lunes, 17 de mayo de 2010
el manuscrito encontrado en la necrópolis musulmana
Los documentos encontrados en la necropolis de la mezquita.
Cuatro cientos años hace que en Vall d' Uxó y los pueblos de alrededor la gente es bautizada.
En tan poco tiempo, los cristianos nuevos creyéndose que son cristianos desde la crucifixión se han emborrachado de agua bendita venenosa demonizando a los antiguos moradores de estas tierras.
Año 2009 Vall D' Uxó islamofóbica.
Una cultura casi milenaria del 711 al 1609 ha sido prácticamente borrada.
Visitaba angelillo la necrópolis musulmana encontrada en San Vicente.
Bajo la fuente de la plaza y las actuales casas del barrio de San Vicente descansan en su eterno sueño los ancianos muertos.
Tienen por lapida el agujero de los desagüe de los retretes, cuya sucias y revueltas aguas pasan por sus huesos.
Se extienden sus restos bajo las viviendas, sobre las que ajetreadas familias viven el tiempo que la vida les ha otorgado. Desprecian otra cosa que no sea la búsqueda de dinero, y el ejercitarse en poseer una personalidad vulgar y común.
Paseaba angelillo mirando de reojo la excavación mientras unos operarios distraídos de su trabajo bromeaban con las calaveras.
Uno de ellos se metido en el hueco de una fosa. La ocupaba completamente, dándose un gran contraste con los huesos de los cadáveres cuyo volumen era insignificante comparado con el del operario.
Este era todo grasa sebosa, poseía una enorme barriga y unos abdominales parecidos a los flotadores, le llegaban hasta unas tetas también gordas. Estaba gordo e hinchado como un sapo.
Sin duda sería de estas personas incapaces de reprimir sus apetitos y aficionado a las dietas apetitivas e insanas de la comida prefabricada. Una larga melena negra muy sucia le adornaba la cabeza llegando más abajo de los hombros. Era de piel morena negruzca a modo de los cimarrones americanos con los que debía estar emparentado.
Se encontraba el hombre dirigiendo un discurso a la calavera mientras la arqueóloga discutía con una anciana.
-Oh moro de la morería- decía el cimarrón-¿Por que no sonríes? Yo lo se muerto de mis amores, porque hace tiempo que no has fumado.
-Mira William- dijo dirigiendo a su compañero quitándose el cigarro de la boca.
Este era de aspecto más estilizado, aunque el forro de su piel era aun más negra, semejante a las de ascuas del carbón, junto con unos labios rojos carnosos muy abultados le hacían incluso más exótico.
William estaba pasando la escoba por unos huesos para separar la inmundicia de los restos.
Este se presto a las distracciones de su compañero enseguida, debido al poco interés que le provocaba el trabajo.
Se volvió para mirar a su amigo acostumbrado a sus payasadas.
Cuando se quito el cigarro de la boca se lo metió a la calavera entre sus petrificados huesudos labios mientras observaba que estaba lejos de la mirada del terrible encargado.
El encargado del batallón de excavadores en estos pueblos suele ser un representante sindical de uno de los principales sindicatos con el que no saben donde meter.
Los sindicalistas encargados de batallones de limpieza, reparación de sendas y caminos, excavaciones que pululan por la geografía española rural, son gente venida del sector agrario con poca cultura y ligera influencia de bares.
Durante muchos años han estado afiliados a los sindicatos mayoritarios sin haber participado en nada, más que en seguir por los bares invitando a cerveza a los que detenta la suprema autoridad.
Dotados de una gran envidia, un ego frustrado por los fracasos y los manotazos que da la vida, junto una gran necesidad de ejercer sus motivaciones reprimidas de poder.
Estos caballeros no tiene honor ni estandartes. Paridos para sufrir, amamantados con negro vino y sangre. Hijos de los siete pecados capitales.
Espectros de hombres, nosferatum de las tierras de levante .
! Es Nuestro pueblo y Nuestra gente!
Gerónimo fue un antiguo cogedor de naranjas. Por el efecto del alcohol estaba totalmente desgastado para la faena. Envejeció prematuramente. Como del campo apenas cotizó no podía jubilarse con unos pocos años de antelación. Así que debía permanecer en el mercado laboral de forma precaria.
