto el coche se abollo, el conductor al ver la abolladura del coche apaleo al perro herido hasta matarlo.
Angelillo dejando esos recuerdo de su primer optimismo existencial, y triste por la noticia de la muerte de su profesora decidió dar un paseo.
Abrió la puerta de su casa ubicada en la colina de San Antonio en Vall d' Uixó, ya no veía el paisaje de valencia de donde tuvo que huir por ciertos líos de faldas, problemas con los funcionarios, varios jueces, unos policías y otros conspirados entre los que se encontraban vecinos, maestros, familiares...
Ahora contemplaba un asqueroso pueblo de Castellón, aburrido y repleto de patanes de campo llamado de Vall d' Uixó.
Lo primero que vio al salir a la calle fue en mitad del camino a uno de esos hombres de las tierras este de Europa que tantos problemas causan en la colina de San Antonio.
Se trataba de un judío búlgaro cuyo oficio en su tierra era llevar un oso atado de la nariz mientras bailaba el animal para los turistas, el oso según cuentan murió, con su muerte su fuente de ingresos y se vino a España donde también se trata muy mal a los animales para hacer fortuna. En San Antonio estaba realquilado con más de 30 personas entre búlgaros, rumanos y rusos.
!Pero el mundo es un lugar maravilloso!
El búlgaro que estaba frente a la puerta del jardín de Angelillo, blanco como la nieve, alto y gordo, estaba en mitad del camino tirando piedras al pastor alemán de Angelillo.
Iba el rumano borracho, seguramente para olvidar o para encontrar ese mundo maravilloso.
Ante ese espectáculo ¿Qué hubiera dicho doña esperanza?
Sin duda doña Esperanza le habría dicho a Angelillo que vivimos en un mundo maravilloso, y ese hombre era una consecuencia de este mundo perfecto, seguramente tendría algo bueno.
Pero Angelillo que dejo de creer hacía muchos años en las lecciones de doña Esperanza entró en casa y salio con una guadaña. Lo agarro por atrás y se la colocó en la garganta al búlgaro levantando mucho el brozo ya que no llegaba.
El judío del este se quedo muy quieto, la borrachera no era tan grande para haberle quitado los instintos de conservación.
Comprendió que si se movía las venas quedarían desgarradas por el corte.
El argumento empleado por el borracho para excusarse fue, balbuceando en un castellano horroroso:
-Darme grande miedo el perro, a mi asustar perro.
A un tío tan grande como tú le da miedo un perro, no me jodas cabrón , tira para arriba de te degüello como a un cerdo.
Y el judío con un gran respeto hacia Angelillo, besando sus manos que aun sujetaban la guadaña con algo de su piel más fina, se fue hacia arriba acariciándose la garganta para aliviar las raspaduras ensangrentadas.
Daba tumbos a izquierda y derecha cual borracho, maldiciendo la vida en una esquina se desplomo y empezó a llorar. Sin duda aunque le quedaba una parte humana. Su triunfo se manifestaba a través de su llanto.
Angelillo decidió continuar su breve paseo recordando a Doña Esperanza y sus excursiones repletas de pedagogía.
Unos perritos se unieron a los dos con los que paseaba Angelillo.
Angelillo observo como un perro(masculino) intentaba montar a su pastor alemán.
¿Sería que su Aquiles, de nombre como ese valiente griego tan heterosexual era invertido?
Con el afán científico que caracteriza a Angelillo cogió al perro del vecino de cuello, lo levanto mientras el animal le lamia las manos, y vio que estaba castrado, pero a lo bestia o a lo uxense.
Le habían cortado los testículos con una cuchilla, aun estaban reciente la cicatriz.
No sorprendió a Angelillo por ser costumbre muy arraigada en el levante español para evitar las venganzas de los vecinos ocurridas si el el perro preña a una perra vecinal.
Al llegar a una curva del camino, donde se arrinconan unas casas, se encontró con el pobre ponny al que alimentaba y cuyas desgracias son considerables.
