lunes, 5 de abril de 2010

benedicto XXX, angelillo y Nani Sex





El trío Benedicto XXX, Angelillo y Nani sex.

Tambores de procesión de semana santa repican por las calles de Vall d' Uxó.
Sus habitantes contenían las respiración sobrecogidos por la emoción.
El pueblo, enamorado del nazareno cubierto de sangre, seguía las imágenes macabras que publicitaban en las profesiones su extraña mitología: El martirio de un Dios encarnado en persona que debía ser asesinada para perdonar nuestros pecados, y convertido en festín a lo Hannibal Lecter cristiano los domingos.
En las imágenes, su Cristo exhibía un cuerpo atlético esplendido en la musculatura, pese a ser representado quebrado y retorcido por la tortura. Este hecho, lejos de afearle lo embellecía.
Los escultores preocupados por dar realismo a las escenas propagandísticas de su Fe esculpían la anatomía idealizada. Los cuerpos de los Cristos sangrantes eran bellos, y muy bien dotados. Trazada con maestría la sensualidad del Nazareno, contenida con una tela blanca a punto de caer, pero que nunca caía.
En las expresiones de su rostro se mezclaban las emociones de dolor y placer. Con sus brazos en cruz, indefenso en su incomoda postura invitaba a imaginar a los cofrades y espectadores a golpe de los tambores, impulso de corazones ardientes de los portadores de cirios encendidos, las más deliciosas perversiones sexuales.
Los hombres y mujeres cristianos albergan en su corazón fuertes deseos pre-homosexuales pro-homofóbicos. En los días de semana santa podían liberar bajo las capuchas su libido públicamente. Por esta liberación, los más devotos sonreían en la procesión brillando sus ojos bajo el capirote y latiendo su corazón frenéticamente por el deseo.
El párroco del pueblo, a fuerza de limpiar las manchas del que siempre sangra por los cuatro costados se había insensibilizado a estas emociones, y prefería para excitarse la carne limpia de los niños y las niñas.
Angelillo, no pudiendo soportar los pasos de semana santa de España, decidió irse a otro lugar donde sentirse seguro del místico, ascético y católico pueblo español.
Quiso ir a contemplar la serenidad del mundo antiguo.
Acercase a los restos milenarios de ese hombre que brillo en la antigüedad, creador de grandes ingenios, obras literarias, libertades, y que aun su luz pervive en el presente.
Este hombre libre, soñador, poeta, amante, fue brutalmente castrado por el salvaje cristiano.
Iba angelillo a rendir homenaje al asesinado por el cristiano.
El lugar donde sus pies le dirigían para encontrar la paz en semana santa era Roma.
Partió en avión desde Manises.
Al aterrizar en el caótico aeropuerto de Fiumicino se dirigió a la no menos caótica estación de trenes de Termini.
Estaba en la estación principal de Roma y quedo espantado ante la dantesca visión de cientos de personas jóvenes jaleando como perros furiosos:
-Viva Cristo, viva Benedicto XXX, viva la iglesia Católica.
! Era gente joven todavía creyente!
Ajenos al gran acontecimientos del s XIX, donde por fin se había asesinado a Dios.
! Cuanto lloraría Nietzsche si tuviera que estar pasado por lo que estaba pasando angelillo! Avanzaba sobre los cristianos tumbados en el suelo que esperaban sus autobuses.
Tenía que hacer grandes esfuerzos para no pisar sus cuerpos inertes o no tropezar con sus guitarras. Todas ellas eran acústicas. ! Ni una sola eléctrica!
Sin duda era gente sin gusto musical, ni capacidad de puntear una escala pentatónica. Solo sabrían tocar acordes sin cejilla.
Tuvo suerte y deslizándose entre ellos, que afortunadamente estaban demasiado cansados como para verlo pudo escapar por el metro.
Su albergue estaba a 20 kilómetros de la capital.
Cuando llego pudo respirar el aire limpio que se respira en los suburbios y guetos obreros de las grandes ciudades. Se sintió como en casa.
Al día siguiente se dirigió a una de las siete colinas de Roma, dirección Appia Antica.