Por ser durante muchos años sindicalista y estar parado, sin saber que hacer ni él ni nadie para que llegara a la jubilación, andaba siempre con la mirada gacha pidiendo por el sindicato, el ayuntamiento y las cámaras de comercio, algo de faena. Un trabajo de encargado de batallón de limpieza es costumbre y derecho en estos casos.
Cuando en unas obras en el 2010 para colocar una cañería alguien denuncio que había cadáveres esparcidos por el suelo. Antes que los constructores Hermanos Aventura tiraran el asfalto, la policía actúo parando las obras.
Empezó la excavación de San Vicente.
Nadie tenía mucho interés en lo que encontraran, pues los cadáveres frente a la ermita que fue previamente mezquita eran musulmanes. Contrataron a los primeros parados que encontraron habiendo mucho jornalero hambriento donde elegir.
A Gerónimo le coloraron rápidamente, quitándose el sindicato y su aliado el Ayuntamiento un peso de encima.
Aunque Gerónimo no sabia nada de excavaciones y mucho menos de moros, más que era gente mala. Por mucho que metiera la pata: ¿ Que importaba? Era de moros la cuestión.
Fue nombrado encargado, y celebrado el nombramiento en el burdel con Rosarito, su puta de confianza.
La faena estaba hecha para una persona como él, no tenía que saber nada, ni tenia ninguna responsabilidad. Solo ir gritando a los trabajadores para que picaran más rápido amenazándolos con despedirlos si no obedecían.
Gerónimo sonrió por primera vez desde hacia años.
!Por fin sus años de palmero daban resultados!
En la excavación se comportaba como se esperaba de él: como una fiera con los trabajares, y como un idiota con la arqueóloga que ostentaba el poder. Cargaba con los portafolios, la mochila personal de esta etc. Se sometía ante ella, y no osaba ni a aguantarle la mirada, siempre la tenia cacha frente a ella.
En la excavación los trabajadores se divertían con las calaveras profanando sus tumbas. Lo hacían porque se sentían a salvo de Gerónimo.
Siempre aprovechaban las frecuentes ausencias de este y de la arqueóloga para no hacer nada más que hablar y holgazanear.
Cuando notaban que venían o escuchaban la señal del vigía que colocaban en la fosa común más alta, empezaban a picar como locos.
Jugaban los cimarrones como chiquillos con las restos humanos, y miraban a las chicas que pasaban cerca de la obra. Besaban las bocas de las calaveras para sugerirles se forma sensual lo que harían con ellas.
No se dieron cuenta que el sindicalista Gerónimo se dirigía hacia ellos.
Surgió la mala sombra de Gerónimo de una húmeda esquina. Con paso lento y mirada fija en los peones de la excavación, moviendo nerviosamente el palillo entre los dientes, y con sus ojos de hombre inquieto y malo mientras se subía la cremallera. Venia de mear entre dos coches del callejón.
Él no utilizaba los servicios portátiles por ser utilizados por los inmigrantes. Los consideraba gente poco higiénica que transmitían enfermedades, ademas de ser causantes de la actual crisis económica del 2009.
Cuando llego a los inmigrantes que bromeaban y vio al muerto con el cigarro, empezó a reír rascándose su calavera tras quitarse previamente la gorra de tela de la caja Rural San Isidro.
-Vaya pinta tiene el moro- dijo- apartate Wiliam que voy a echarle una fotico.
Saco su teléfono móvil ultima generación que resplandeció entre los inmigrante que dieron un pequeño grito de asombro. Se agolparon en torno a él para verlo y empezaron a bombardearlo con preguntas a las que no tenía respuesta.
-¿Tiene bluetooth? -le pregunto el Chicho.
-Claro que tiene- respondió William aunque la pregunta no fuera para el- y conexión a Internet wifi a través de una potente interfaz.
-A ver la cámara- le dijo el chicho extendiendo las manos para agarrarlo.
Quitar ostia-le dijo bruscamente el sindicalista Gerónimo- Claro que tiene de todo, es el más caro de la tienda. Nadie en el pueblo tiene un móvil mejor.