Estaba como siempre atado por sus dueños y comiendo la goma espuma de un colchón tirado en el basurero donde padecía cautiverio.
Angelillo le saludo y le dio un calabacin bajado como golosina para el ponny.
Recordando a Doña Esperanza le dijo al ponny:
“Vivimos sin duda amigo ponny en un mundo maravilloso”
Al llegar al arranque de una senda que se desliza por detrás de la ermita de San Antonio observó como unos niños estaban cazando con red pájaros silvestres, gran costumbre barbara entre los mozos de Uixó. Si hubieran tenido una profesora como Doña Esperanza de buen seguro no seguirían con sus costumbres, habrían escuchado decir de un ser humano: “el mundo es un lugar maravilloso, lleno de paz, amor y gente buena”
Los jóvenes cazadores estaban en el momento de pasar Angelillo retorciendo el cuello a los pajarillos.
Unos metros más arriba otros jóvenes estaban rompiendo los ribazos, haciendo rampas para tirarse en bicicleta.
FIN DEL TRIBUTO A LA MEMORIA DE DOÑA ESPERANZA.
Descansa en paz, tu alumno Ángel Blasco no te olvida.
Angelillo de Uixó en el réquiem de su maestra fallecida el 20 de enero del 2011, desconocemos cuando nació, tendría unos 70 años. Era amable y optimista.
miércoles, 19 de enero de 2011
domingo, 16 de enero de 2011
La wolfsschance, la cueva del lobo
La cueva del lobo, wolfsschance.
La mansión de Angelillo esta ubicada en la atroz roca de San Antonio, el bastión de las águilas.
Cerca de este páramo cruza una enorme linea de trincheras del ejercito republicano, oculta, abandonada y cubierta por montaraces aliagas cuyas punzantes espinas se clavan sobre aquellos insensatos que se extravían en su camino.
Los que se adentran en ese lugar, sin darse cuenta se van alejando más y más envueltos por trincheras hasta desaparecer en un páramo siniestro lleno de horrores causados por los acontecimiento sufridos a largo de su siniestra historia.
Significan cada una de las pinchas de los venenosos matorrales que amedrantan a los viajeros, cada una de las vidas perdidas en este mundo, el poner el pie en ese lugar duele.
La sombra inmóvil de los algarrobos silvestres acogen a los insensatos visitantes con sus troncos resecos, retorcidos y negros formando el dibujo de un hombre ahorcado.
Por doquier se observan olivos salvajes que semejan a los verdugos de esas las sombras ahorcadas. Matorrales y juncos rechinan con el viento agitando sus ramas más verdes anunciando que no se siga pasando por allí.
Cerca de este lugar maldito se observan las casetas de San Antonio, son habitadas por agrestes personas de oscuros pensamientos.
Las docenas de perros salvajes del lugar aúllan como cancerberos protegiendo las viviendas de San Antonio con sus colmillos de los intrusos.
Sirven los quejidos del bestiario de faro para los extraviados paseantes.
Más de un visitante perdido entre las trincheras, los búnker, el monte y San Antonio, huyendo de un pánico del que son presa y no saben de donde viene acababan llamando a la mansión de Angelillo.
Su villa es conocida por los campesinos del lugar con el nombre de Apocalíptica.
Angelillo ejerce de señor del lugar.
Pese a su leyenda negra acoge a los viajeros permitiéndoles que se calienten en su acogedor fuego. Asiste personalmente al extraviado peregrino dándole comida y agua, incluso alojamiento a las jóvenes doncellas.
Cuando se despiden les acompaña hasta el camino que les conduce hasta el pueblo de Uixó.
Tiene una peculiaridad la mansión de Angelillo, un prodigio arquitectónico del que no fue consciente hasta el momento donde comienza esta narración.
Su hermosa guarida, por ciertos acontecimientos debía convertirse nuevamente en una linea defensiva donde atrincherarse para pasar el invierno.