Estaba observando la Iglesia del Quo Vadis? cuando escucho a un grupo de españoles que se dirigieron hacia él.
Reconocieron por sus rasgos típicos hispanos a un camarada.
Le pregunto un señor de edad avanzada, vestido con un negro traje, camisa azul y corbata del mismo color, portando en la solapa de la americana un pin con la bandera de España en cuyo centro se veía el aguilucho negro, y otro pin que representaba a Cristo crucificado:
-Perdona chico- le dijo quitándose las gafas de sol -¿ eres Español, verdad?
¿Sabes por donde queda las catacumbas de San Callixto?
- A la primera pregunta responderé-dijo angelillo irónicamente y con un poco de mala gana- que efectivamente soy Español, de las tierras moriscas de Levante. A la segunda cuestión le diré que creo haber pasado un cartel tras esa esquina que indicaba la dirección de las catacumbas.
Una mujer también de edad avanzada, enlutada, de ropa austera de riguroso negro, como el alma de un cristiano, cuyo único adorno en ese uniforme del dolor era un enorme trozo de metal que representaba su amado cristo. Lo llevaba colgado al igual que una vaca lleva colgado el becerro. Lo acariciaba y sobaba de forma compulsiva y obsesiva, cada pocos segundos, ante la mirada envidiosa de sus compañeras. Esta mujer le dijo:
-Deseamos ardientemente para regocijarnos en nuestra Fe y exaltarla, ver esas catacumbas. Respirar de la atmósfera donde lo pararon tan mal los primeros cristianos. Es uno de los motivos de nuestro viaje. El otro es tener una auditoria con el Santo Padre para que nos de su bendición y una ayuda a una santa causa. ¿quiere acompañarnos Señor..?
Angelillo medito durante unos segundos.
Primero se asusto lógicamente de la invitación, pensando que podía ser una trampa, si reconocían que era ateo su vida correría peligro.
Durante más de 1.700 años este grupo de sectarios ha estado martirizando a la humanidad. Han sacado partido a los 300 años de persecución vengado sobremanera a sus mártires.
La iglesia Católica es la principal organización criminal del mundo.
Sus crímenes en 1.700 años supera a la segunda organización criminal del mundo: La Nazi.
Por otra parte, angelillo pensó que sería divertido visitar las catacumbas y contemplar la forma de vida de los primeros cristianos.
Siempre considero que el trato que recibieron de Neron, Caligula, y otros justos emperadores fue correcto y humanitario. Angelillo no hubiera hecho otras cosas diferentes a estos. Todo iba bien para el Imperio hasta el funesto Constantino.
Entre tanto, el grupo cristiano esperaba su respuesta, le miraban despiadadamente escudriñando que valores morales tendría.
-Señor angelillo es mi nombre-respondió todavía pensando que iba a decir- Creo que será interesante ver las catacumbas con ustedes.
Se acercaron a las catacumbas.
Conforme se acercaban escucho angelillo cantar el primer gallo, a su anunciador sonido este negó a sus compañeros de viaje. Girándose les dijo:
-Señores, lo siento pero yo no voy a las catacumbas, estoy harto de que los italianos me roben el dinero haciéndome pagar por todo. Hasta por entrar en la playa te hacen pagar. Miren el cartel, pone entrada a 8 euros, es una estafa.
La mujer mayor viendo que se iba la más noble alma del reino de España, y sacando a la luz su verdadero carácter que era evangelizar toda criatura, lo llamo a consultas enseguida.
-¿No intentaras alejarte del camino de los mártires con una excusa tan miserable como no pagar 8 euros?-le pregunto señalándolo con el dedo.
-Claro que si, señora-le respondió-Yo no pago 8 euros por pasearme por un túnel lleno de muertos.
-Ten más respeto-le chillo la mujer-En eso que llamas túnel están muchos buenos cristianos enterrados. ¿No seras un ateo comunista jovencito?
Todo el grupo de cristianos se paro a contemplar la escena, el dispensador de tiques también la seguía atento.
Angelillo se puso a pensar, si decía que era ateo, apostata y anarquista en pascua, su vida correría un serio peligro, seguramente le crucificarían, luego se comerían su cuerpo y beberían su sangre, así que decido mentir mientras cantaba el gallo.