El caudillo Gerónimo miraba por todas parte las teclas buscando la cámara incorporada. Su rostro estaba tenso a modo de mascara, las cejas cerradas casi unidas en el entrecejo, apretaba tanto los labios que se oía el crujir de dientes. Tanto los apretó que se quebró el palillo saltando hecho pedazos al suelo. Unas gotas de sudor bajaron regando los innumerables surcos de su rostro.
Cada tecla que marcaba el sheriff producía un sonido y una función no deseada.
Su frente roja y húmeda se destenso al cabo de 2 o 3 minutos, que era su umbral de esfuerzo mental, abandonó.
-Maldito chisme asqueroso-dijo- tu Chicho que pareces espabilao, toma y mira por si encuentras la cámara.
Se la entrego a este que enseguida la encontró.
Jefe, debe tocar este botón y hará la foto a 3 megapixeles de resolución y con este otro a menor resolución pero mayor cantidad de fotos ¿Que pongo?
- Lo que quieras coño, no vamos a estar aquí todo el día- le respondió molesto y mareado de tanto dato - apartar que el haga la foto para enseñársela en el bar. Como este moro debían estar todos los moros que nos invaden. Toda la culpa es de Zapatero.
Los inmigrante le dieron la razón diciendo que los moros eran mala gente, vaga y pendenciera, que no hacían más que cobrar subsidios. Al contrario de los hispanoamericanos que eran muy buenos trabajadores, gente de bien.
Hizo la foto y empezó a gritar de forma violenta llamando a todos al trabajo.
La arqueóloga se volvió un instante abandonando la conversación con la anciana a la que se habían unidos dos ancianas más, otros tantos caballeros, y un par de jóvenes festeros de San Vicente descamisados con aspecto gitanesco y quinquillero.
Entretanto seguía con su discurso la anciana, aunque la arqueóloga ni escuchara:
-Los toros van a ser pronto y tenemos que poner el burladero. Mi hijo dice que si el domingo no lo pone no lo pondrá otra día, y es hombre de palabra. Yo no quiero estar sin burladero, nunca he estado ni nunca estaré, sería una vergüenza. Por las noches ni duermo pensando en el burladero y las palabras de mi hijo, o sea que termine la excavación. Llévese a esos moros pronto y tengamos la fiesta en paz-le decía una abuela enlutada y jorobada que tendría cerca de 80 años.
-Señora- le respondía una atribulada arqueóloga- a mi me disgusta como a ustedes tener que hacer esta excavación, para todos es un fastidio. Yo estudie la carrera atraída por la prehistoria, y no para esto. Sepan que yo estaba muy bien en mi despacho, pero alguien esta vez se ha chivado cuando los del agua han hecho las obras para poner una nueva cañería.
Los trabajadores del agua, facosa, les juro que no hubieran parado las obras. Tienen ordenes de cuando encuentran algo tirar enseguida alquitrán. Los protocolos son claros: una empresa de gas o agua encuentra algo y llaman a Pavosal, o Hermanos Aventura que tiran el hormigón enseguida. Uno de ustedes es el traidor que se ha chivado de los de los moros.
La otra vez que abrieron la calle nadie dijo nada, y todos estábamos mejor. Sepan que yo colaboro igual que la administración en la fiesta de los toros y en la perpetuación de Nuestra Santa España Católica.
La arqueóloga invito a entrar a un hueco donde había un despojo humano, y señalándolo siguió con su discurso:
- Mire como a ese moro le faltan las piernas, en la ocasión anterior que abrieron la calle se las cortaron al pasar la retro-excavadora. Las tiraron al vertedero con el resto del escombro, pero esta vez el enemigo es uno de ustedes. Así que a mí no me culpen ni me estresen, que yo no quisiera estar aquí.
-Bueno, bueno señora-le dijo un quinquillero del barrio-no nos cuente milongas, achante la mui, dese prisa en terminar que queremos los toros, y la basura musulmana sáquela de aquí.
Todos aplaudieron el discurso del joven quinquillero.
!Es nuestra Gente y es nuestro Pueblo!