La casa de Angelillo tiene tres plantas que ocupaban una extensión superior a 450 metros cuadros, y entre planta y planta hay un lugar robusto y cálido que sirve de cámara maestra para sujetar la construcción superior que hace de vivienda principal.
Angelillo llama a esta parte intermedia que utiliza muy pocas veces “la wolfsschance” la cueva del lobo.
Le servía de refugio en los días de mayor frío, ya que allí la temperatura siempre es estable.
Durante la ola de frío que la esclava de satanás “la naturaleza” le mando a angelillo para acabar con sus cultivos la paso en ese lugar.
Tiro un colchón en el suelo, varias mantas y se atrinchero en la wolfsschance con sus perros, agua y algo de comida para resistir la embestida.
Tras el ataque de la naturaleza que arruino los campos de hortalizas que trabajaba Angelillo, algo recuparada la cosecha sufrió una nueva ofensiva: la del regador que los inundo.
No se podía hacer nada en sus tierras de momento, más que esperar a que se secaran, y como en el país que por desgracia tenía que vivir, España, se había convertido en un lugar sin salidas y sin oportunidades, un enorme cementerio donde la gente se atrincheraba resignados en sus casas esperando morir de hambre por la crisis, pues esperaba...
Angelillo atrapado en el cerco se pasaba el día en el wolfsschance leyendo las cartas de los soldados muertos en ese lugar durante la guerra civil.
Esa correspondencia la encontró tiempo atras cuando iba a construir un pilar de hormigón armado.
Las cartas arrugadas, polvorientas, sucias las encontró en un pequeño pergamino al hacer el agujero del encofrado, estuvo a punto de quemarlas ya que no se podía leer nada, pero al desplegar el papel las letras cobraron vida.
La tinta volvía a su lugar y se podía leer:
Invierno de 1938, del soldado Pacheco en el bunker de Uixó en San Antonio, llamado por nosotros la cueva del lobo por la cantidad de perros salvajes que hay en el lugar, llevamos una semana resistiendo sin munición, comida, agua y a varios grados bajo cero al enemigo fascista.
Angelillo leía y releía la correspondencia de Pacheco donde contaba todas sus proezas para resistir al enemigo fascista. Pacheco tuvo la paciencia mientras combatía de dejar el nombre de sus compañeros muertos y el lugar donde se encontraban. Angelillo no podía dar credito a lo que se decía: primero su casa había sido un bunker, y luego...
Estaban enterrados la compañía del bunker, más de 40 hombres encargados de la defensa de San Antonio, en una fosa común a menos de 200 metros de su amada villa.
Angelillo al conocer esto solía pasar las tardes en la fosa común pronunciando el nombre de los muertos.
Uno de los días del encierro, mientras caminaba por la wolfsschance con los relatos de Pacheco, un folio que estaba al lado de la mesa salio volando por su propia voluntad, replegándose en una esquina de la vieja leñera.
Angelillo al cogerlo observó que había una seta en el suelo, se agacho para observarla, la arranco y tras abrir un viejo libro dio con la especie a la que pertenecía. Era comestible y de un sabor extraordinario.
Eso le dio la idea de transformar su amado bunker, su amada guarida del lobo, en un lugar donde cultivar setas.
La esperanza de sobrevivir al frío invierno volvía a brotar.
miércoles, 12 de enero de 2011
Tierras de leyenda
CEL tierras de leyenda.
Cruza errante por sus campos la sombra de Angelillo cargada con la azada, pareciendo desde lejos un guerrero ballestero en busca de batalla donde descargar su arma.
Su rostro se ha endurecido en las últimas estaciones, su piel tostada por el viento y el sol se ha curtido.
Las tierras de CEL situadas en las cercana villa romana de Benicato , Nules, fueron reabiertas hacia ya unos meses por este nuevo agricultor.
Despertó la tierra con las primeras faenas de su letargo, y como si se hiciera una oración al necronomicon , brotaron las raíces profundas de la maldición luceferina que tienen las tierras de España.