-No señora, no soy de esos energúmenos terrorista, escoria de la humanidad. No me ofenda.
Todo el grupo respiro aliviado y continuo su discurso:
-Solo soy un pobre chico huérfano sin apenas dinero que viaja peregrinando con la ilusión de ver a Benedicto XXX, y ante su noble visión coger fuerzas para hacer el bien como él.
! Claro que me gustaría ver las catacumbas! pero no me viene bien pagar. Prefiero dar el poco dinero que traigo conmigo a gente más pobre que yo, y ustedes debían hacer lo mismo.
Ante su discurso todos los cristianos aplaudieron, empezaron a abrazarse y cantar de rodillas.
La mujer fue a abrazarle corriendo, con el movimiento el enorme cristo que le colgaba iba de parte a parte, con tan mala fortuna que cuando la mujer se tiró a los brazos de angelillo le dio un cristazo en los diente que por poco se los arranca.
Este, por educación y con lagrimas en los ojos silencio el dolor.
La mujer, al verlo en ese estado de emoción se sintió la cristiana más feliz del mundo, pensando que estaba ante la persona más sensible y buena del mundo. No se equivocaba.
Tuvo a bien la señora Rogelia pagarle la entrada.
Una vez entraron al recinto, vino hacia el grupo una guía.
Era una chica joven de unos 20 años, aunque por su cara angelical parecía de menor edad.
Su pelo rubio fino caía hasta la cintura, y sus ojos azules tenían la profundidad serena del Tirreno.
-¿Sois todos Españoles?-preguntó.
-Si- contestaron al unisono sacando pecho, abanico, peineta y castañuelas; todos menos angelillo.
-Me alegro muchísimo de que el grupo sea de Españoles. Si algún pueblo a parte del romano puede entender lo que vamos a ver, es el nuestro.
Mi nombre es María, soy una estudiante de un colegio religioso, en las vacaciones me presento voluntaria para guiar visitas. Empezó a dar una pequeña explicación:
Esta catacumbas son las de San Callixto, miden más de 30 kilómetros, así que mucho cuidado con perderse, dicho estos rió la gracia el grupo y continuo:
Están excavadas sobre negra roca de volcán, y aun tiene un poco de radiactividad.
Abrió María una puerta de hierro, empezaron a bajar una largas escaleras estrechas. Frente al último peldaño había una escultura de un hombre con un cordero sobre sus hombros.
Cuando descendió el ultimo componente del grupo, que era angelillo, María volvió a tomar la palabra:
-El oficio de excavador se pasaba de padres a hijos, excavaban día y noche, y raramente vivían más de 30 años por la dureza del trabajo.
Reino ante esta explicación un gran silencio en la catacumbas que rompió la risa de angelillo. Retumbaba grandemente por la acústica y el eco que producía el lugar. Se imaginaba a los cristianos sufriendo lo indecible y le parecían estos pensamientos de lo más divertido.
Fue el centro de todas las miradas, cosa que le ocurría constantemente odiando estas situaciones profundamente.
Tuvo muy buena reacción, y siendo consciente de entre que tipo de gente se encontraba se retracto:
-Perdón, ha sido un espasmo por la emoción, perdón.
Empezaron a caminar.
La chica iba mostrando donde fueron enterrados muchos obispos y Papas.
Señalando con un bastón los nichos explicaba:
-Aquí se pueden ver la tumba del Papa San Ponciano. Papa del 230-235.
Aplaudían los cristianos.
Entre ellos se iban animando al ver las lúgubres catacumbas e imaginando las vidas de sus mártires. Sufrían los infortunios de estos, y reafirmaban públicamente su fe:
-Creo en ti Cristo Rey, creo en ti Salvador- redentor- aullaban salvajemente por las húmedas galerías subterráneas.
Se encontraban en un trance de sobrecogimiento. Abrazaban las piedras, lloraban, oraban, maldecían a los romanos y a Zapatero presidente de España, al que llamaban el nuevo Herodes por haber introducido una asignatura llamada “Enseñanza para la Ciudadanía” , a costa de la asignatura de religión.