Aprovechando las discusiones de la arqueóloga y la fotografía que estaba haciendo a las calaveras bufonescas el sindicalista , Angelillo situado en el extremo sur de la necropolis que daba con la ermita, que en su origen fue mezquita, vio un agujero que daba a un pasadizo. Se metió en el agachado y empezó a reptar ya que los sedimento lo habían medio derruido. Encontró una fosa con los huesos de una niña y un anciano, a su lado había un pergamino que cogió dando media vuelta rápidamente.
Eran muchos los motivos para hacerlo, sabía que el Ayuntamiento ultra católico de Vall d' Uxó y el estado español destruirían cualquier cosa que fuera de los musulmanes por ser islamofobico.
Decidió agarrarlo e irse.
El encargado de la obra vio a angelillo como metía los documentos en su jersey, pero su mente estaba ocupada en descifrar como ver un mensaje que le acaban de mandar en el móvil. No pudiendo hacer dos cosas a la vez, como no le interesaba mucho lo que hubiera podido llevarse ya que sería lago hecho por los moros, y por lo tanto sin importancia se quedo mirando el móvil y suspirando de desesperación.
La arqueóloga vio a angelillo salir de agujero. Tampoco le dio importancia aunque vio que robaba algo.
Calculando el coste de sus movimientos decidió que si iba en su persecución tendría que andar 200 metros, tomarse la molestia de interrogarle, y si encima fuera algo interesante llevarlo al museo, tasarlo, catalogarlo....
Así que decidió no inmolarse al esfuerzo como buena funcionaria y dejarle marchar.
Que tu dicha fuera buena-dijo entre dientes la arqueóloga.
Angelillo sabiendo que no le perseguirían por expoliar el patrimonio en Vall d' Uxió, ya que todo el mundo que lo desea lo hace, se fue tranquilamente despacio y en silencio.
Al volver la esquina saco el viejo manuscrito.
Tropezó con una pareja de guardia civiles que acaban de detener a un par de inmigrantes.
Por necesidad de salir a la calle los inmigrantes no procedieron a la cautela y sigilo habituales, ya que suelen ser detenidos por las autoridades y si no tiene los papeles en regla, expulsados del país.
Esta pareja debido a una enfermedad causada por las condiciones insalubres de su encierro habían salido de su escondite a por unas pastillas a la farmacia.
Los extranjeros en el 2010 en España son perseguidos con una furia semejante a los moriscos por Felipe III.
Angelillo paso frente a ellos leyendo el pergamino para no ver una escena tan dolorosa, imaginando el destino que les esperaba.
Desde Felipe III en la fecha 1609 no se habían producido un éxodo tan grande.
Mientras caminaba melancólico por el destino de estas personas que lloraban a doscientos metros de su espalda, tropezó angelillo con una rotonda inmensa del matamoros Jaime I.
El símbolo de la reconquista de estas tierras era de unas dimensiones obscenas, sin duda para asustar a los inmigrantes y reafirmar el sentido de reconquista que se vive en el s XXI.
Recordó angelillo que ningún monumento en el pueblo recordaba los casi mil años de los musulmanes. Incluso las innumerables obras civiles que realizaron se convertían en obras creadas por romanos o cristianos, como la calzada musulmana cercana a Garrut, convertida en la calzada del Cid. Los acueductos musulmanes de toda la región se les atribuyen orígenes romanos. Nada recuerda explícitamente el periodo musulmán, por el contrario las calles están llenas de símbolos franquistas, o marcadas con nombres de genocidas falangistas , guerreros cruzados...
Angelillo al llegar a casa abrió el manuscrito encontrado en la mezquita.
Empezaba con un relato del inquisidor Tomás Manrique tras realizar una ordalía donde informaba al Duque de Segorbe de su poco éxito en la conversión.
Relato de Tomas Manrique al Duque de Segorbe encontrado en el Manuscrito.
10 de Febrero de 1526 en la Villa de Almenara a la sede de Tortosa; del Padre del Santo Oficio, Tomás Manrique al Duque de Segorbe, Don Alfonso de Aragón.
Señor Duque Don Alfonso, no hemos podido doblegar la fuerza con que abrigan los infieles del Valle de Uíxo sus ideas extraviadas y blasfemas de falsos profetas.
Los seguidores de la secta de mahoma han hecho acuerdo de pasar antes por el hierro y el fuego que por el agua bendita.