En ellas están sepultados ancestrales odios, resentimientos y venganzas.
Los episodios nacionales goyescos marcados por las crónicas negras provocados por la rudeza y salvajismo de las gentes de huerta, adoradores de cristo que practican todo tipo de vicios cuando tienen cuatro duros, pronto irían en su resentimiento contra la vida a buscar al forastero.
Dejaron al principio que ese ambiente envolviera poco a poco Angelillo.
Este desconocía los problemas que tendría con las malas gentes de la sociedad de riegos.
Solo sabía de las venganzas campesinas ibéricas por referencias de las leyendas, al igual que se sabe de vampiros en transilvania por habladurías.
Incluso aunque varias personas se lo advirtieron:
Ten mucho cuidado Angelillo con los campesinos, son los últimos hombres sobre la tierra y muy peligrosos por ese motivo.
Angelillo se rió de ellos haciendo sonoras burlas.
Angelillo se dedicaba a ver crecer sus plantas, y a ordenarlas a modo de un gran jardín lleno de sensualidad. Quería hacer de aquella tierra un lugar para el amor.
Tal fue su acierto en la disposición de la huerta y la belleza que desprendía, que siendo Angelillo una persona poco propensa a la voluptuosidad, en diversas ocasiones sin que fuera culpa suya ni de las mujeres que fueron a visitar esa huerta, cuya honra y honor debe quedar protegido, sucumbieron a los placeres carnales como unos vulgares libertinos.
El culpable de esta seducción fue sin duda el ambiente tan rico en aromas, la frescura de la huerta, la plenitud de las flores abiertas, los frutos desparramado por la tierra dispuestos para su recolección.
Esto debió exaltar sus instintos más primarios, siendo un pecado que todos debemos perdonar a estas inocentes criaturas.
Tal aconteció en esos primeros meses de CEL, que en una visita una chica de ciudad, ingenua como son estas gentes cosmopolitas en todo lo que se refiera a la tierra, se quedo boca abierta al ver todas aquella variedades de plantas.
A la señorita de ciudad, de gran inteligencia y mejores sentimientos, supo comprender el trabajo de Angelillo. Su huerta le pareció más propensas al placer, al hedonismo, que a la alimentación a la que estaba destinada. Así se lo manifestó a Angelillo.
Angelillo hábilmente, con su sinceridad habitual, sin pretender ser un seductor, y profundamente encantado de estar con alguien que le comprendiera, le contestó muy contento y emocionado por su observación, que él pretendía hacer arte, poesía, antes que un negocio lucrativo.
Sus miradas se compenetraron.
Constantemente la chica en su visita le hacia preguntas del tipo:
-Angelillo ¿Esta planta que es esa?
Angelillo le respondía:
- Esto es una pepinera, ves, ya están dispuestos para su recogida algunos pepinos, si quieres coge varios y los probaremos.
La inexperiencia de la chica en cuestiones agrícolas era tal que incluso le pregunto a Angelillo:
¿Y como debo recogerlo? tengo miedo de hacerle daño a la planta.
La ternura de aquella chica conmovía a Angelillo, y sentía un nudo en su corazón cada vez más grande.
Toma corta con esta navaja ese pequeño brote a modo de cordón umbilical que une la planta con el fruto.
La chica llena de ilusión, con una docilidad admirable se agacho, los cosecho siendo para ella la primera vez.
Mientras Angelillo hacia de guía y maestro enseñándole su sistema de caballones, marcos de plantación, la chica le hacía muchas preguntas.
Sus preciosos ojos verdes claros estaban muy abiertos. El aire limpio del campo junto con la brisa del mar encendía sus instintos, ya había dejado algo de color sonrosado a sus mejillas pálidas acostumbras a carecer de luz por trabajar en una oficina.
Como tenía alguna dificultad para moverse por los caballones, ya que tenía miedo de aplastar las plantas, angelillo como buen caballero se ofreció a darle la mano para que se sintiera más segura.