Angelillo estaba mareado de escuchar las barbaridades que decían el grupo de beatos exaltando a sus muertos y maldiciendo al resto de la humanidad.
Ya no recordaban estos cristianos las atrocidades perpetradas durante tanto siglos por la inquisición, los jesuitas, las guerras papales, las misiones en América, África, Asía.
Angelillo quería gritar: Viva la revolución anarco-comunista y las checas contra los curas en la guerra civil.
Sabia de sobra que si hacia eso lo hubieran despedazado en unos segundos y tirado a cualquier fosa común, para beatificarlo 5 años después diciendo que segundos antes de su muerte se hizo cristiano. Después tendría que soportar que sobre sus huesos una María introduciéndole el bastón dijera:
Aquí yace el converso angelillo, del 1975 al 2010, mientra moría a manos de unos santones abrazo a Cristo, salvando su alma en el último segundo. Por su vida no se pudo hacer nada.

Esta razones, repletas de la lógica y el buen juicio que siempre le acompañaban, le hacía estar a la defensiva y cauto en sus comentarios.
Rogelia era el nombre de la mujer vestida de negro, desde el principio se mostró deseosa de contarle algo sobre esa misteriosa reunión con el Papa Mazinger.
Debido a la necesidad de confesión de que adolecen los idolatras de Cristo ,agarro a Angelillo del hombro y a lo llevo a un rincón escondido, si cabe más en unas catacumbas.
-Tu has contado el motivo de tu peregrinaje-le dijo nerviosa y con un tono bajo de suspense, medio suspirando, medio desgarrando las vocales- y yo voy a comentarte el mio. Estoy aquí por que he pedido a Dios un favor: que ilumine al ministro Federico Trillo y Javier Arenas en su cruzada por la cadena perpetua. ¿Tu sabes quien es Nani Sex?
-Si- le respondió angelillo sobresaltado al escuchar ese horroroso nombre- un pedofilo.
-Efectivamente, esa persona es un criminal como no ha visto el mundo. Ese animal fue el que violo a mi nieto. Ahora esta en prisión, y quiero que allí se pudra hasta el final de sus días. Mi nieto en estos momentos se encuentra muy bien gracias a Dios. No tiene secuelas desde que lo internamos con un grupo de Dominicos, allí se encuentra seguro. Tendrías que ver con la cara de alegría nos recibe cuando tenemos visita, se abraza a nosotros y no se separa de nuestros brazos, pero esa es otra cuestión. La que quiero confesarte es que hemos venido con un millón de firmas recogidas en España para obligar que el congreso imponga cadena perpetua para todo criminal, especialmente pedofilos, y buscamos la última y más grande firma, la de Benedicto XXX.
Angelillo guardo silencio al extraño relato de esta mujer. Cómo no tenía libertad de expresión por qué los cristianos en sus estatutos no la permiten, al igual que no permiten la diferencia, ni al diferente, escuchando el segundo canto del gallo le respondió:
-Me parece muy bien. Todo el mundo debería estar cumpliendo cadena perpetua: pedofilos, mujeres que abortan, médicos abortistas, homosexuales, lesbianas, travestís, ocupas, ateos, inmigrantes, comunistas, anarquistas, y para que sea rentable y no cause merma a las arcas púbicas, todos estos bandidos los pondríamos a hacer carreteras y pantanos, imitando nuestra salvador “El Generalísimo”

Breves lamentaciones de Nani Sex.
Entre tanto, a varios miles de Kilómetros de allí, igualmente en una lúgubre mazmorra de una prisión de España, un chico joven y hermoso cuyo apodo se hizo famoso en los medios de comunicación, oraba en pascua.
Tan inocente como el papa encubridor y la mayoría de curas del mundo, pero que a diferencia de estos sufría la injusticia de estar encerrado mientras los otros gozaban con absoluta libertad de sus crímenes.
Frente a su póster de Michael Jackon y el del Papa Benedicto XXX que adornaban las grises paredes, sujetando una cruz rezaba entre lagrimas:
-Oh señor, escucha mis plegarías. Por qué no me guiaste en mi tierna infancia hacia ti. Yo quiero ser como el impune cura que viola sin que le pase nada. Todos son encubiertos por su organización criminal. ¿Cuantos chicos han violado, cientos, miles, millones?