El Santo Oficio ha estado 2 días en el pueblo debiendo huir por un ataque despiadado de un diablo al que adoran estos herejes llamado Cardau. Su ataque ha costado la vida a gran parte de la tropa que nos escoltaba y varios santos padres.
Os contare lo acontecido mandando un heraldo con nuestras desdicha, y la petición de auxilio donde nos encontramos acogidos en la villa de Almenara.
Señor Duque, a nuestra llegada encontramos todas las puertas de la villa cerradas a cal y canto. Ni un niño, ni una mujer andaba por el pueblo, todo era silencio. Toda casa estaba cerrada con gruesos candados .
Íbamos por la calle predicando la palabra del verdadero profeta y desde las casas empezaron a escucharse insultos paganos a los santos padres. Fue muy descorazonador nuestro primer día.
Nos alojamos en el palacio de Benigafull, acudiendo a nosotros un arrepentido llamado Gaspar Cascolla.
Lo primero que hicimos fue darle bautismo y tomar su juramento de fidelidad a Cristo y al señor Duque.
Luego le interrogamos sobre los nombre de los principales alfaquíes que como sabe son la principal causa de que esta gente siga en la herejía. Son medio magos, medio brujos, medio médicos. Llevan todos los pleitos de herencias, bodas, divorcios de esta gente. Aunque dicen que son cristianos mi señor, son fanáticos seguidores de mahoma.
El primer día aconteció de estas maneras, nos enclaustramos en el palacio,oramos y dormimos.
Para el segundo sabiendo que tenían acuerdo de no dejarse convencer hicimos llamar a 20 de ellos. Había mujeres, niños, ancianos y varios hombres. Les citamos para darles la oportunidad de salvarse.
Acudieron forzados a base de capturas y temerosos señor Duque.
Hube de tranquilizarles:
-Amigos del valle de Uíxo, la santa madre iglesia viene a acogeros en su seno. Si aceptáis bautismo seréis perdonados, de lo contrario tendremos que averiguar el estado en que se encuentra vuestra alma debido a vuestras herejías. Nos obligareis a practicar juicios de Dios.
¿Alguno quiere ser bautizado y renegar del falso profeta?
Señor Duque, con lamento he de informarle que ninguno quiso arrepentirse de pertenecer a su secta. Les hable pues de la necesidad de hacer juicios de Dios, trate su persuasión diciéndoles:
-Estos juicios si bien es ciencia experimentada y probada, son muy dolorosos. Veis esas ollas hirviendo. Dentro de cada una se encuentra un trozo de hierro que tenderéis que coger introduciendo vuestras manos en ellas. Si sois diablos no os dolerá coger el hierro, por el contrario si sois almas que aun se pueden salvar abjurando de mahoma os dolerá mucho, tanto que algunos caeréis al suelo chillando de dolor y perdiendo el conocimiento. Lo recuperareis en seguida para pasar otro juicio. Disponemos de alcoholes que despertaran vuestros sentido al momento. El desmayo no os servirá para dejar de sufrir. Estos son los juicios, dolorosos pero justos.
Decidios a dar un paso adelante, renegar del profeta y no sufriréis.
Señor Duque: !ni los niños que lloraban avanzaron! Tal es el estado de posesión que ha tomado su herejía.
Amarrados como estaban los 20 moriscos, agarre a los que creí que convencería antes. A una niña muy linda y su anciano abuelo. Les lleve a sendas ollas una.
A la niña la coloque frente a una olla con plomo hirviendo.
Tuve una gran pena en obligar a meter sus brazos en el plomo, pero mi santo deber me obligaba a ello. Su carne empezó a oler a quemada, y un humo blanco y negro salia del puchero, sus gritos llenaban la sala y todos los infieles empezaron a gemir y chillar. Tanto fue el escándalo moro que mande amordazarlos. Incluso amordazados se escuchaban los gemidos tan molestos, así que prepare una agujas con fuerte hilo de coser telas. A varios les cosí la boca como se cose una bolsa de cuero.
Al abuelo le metimos para probar su alma las manos en una olla de aceite hirviendo, comprobamos con alegría que era gente que se podía salvar. La chiquilla cayo desmayada, al igual que el anciano y la despertamos con alcoholes enseguida.