La señorita... aun se quedo más sorprendida cuando vio las galeras donde se enredaban las judías por las cañas cubriendo completamente con un manto de hojas toda esa estructura.
No volveremos a explicar al lector que al ser de ciudad desconocía lo que era aquello.
Angelillo le invito a introducirse dentro.
-Ven, pasa conmigo y veras como dentro se esta muy fresco, es como una cueva perfumada.
La chica acepto ya que el calor a principios de septiembre era grande.
Lo hizo de muy sorprendida de todo aquello, acaricio las bachoquetas que colgaban casi con una curiosidad infantil.
Apartando las ramas se introdujeron del todo dentro de la galera, los dos cuerpos quedaron en la oscuridad de aquella selva frondosa. Como era incomodo moverse entre las ramas y no se veían apenas sus cuerpos se entrelazaron de una forma casual y...
Durante el verano la huerta fue un lugar de encuentros, de alegría, lleno de vida.
Angelillo no sospechaba que los acontecimientos en un intervalo de tiempo pudiera cambiar tanto.
Hacía las navidades el frío intenso había borrado completamente el rastro de aquellas galeras con judías que tantos buenos momentos le habían hecho pasar.
Los nerviosos pájaros que se posaban inquietos sobre las cañas habían emigrado.
Ahora solo las blancas garzas bajaban al campo, las enormes águilas se enseñoreaban marcialmente del cielo.
Una pradera verde venida de tierras cercanas y que se extendía por doquier le daba a las tierras aspecto de abandono, de monotonía.
Aun así la vida seguía y la fertilidad pese ataques diversos parecía inagotable.
El 11 de enero amaneció con calor, una enorme aurora roja de divisaba desde vall d' Uixó, y el mar cercano a Cel lanzaba destellos blancos como espejos flotantes entre su azul claro.
Angelillo bajo atraído como un hechizado.
Aquella tierra tenía una atracción difícil de entender en la mente de Angelillo.
La seducción y la esperanza volvía en forma de cosecha cuando más dolor sentía angelillo tras el ataque de la comunidad de regantes que querían su expulsión, y por eso le inundaban los campos todas las semanas. Aun así la tierra estaba dispuesta a atraparle, a sepultarle, y él caería por que esa caída estaba llena de poesía.
En solo 7 brocolis saco angelillo varios kilos de ese fruto, las lechugas estaban perfectas, de espinacas cosecho varios kilos.
La huerta estaba otra vez hermosa, voluptuosa , seductora, tral las heladas y los ataques del regador.
Se enredo con falsas promesas otra vez a Angelillo.
Era imposible dejar todo aquello, en la mente de Angelillo siempre estaba aquella tierra a la que se ama y se odia.
Angelillo de Uixó
sábado, 8 de enero de 2011
viernes, 7 de enero de 2011
Nacimos en el mediterráneo
Mediterráneo.
Los atardeceres rojos en lo alto de una colina frente al mar, la brisa cálida, el olor a romero hierba buena genista, y el calor de gente amable y simpática, forman parte la leyenda de los paisajes del mediterráneo creada por algún poeta romántico ajeno a las tierras del levante español.
Lo cierto es que en los días previos a la navidad del 2010 el frío invierno había clavado su espada sobre estas tierras. Masas enormes de campos en producción cercanos a las dunas amarillas salpicadas por la blanca espuma de un mar silencioso y oscuro, sufrieron la agonía de soportar más de 5 grados bajo cero. Las frondosas huertas valencianas semejaban a las vastas praderas heladas de la estepa del caucaso.
Gran parte de las cosechas quedaron insensible, así como el trabajo realizado.
La huerta de Angelillo, Cel, cercana a unirse al mar en el municipio de Nules no fue un excepción.
A la entrada del nuevo año el tiempo mejoro considerablemente, incluso había verduras que renacían con un poco de calor que vino tras la borrasca.
Aunque las temperaturas ya no eran de 5 bajo cero, los ocasos del mediterráneo seguían siendo poco luminosos. Los invernales días oscurecen sin colores incendiarios, sin más, como cuando se apaga una vela o se va una vida.