Daría cualquier cosa por participar en una ordalía sexual con niños durante semanas. ¿Por qué no me hice cura? Ahora estaría trotando por los convento, compartiendo con otros hombres que comprenden mis necesidades y mis impulsos. No me censurarían, al revés, me animarían.
Oh señor, señor, por qué no me me guiaste en mi tierna infancia hacia ti.
Fin de las breves lamentaciones de un pedofilo.

En las catacumbas, Angelillo estaba a punto de vomitar de escuchar a esta abuela furiosa todo rencorosa, buscadora de venganza. Sus palabras habían subido de tono y en aquel contexto asustaban terriblemente, no por lo que decía, sino por qué mostraban descaradamente sus sentimientos de rencor amparados en la teología del odio integrista cristiano.
Tras hablarle de su misión pastoral, volvieron al grupo que se divertía experimentando sentimientos de piedad, pasión, depresivos, melancólicos, en su parque de atracciones cristiano.
Aquí descansa San Eutanio-señalo la chica.
No, no- dijo escandalizado un fiel del grupo por el error- se llamaba San Eutiquiano.
Disculpad- respondió rápidamente María un tanto avergonzada- Lo siento, me he equivocado, espero que Dios me perdone. No se donde tengo la cabeza. Es verdad que su nombre es San Eutiquiano.
Todos rieron, menos angelillo que en ese ambiente insano no comprendía nada.
-Joder, se saben los nombre, milagros y payasadas de esos cretinos fanáticos- se decía para si mismo.
-Vean-señalo María llena de emoción- aquí esta enterrado mi Santo Padre favorito:
San Antero, cuyo Papado fue entre el 235-236 y consistió en 43 días ,los cuales los paso todos en la cárcel.
Imaginen lo mal que lo pasaban los cristianos en aquellos tiempos, no como ahora que afortunadamente ninguno va a la cárcel, y es que hemos ganado mucho con los siglos.
Todos los cristianos se pusieron de rodillas a rezar. Angelillo se quedo de pie sin saber que hacer. Sintiéndose observado, se tiro de rodillas y empezó a cantar con ellos, pero como no se sabía la canción tatareo la canción más suave que sabia de su repertorio: el “Lullaby” de The Cure.

Siguió María con su explicación:
En estas catacumbas también dio al primer monaguillo del mundo.
Aconteció de esta manera:
- Un niño llevaba la consagración a las celdas de los cristianos que al día siguiente iban a morir en el Circo Máximo. Un centurión le pidió la consagración, y nuestro bravo cristiano se negó a entregarla, reteniendo entre sus puñitos el cuerpo del Señor.
El centurión como castigo por no obedecerlo mando emparedar al chico. Ese fue el inicio de los monaguillos, de los que muchos de vosotros habréis formado parte, espero.
En seguida todos dijeron con orgullo los nombres de las parroquias y sacerdotes a los que habían asistido en su tierna juventud.
Se escuchaba:
- yo fui monaguillo en el colegio Padre Jofre con el Padre Saturnino, pues yo lo fui de la escuela Santiago Apóstol con el Padre Celestino...
Siguieron caminando por las catacumbas, angelillo iba rezagado del grupo, con la cabeza gacha observando las felices cucarachas custodios de ese mundo subterráneo.
El grupo volvió a hacer una parada, y tomó María la palabra:
-Ven esta columna, dijo muy seriamente.
Se observaba una columna de orden jónico, de tamaño pequeño que podría haber servido para apuntalar una ventana.
Roma estaba llena de miles de columnas de ese estilo, y muchísimo mayores, por eso nadie le prestaba atención a la forma, y si al saber la explicación del fin que el infinito imaginario romano le dio.
Esta columna que ven sirvió para un sacrilegio gigantesco por el que arderán en el infierno eternamente los hombres y mujeres que lo cometieron. Aquí dejaban a los bebes recién nacidos que el esposo por el motivo que fuera no deseaba. Mandaba a su mujer que acababa de parir con el neo nato para abandonar en este lugar a la criatura.