Sin carne en los brazos, despellejados, metimos sus cuerpos en potros.
Y ahora les pregunte por los nombres de los alfaquíes que enseñaban algarabía, hechizos y otras cosas contrarias a nuestras costumbres.
Les explicamos a ellos y a todos los demás moriscos lo que les ocurriría de seguir negando al verdadero Dios y protegiendo a esos magos.
Esta fue la siguiente oportunidad que les dí de salvación a los moros expectantes:
-Si avanzáis un paso al frente y os arrepentís de vuestra herejía recibiendo santo bautismo, no tendréis un tormento como el presenciareis.
-Veis en el potro donde están atados esos dos infieles. Sobre las rodillas de los dos reos pondremos unas cuñas, y ese hombre que veis en la puerta dotado de gran fuerza y una gran maza pegara sobre las cuñas, eso hará que las rodillas de la niña y su abuelo se rompan provocando un dolor horrendo. Si siguen sin querer renunciar a mahoma pondremos otras cuñas más finas cercanas a los tobillos, y seguiremos pegando hasta llegar a los pies. Cuando golpeemos sobre los pies estos reventaran.
Me dirigí a la niña:
Angelito ¿quieres hablar? Dime el nombre de tu hechicero, solo el nombre de un alfaquí y te dejare descansar en una celda.
¿Sabéis lo que hizo la niña poseída con este santo padre? Escupirme.
Le dimos con las cuñas y fue imposible convencerla a ella y a su abuelo, antes murieron con gran dolor y en pecado.
En las calles el griterío del populacho moro de vall d'Uxo dio un paso más en su atrevimiento.
El pueblo empezó a golpear las puertas gritando envalentonado que Cardau estaba en camino desde Algar del Palancia.
Pregunte al arrepentido quien era al que nombraban.
Me dijo que era un morisco de Algar del Palancia, un hombre dotado de una fuerza extraordinaria y habilidad para el mando que renegaba de cristo. Me contó que decían en la comarca que estuvo en Palestina luchando contra cristianos, y que embarco en un galeón berberisco practicando el innoble ejercicio de la piratería. Incluso contó que en una ocasión esos piratas pensaron ir con su barco a Santiago de Compostela, tomarlo, y entrar en la catedral para saquear la tumba del Apóstol, robar sus nobles huesos para esparcirlos por las montañas.
! Hasta ese nivel llega la osadía de ese que nombraban!
Yo naturalmente en un primer momento me reí. Pensé que eran mentiras de estos embaucadores diablos. Cuan equivocado estaba señor Duque.
Hicimos varias ordalías más, decidimos los santo padres dejar la conversión para el día siguiente.
La noche fue tranquila y agradable.
Al cantar el gallo los hermanos y yo despertamos, fuimos de nuestras celdas al refectorio, oramos y desayunamos muy esperanzados en convertir a estas salvajes almas paganas.
Volvimos a salir a la calle y encontramos el pueblo desértico.
Estuvimos predicando sobre paredes y ventanas tapiadas pues no había nadie. Todos huyeron a las montañas que estaban repletas de cuevas.
En esta huida se llevaron todo alimento no dejando ni lo básico. Mandamos a los soldados ir a por provisiones a la vecina villa de alfondeguilla y volvimos al palacio de Benigafull. Sacamos a varios morisco de las mazmorras en las que se encontraban.
Los llevamos al jardín del palacio, habían dos enormes balsas de riego que alimentaban un huerto muy florido, del que ante la tardanza de los soldado con carne nos alimentábamos con su bien cuidada y abundante huerta.
Allí los colocamos ante las balsas señor Duque, dirigiéndome a sus corazones apele a su buen juicio y esto fue lo que les dije:
-Adjurar de vuestra fe, y la santa madre iglesia en sus siervos aquí representados perdonara vuestra herejía, de lo contrario os lanzaremos a estas balsas con agua atados. Dios, y no nosotros os juzgara. Si sois herejes vuestros cuerpos flotaran, por el contrario si sois inocentes vuestros cuerpos se hundirán.
En el más fanático ejercicio de blasfemia sus almas seguían torturadas por el falso profeta.
Lanzamos a 6 hombre a las balsas y todos se hundieron sin que dijeran reniego.