Discurrían esos días de primero de año como es normal en estas latitudes con los cielos repletos de nubes plomizas casi metálicas, amenazantes. Alzar la vista para contemplar esta bóveda es un ejercicio odioso.
El olor a humedad daba estas fechas mayor sensación de frío.
Sobre la amabilidad de las gentes de esta parte del litoral solo era palpable cuando se aventuraban a los campos yermos y ociosos a buscar mujeres publicas del caminás. Las encontraban en este extenso camino haciendo guardia con temperaturas bajo cero, o a muy pocos grados, frente las raíces de los naranjos y con los pies en el barro esparcido de las huertas.
El desahogo que se daban sobre la carne humillada de estas mujeres producía una catarsis humanista en estos corazones acostumbrados a los golpe de la vida. Los hombres del mediterráneo se volvían tiernos, alegres, felices y plenos al experimentar placer, consumar el deseo y tener poder. Las mujeres del mediterráneo, especialmente la de estos pueblos que no tienen semejante vía de escape quedaban destinadas a acabar siendo alcahuetas y vivir amargadas. Tristes sombras que sufren el abandono de sus hombres y se marchitaban escupiendo veneno en los bautizos, las panaderías, el supermercado, actos taurinos y en general en cualquier reunión donde se hagan visibles y puedan hablar.
Las gentes del mediterráneo padecen un individualismo agresivo, y entienden la vida como la consumación de placeres instintivos llevados a los caminos del vicio absoluto.
Pocos pueblos en la tierra son tan feroces en cuanto a tratar de procurarse todo tipo de placeres.
Lo hace desde el agricultor hasta el marques. En el mediterráneo el vicio es bastante democrático.
En la carretera de la infamia donde se amontonaban las mujeres de cualquiera, se escuchaban los motocarros, las moto vespas de muy poca cilindrada conducidas por algún anciano con un puro en la boca y los ojos vidriosos por la emoción de consumar su derecho al vicio.
Las prostitutas aguardaban el momento de la llegada del anciano indiferentes, calentándose el cuerpo con hogueras mientras sonaban las campanas repicando junto con ruido lacónico, pausado, de las acequias que abastece las huertas.
En los bares de los pueblos se celebraba la festividad de los reyes.
Nules no era una excepción en la celebración de semejante acto tradicionalista y católico como el de reyes.
En un bar llamado el alegría de la huerta el humo del tabaco subía hasta el techo, y las voces rotas por el coñac formaban una gran algarabía ronca de gruñidos jadeantes que se solapaba con la música popular emitida desde la emisora de la Cope.
En el fondo de un bar sucio, barato, donde concurrían varones españoles de media edad y jubilados de esos que destinan la paga tras una vida de trabajos y suciedad a los bares y las putas, se contaban las hazañas de calaveras.
Un hombre del mediterráneo, de campo, dedicado a riego de las huertas y por ello apodador “el regador”cargado con todas las pasiones más viles y pecados que suelen tener estas gentes cercanas al mar, bebía pensando en como vengarse de un agricultor que se había quejado de su comportamiento por no regar su huerta cuando le tocaba.
Para Pepet el regador, ser que todo le ofendía, esa queja rechinaba en su cabeza por haberse producido de forma diferente a los usos normales, es decir en los bares.
Una reclamación en el mediterráneo significaba una declaración de guerra.
El agricultor en cuestión había sido Angelillo.
Debido a que Pepet no le regaba hizo lo que cualquiera hubiera hecho, que es ponerlo en conocimiento a las gentes encargadas del riego el comportamiento de Pepet.
El regador despreciaba a Angelillo por no ser del pueblo, además de practicar la agricultura ecológica y encima de hortalizas en vez de la de naranjos, como el resto de agricultores.