Aquí-señalo con la vara- en el poyete morían lentamente: de hambre, sed y frío. Por la noche o al día siguiente venían a enterrarlo.
El grupo cristiano empezó gemir, a sentirse furioso, a despotricar contra el Imperio Romano y luego contra Zapatero por haber aprobado la ley del aborto.
-Seguro que si ve esta columna Zapatero manda montar columnas iguales en todos los parques públicos, hospitales y colegios, para que las niñas dejen a sus bebes-dijo una voz de nuestro pueblo.
El grupo aplaudió las sabias palabras, menos angelillo al que miraban con ojos de roja sangre en la oscuridad de las catacumbas.
Angelillo asustado aplaudió también y dijo:
-Bravo, bravo. !Cuanta razón tiene! Matemos a la que aborta, la lapidaremos.
-Eso nuca- se escucho una voz desde las sombras- que es lo que hacen los moros.
Corrigió angelillo:
- Pues la mataremos sin lapidar.
A ese comentario todos aplaudieron muy contentos.
Siguieron caminando largo rato. Angelillo ya no atendía a nada, solo esperaba que todo aquello acabará. Tras dar muchas vueltas y escuchar muchas barbaridades salio a la luz.
La puerta de acceso se cerro, y allí quedaron los cristianos milenarios con sus penas atormentando con su recuerdo a los pobres turistas, y nublando la sesera de los católicos.
-Se despidió de la gente de su grupo. Se dirigían a la iglesia que daba con las catacumbas, la iglesia del Quo Vadis? para orar por los mártires.
Libre por fin recobro el animo, y siguió su trayecto sin mayores complicaciones.

Al día siguiente decidió visitar la capilla Sixtina.
Lo primero que vio al llegar al vecino estado del Vaticano fue la enorme cúpula de San Pedro. Paró a contemplar su tamaño. Parecía una montaña del blanco marfil.
Cuando estaba extasiado observando la grandeza a la que había llegado la institución del hijo de un carpintero, sufrió un empujón.
Angelillo, siendo de la casta de los bravos guerreros de Corteses y Pizarros, que dominaron un día no demasiado lejano en el tiempo el planeta, incluida esa plaza, se giro para vengar la afronta. Encontró frente a él detenido a un enorme hombre vestido con un traje parecido a un pijama, casco medieval, y una enorme y afilada hacha que contemplo con mucha preocupación.
Era la guardia Suiza del Papa.
Angelillo se disculpo con un ademan, y le dejo pasar a este y a varios igualmente disfrazados.
En medio de todos ellos se veía a Benedicto XXX con una cara muy compungida.
En su rostro, ya de por si feroz e inhumano típico de la raza belicosa germana, había tensión emocional.
Angelillo pensando que si conseguía una firma la podría cambiar por una pizza, sacando oportunamente lápiz y papel le dijo:
-Benedicto, un autógrafo para el pueblo español.
El papa Mazinger le miro con cara de pocos amigo extiendo su dedo indice. Hizo esta expresión tan soez, tan propia de este papa tan maleducado.
Espero furioso que la comitiva de espadachines se alejara, miro por el suelo por si había algún adoquín que tirarle, como hiciera en el estado vecino un héroe patrio a la cara de Berlusconi. Desgraciadamente, los servicios de limpieza del vaticano compuestos por enfermos mentales e inmigrantes a los que explotan salvajemente eran muy eficaces, ya que si dejan un adoquín sin limpiar los azotan, violan y excomulgan.
Vengo su afronta verbalmente:
-Maldito Papa nazi. Si nazi, no te gires mirando cabrito. Todo el mundo sabe que bendecías a las tropa alemanas en la Segunda Guerra Mundial, hijo de...
El Papa siguió a lo suyo ignorándolo.
Que el Papa no le hiciera caso indigno a angelillo, era algo que no podía soportar. Pese a su normal rabia había algo que no comprendía, y era ese rostro, no era normal, algún temor albergaba su corazón.
Miro angelillo a su alrededor, ya que Benedicto XXX venía de muy cerca.
Contemplo un edificio sombrío y lúgubre, de esos que parece que las paredes alberguen algún profundo misterio.