! Tal es la fuerza del mal en que los tiene mahoma!
De repente escuchamos un fuerte sonido que provenía del exterior, eran tiros de arcabuz. Los hermanos y yo corrimos a refugiarnos en la torre del palacio. Gran parte de la tropa que nos acompañaba estaba siendo muerta por los infieles. El sargento se acerco a nosotros y nos dijo de lo conveniente de huir pues no podrían contener a la multitud morisca revelada. Nos aconsejo bajar y salir por un túnel. Al final del mismo un par de hombre con varios caballos nos esperaban para huir. Así lo hicimos.
Vimos desde lejos entre el humo de la pólvora a un hombre enorme barbudo lleno de dibujos en su cuerpo que simbolizaban mástiles, anclas, mujeres... y pendientes en sus orejas. Poseía una larga melena cubierta con un pañuelo de seda amarrado con cordones de oro y joyas.
Pregunte al sargento quien era. Me dijo que al parecer en el fragor de la batalla había visto a este hombre mandar con mucha precisión a los moriscos que le obedecían en todo lo que decía. Le llamaban Carbau.
Así terminaba el primer capitulo de este manuscrito sin explicar si Cardau se hizo con la villa de Almenara vengando a los torturados.
Las paginas siguientes estaban muy estropeadas. Angelillo pudo descifrar varios párrafos un tanto confusos por las manchas. En ellos se leía que tras el asalto del Palacio de Benigafull los moriscos se indignaron de tanto horror causado por la inquisición. Lloraron mucho a sus muertos y hubo en todo el valle de Uíxo un gran duelo que se extendió a las poblaciones vecinas, donde desde hacia casi mil años solo había moros. Gente que abandono el cristianismo de forma voluntaria y ahora sin saber por qué les obligaban a sangre y fuego a tener que renunciar a lo que voluntariamente desearon creer.
Seguían en las siguientes paginas con la descripción de los lamentos de todos los pueblos vecinos y el hartazgo al que habían llegado permitiendo tanto mal trato por parte de los cristianos, junto con la resolución a la que llegaron.
Iremos a la guerra- decía la asamblea soberana- no podemos seguir aguantando el hambre con que nos condenan los cristianos. Nos roban las cosechas, nos hacen pagar tributo exagerados por vivir, nos someten a tortura para que abjuremos. Lucharemos, no tenemos nada que perder, cada día somos menos y más débiles. Necesitamos un rey que nos una, yo propongo a Carbau.
En ese momento se cortaba el texto, las letras eran ilegibles, pero en la siguiente página angelillo podía leer que Cardau fue elegido rey y que se cambio de nombre por el de Celin Almanssor.
Marcho con sus hombres a la población morisca de Ahín sabiendo que el duque de Segorbe reuniría un gran ejercito para ir en su búsqueda. Mando cavar trincheras, preparar el castillo para el asalto. Esperaría en el alto de la montaña, si de ese primer emplazamiento eran expulsado bajarían a refugiarse a la fortaleza, donde la gruesa piedra pararía el ejercito enemigo, en espera de vencer al sitio.
Decía la crónica que los cristianos reunieron 2000 hombres, a la cabeza de los caules estaban dos Pedros. Un tal Pedro Ladrón y un tal Pedro Canoguera.
Los hombre cristiano llegó a Ahin por la noche y acamparon, preparándose para atacar con el amanecer.
Mientras salia el sol por Oriente y los gloriosos musulmanes rezaban a Ala, el ejercito cristiano se lanzó al ataque.
El rey Celin Almanssor mucho más valiente que los cristianos y en muchísima desventaja, siendo 1 para 35, a golpe de trabucazo y ballesta desde las trinchera mataron mucho cristiano. Atemorizados corrían por las montañas en desbandada ladera abajo.
Los soldados cristianos hicieron asamblea por la tarde tras el recuento de victimas. En una horas habían perdido 60 hombre y 200 estaban muy mal heridos. Llegaron a la conclusión de que el duque no los quería bien y se fueron cada uno a su casa, abandonando a los moriscos victoriosos y a los Pedros que rabiaban su mala andanza e increpaban a los soldados a que volvieran.
Angelillo del Valle d' Uixó.
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