Esto le complicaba la vida ya que tendría que trabajar más y tener que atender las demandas de agua de Angelillo, a diferencia de los naranjos que se regaban mucho menos. El acto de tener que trabajar más y para alguien que despreciaba era una ofensa para Pepet. Estaba decidido a expulsar de su reino al forastero.
Dejo de regar en verano causando una gran sequía en la huerta y llevándose el trabajo de Angelillo por delante. Este empezó a reaccionar mediante denuncias, y las disputas fueron creciendo con el tiempo.
Eso tan normal como formular una reclamación en el mundo de la agricultura era algo impensable.
Los usos mediterráneos mandaban que los nuevos agricultores debían soportar los desmanes de los regadores en silencio, y cuando se habían pasado muchos veranos e inviernos amargos, entonces convertidos en todos unos veteranos ya tenían derecho a que les escucharan. Así es el mundo latino del levante español y africano.
Esa mañana de reyes la mente del regador era un hervidero de malas ideas. Estaba en el bar obsesivamente pensando en la queja de angelillo. Hablaba consigo mismo diciendo: tengo que vengarme de angelillo, tengo que vengarme...
Entre tanto se acercaron dos amigos de Pepet, golfos del campo con los que había pasado media vida buscando problemas por los bares. Tenían los golfos como él la cara tostada por el sol, pelo moreno y casposo, sin afeitar, con la ropa sucia y apestada por el tabaco. Uno de ellos aunque de media edad andaba ranqueante por algún golpe.
-¿Que tal Pepet? Te vemos muy distraído- le dijo un golfo guiñando el ojo.
Estoy intentando pensar- le contesto el regador dirigiéndole una mala mirada.
-¿Tu pensar?- pregunto irónico le otro golfo tomando asiento.
Pepet no dijo nada, siguió bebiendo, parte del liquido dorado consistente en cerveza se deslizaba por su boca goteando sobre las olivas adornadas con palillos a modo de banderillas. Movió el plato hasta quedar bajo de su barbilla al ver a sus dos amigo acercarse para no compartir con ellos las olivas.
Los dos farandules pidieron cervezas a través de gestos bastantes obscenos.
Un camarera rumana se las llevo seguida en sus movimientos por todos los farandules.
-¿Sabes de donde venimos Pepet?- le dijo el golfo cojo- de cerca del campo de Angelillo, y a que no sabes a quien nos hemos encontrado este compadre y yo, Pepet. ¿A qué no sabes?
-A Angelillo- le respondió sin ganas pepet
No Pepet, a Virginia, la hija menor del chiquitín.
-¿La hija de Vicent?
La misma Pepet, ahora trabaja en el caminás- le respondió uno de los golfos.
Pepet cogiendo una oliva se la metió en la boca relamiéndose con la lengua.
-Esa chiquilla es preciosa. Yo siempre la desee, y os confieso que esperaba que acabará así- dijo el regador.- ¿ Y como ha sido ese destino?
Finalmente por todas las deudas que tiene por drogadicta y carecer de trabajo su camello la obliga a prostituirse- explico el golfo cojo rascándose la cabeza y soltando sobre la mesa blanca caspa.
hoy le hemos dado un buen repaso- apunto el otro- La verdad es que hay cola para estar con ella. Se debe aprovechar antes de que se estropee la moza, no tardará. Solo tiene 19 años y esta poco estrenada.
-¿Y como ha ido el debut?- pregunto el regador dejando ver una sonrisa inhumana.
La verdad es que me ha gustado mucho, Pepet. Primero le he saludado con un: hola Virginia que haces por aquí. Tendrías que haber visto la cara de Virginia no sabia que decir, ha bajado la mirada y tartamudeado algo. La he enganchado de la mano, me la he llevado a un huerto de esos abandonados. Al principio tenía miedo que se fuera, pero venía sin decir nada, más que temblaba. En el reguero del Emiliano la he puesto a cuatro patas. Ella no quería por la cantidad de ortigas que había, al parecer le producían urticaria, me enseñaba las heridas pero a mí me hacía gracia. Le he obligado a permanecer así mientras la montaba sobre la espalda como cubre un perro a una perra, y he cogido varias ortigas y le he azotado en las nalgas provocándole sangre. Se ha puesto a llorar como una niña. ! Ya se acostumbrara!