Escudriño con la vista el edificio. Pertenecía a la orden de clausura de los Teatinos.
De repente, sobre la enorme balconada apareció un anciano vestido con habito. Su rostro severo y enérgico miraba fijamente la calle, como si ese lugar vacío fuera a ser ocupado por algún acontecimiento.
Su fisonomía era extraña, tenia la mandíbula totalmente plana, y unos ojos pequeños que se movían de forma ágil como un ratón. Dio una orden y aparecieron unos niños.
Un instante después se abrió la puerta principal, rechinaron sus viejos postigos, y de allí salio un hombre de edad avanzada, ataviado con un pardo sayo y unas maletas.
Paro en el centro de la calle y miro al balcón, desde ese punto se despidió de las personas asomadas.
El Teatino obligo a los niños a despedirse.
Empezaron histéricamente a agitar sus manitas. De sus bocas salían murmullos ininteligibles, se trataba de niños mudos y seguramente sordos.
Para que cumplieran ordenes primero el teatino hacia una mueca, y luego les golpeaba dándoles un cachete, así entendían su orden a la que presurosamente obedecían.
El hombre que estaba en la calle se despidió, y silbando el avemaría pasó por el lado de angelillo. La puerta del balcón se cerro. Los niños y el teatino entraron.
Mando a los niños a las mazmorras con un signo, obedecieron y el Padre fue a su celda. Allí empezó a rezar:
-Oh señor, protegemos de esos endiablados periodista que han sacado a la luz los horrores que aquí han acontecido por tus designios.
Las violaciones de estos huérfanos sordo-mudos ha sido para tu gloria. Nos han mostrado el camino del arrepentimiento. Tus palabras divinas cobran tanto significado.
El teatino se puso a llorar arrodillado frente a la cama contemplando el articulo del “corriere della sera”, donde en una columna del articulo se podía ver la foto de la fachada del edificio de clausura. En su articulo describía las violaciones sistemáticas de cientos de niños sordo mudos, y como el papa mazinger conocía estos hechos. Criticaba con dureza como era cómplice por callar y proteger a los sacerdotes trasladándolos de parroquia en vez de denunciar los acontecimientos.
Mientras oraba el Prior de la orden llamaron a la puerta. Era el nuevo teatino que sustituía al que acababa de trasladar el Papa Mazinger.
Padre-dijo el nuevo arrodillándose y besando su mano, vengo de un humilde convento de España para serviros.
-Oh, hijo mio- dijo el prior besando su mejilla- te informare cuanto antes de las normas de la casa. Deja la maleta que estarás cansado. ¿Sabes lo que ocurre en estas paredes?
-Algo estoy informado-dijo el nuevo, y estoy impaciente por aprender.
-Cuanto me alegro. ¿Como van las cosas por las clausuras de España?
-Tan bien como aquí, aunque nos cuesta un poco movernos por los periódicos, pero ya pasará. La conferencia episcopal esta con nosotros, nos protege mucho al igual que el Papa.
-Excelente, excelente- dijo el Prior- Ahora te explicare las normas de la casa de palabra y acción.
Dio unas palmadas, llamo a los teatinos que aparecieron y gritando dijo el prior:
-Sacar para la iniciación del hermano 15 niños.
De los 200 niños que albergaban en las mazmorras del edificio fueron llamados 15 niños. Esto ocurría diariamente y dos veces al día, a primera hora y por la tarde, y nunca repetían dos veces con las mismas criaturas.
Los tatinos colocaban a los niños en un circulo, y ellos formaban otro mayor que cada vez se iba estrechando sobre estos.
Primeros acariciaban sus ropa, luego iban con delicadeza desvistiendo y acariciando sus nalgas, sus genitales, sus mejillas, para después entre varios agarrar por las manos, brazos y piernas a algunos de los niños, mientras por orden de jerarquía iban siendo violados.
A otros de los niños, los colocaban en cruces, atados con gruesas cuerdas de esparto y se excitaban acariciando sus genitales y dándoles azotes .
El nuevo inquilino de la casa aprendió pronto las reglas e incluso compartió procedimientos adquiridos de leer texto de la inquisición Española y aplicados en conventos Españoles en la actualidad. Fueron muy bien acogidas las nuevas prácticas de intercambio de sacerdotes pedofilos.

Angelillo sospechó que en aquel convento de clausura pasaba algo, pero no podía entrar, así que decidió seguir su viaje.
Tras ver la capilla Sixtina quiso subir a la cúpula de San Pedro.
En la plaza de San Pedro se encontraba el Papa dando su discurso. Decidió quedarse a escuchar y esto es lo que se dijo ese día de pascua.
Discurso de pascua del 2 de Abril del 2010:

Urbe et urbi.
Peregrinos, fieles.
Yo el Santo Padre soy victima de un complot que tiene como fin acabar conmigo y Cristo. Estoy siendo tratado como los judíos en la segunda guerra mundial.
Viene a por nosotros en la noche de los Cristales Rotos, vienen a por los Cristianos. Escuchareis que en la Iglesia nuestros sacerdotes cometen pedofilia, pero quien este libre de pecado que tire la primera piedra.
Yo os quiero hablar de estadísticas: casi todos los abusos a menores, el 99% se producen en los hogares, solo el 1% lo cometen miembros de la Iglesia, y sin embargo, a nosotros es a quien más acusan. ¿Por qué? Por qué vienen a por nosotros.
Asqueado de escuchar al Papa y los comentarios de los congregados afirmando que estaban siendo perseguidos como los primeros cristianos, y que iban a luchar contra sus perseguidores, Angelillo decidió irse de allí.
Paso como pudo entre la multitud de la plaza hasta llegar a las puertas de la basílica.
Había gente por todas partes. En unos carteles se indicaba la dirección de la cúpula. Se puso en la cola detrás de unas personas.
De tanta gente la cola apenas se movía, los que estaban delante eran españoles y estaban analizando el discurso del Papa. Les había perecido en su argumentaciones sublime, hablaban de prepararse para luchar contra los judíos-ateos-comunistas-masones-terroristas.
Poco a poco la cola fue avanzando, llegando la gente a una instancia de grandes dimensiones donde un gran grupo de personas estaba de rodillas humillados cantando.
Frente a ellos había dos enormes hombres vestidos de armani, a sus pies se podía ver una lapida y unas pequeñas antorchas. Era la tumba del Papa anterior, el que iba por el mundo haciendo exorcismos, bendiciendo dictadores y propagando el sida al no dejando que sus áreas de influencia de áfrica la gente tuvieran acceso a los condones, el aborto...
Angelillo intento salir de allí, pero la cola era tan grande que no podía dar media vuelta. Era consciente en ese momento de que se equivocó de cola, y ese error podía pagarlo muy caro. Tuvo que seguir adelante. Llego al punto más desagradable del mundo, la tumba de ese infame. Iba a escupir sobre este asesino, pero como los guarda espaldas eran cuatro palmos más grandes que angelillo y su navaja justiciera la dejo en España, no tuvo más remedio que para salvar su vida que arrodillarse e intentar recordar el padre nuestro que mezcló en su oración sin querer con la internacional.
Calculo hábilmente el tiempo promedio que tardaba el cristiano en hacer su oración, dándole la ecuación un resultado de 40 seg. Y eso es lo que invirtió en cantar su particular padre nuestro, al hacerlo salio corriendo de allí.
Los días siguientes fueron más gratos, visitando el puerto de Ostia, el coliseo donde muchos cristianos murieron, el circo Máximo, las termas de Caracalla...

Cuando llego a su pueblo ya había terminado la pascua y la gente seguía a lo suyo, ajenas a la muerta de Dios y su resurrección, deambulando por las oficinas de los inem buscando empleo, encerrándose los de las asambleas de parados en busca de patrón que les explotara.
Los periódicos habían olvidado las noticias de los abusos de los niños.
Ahora recogían las manifestaciones multitudinarias de los cristianos a favor de encarcelar a la mujeres que abortaran, a los médicos que se prestaran a estas cuestiones, contra los ateos y por la cadena perpetua.

Angelillo contra la Iglesia y los católicos. Porque se les vuelva a arrojar al circo, a las bestias, para nuestra diversión y regocijo.

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