Pepet el regador empezó a reír. Se levanto y les dijo a los compañeros con autoridad:
- Vamos a darle otra sesión a Virginia, y una lección a Angelillo, se me ha ocurrido una idea. ¿No se quejaba de que no regaba?
En el bar se escuchaban historias similares por ser un bar cercano al caminás, y donde solían parar los golfos que venían de putas.
Se abrió la puerta del bar, la mañana era fría, las hojas de los rosales de la jardinera estaban todavía escarchados, la humedad de metía en los huesos.
Salieron los tres golfos a la calle despidiendo en su respiración un vaho diabólico como el de una bestia a punto de embestir.
Cerca de allí, con la mente en blanco, alejada de sus compañeras por novata, celos, envidias, ya que era Virginia era más guapa y joven que el resto, temblaba y tiritaba de miedo. Le dolían las carnes por los azotes. Llamó a su camello para que la sacara. El camello la consoló con una paliza. Virginia estaba a punto de desmayarse, el camello le obligo a extender el brazo para recibir una dosis de droga.
Las otras chicas contemplaban en silencio y con una sonrisa irónica.
De la vena principal del débil brazo de virginia asomo un gota se sangre, sus pupilas se dilataron, y quedo allí con la mente libre recordando los días en que era la reina de la discoteca del pueblo, los primeros besos llenos de ternura, la bebida, las drogas, la música, el baile y lo que amaba a la vida y la gente.
Le encantaba bailar, vivir, sentir.
Virginia quiso sentir, la vida le llevaba a un camino lleno de sensaciones. La intensidad de todas ellas eran superiores a la de las marujas del pueblo que estarían en la panadería tomando un café y hablando de novelas de la televisión entre bostezos.
Pepet el regador llegó al huerto donde estaba Virginia cuando el chulo arrancaba el coche. Virginia se tiro a los brazos del regador que riendo le apretó el hombro mientras ella se retorcía de dolor.
-¿Como hemos acabado, eh Virginia?- le dijo el regador. Si te viera tu padre cochina.
Eso fueron sus únicas palabras y se la llevo al pozo donde esta el motor que arranca la salida del agua.
Sus ojos brillaban de lujuria y rabia. El motor del pozo se puso en marcha con gran estruendo. El agua subía del subsuelo hasta las acequias por las que se deslizaba. Virginia estaba en un rincón casi inconsciente. El regador se acerco y la agarro de un pecho...
El agua indiferente, somnolienta, moribunda como una persona a la que se le escapa la vida, avanzaba susurrando por los caminos de naranjos. El sol ya brillaba alto, empezaba a calentar, se animaba el día. El agua pasaba cerca de las piernas de las mujeres que sentadas sobre las acequias aburridas esperaban.
Llego el agua a las tierras de Cel, y como allí termina su camino y estaban todas las compuertas cerradas empezó a crecer y a crecer desbordándose de la acequia inundando los campos.
Durante largo tiempo debió de discurrir, ya que al bajar angelillo el campo estaba totalmente anegado. Las verduras estaban dos dedos bajo el agua y durante las horas que estuvo haciendo zanjas para desaguar contemplo como el agua no paraba de brotar. Sus pies se hundían en el barro hasta las rodillas y sus esfuerzos eran inútiles. Fue al encuentro del regador, cuando llego al pozo tropezó con un bulto, era Virginia que agonizaba. Enseguida le hizo el boca a boca y un masaje en el pecho, pero su corazón no había podido soportar ese día.
Angelillo llamo a una ambulancia pero cuando llegó la ambulancia Virginia moría entre los brazos de Angelillo, y sus campos quedaban sepultado bajo el agua.
Angelillo de Uixó, historia basada en hechos reales, a 6 de enero del 2010 el día que tras las heladas se inundaron los campos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)