Sé que cuando venga la madrugada se me habrá acabado la esperanza.
Al alba habrá llegado el fin de esta hiriente noche,
vendrán a buscarme las amenazas nacidas de la necesidad y la desesperación.
Pero antes , les contaré a las fuerzas vivas locales de Vall d´Uixó: a la alcaldesa, al concejal de empleo, al de bienestar social, a mi trabajadora social, a la orientadora laboral, al director de Servef, a la policía anti terrorista, que acepto la pena más dura que me quieran imponerme para demostrar :que tienen razón. Soy un radical muy peligroso. vivo errante, e inadaptado, carezco de moral, y en mi orgullo desmedido, he demolido personalmente mi vida para fastidiarles a todos ellos. Gente buena, progresista y liberal, se preocupan por los desfavorecidos, luchan por un progreso social y por las libertades individuales, en este lugar regido por caciques hasta hace muy poco tiempo. Gracias a nuestras autoridades benefactoras progresistas , y funcionarios de carrera de espíritu liberal como: asistentas sociales, psicólogos, maestros, sociólogos… quedará atrás ese pasado rancio, represivo y caduco de esa España de moralina cristiana, castradora e hipócrita. Será regenerada por una sociedad liberal y utilitarista basada en principios hedonistas, democráticos y de tolerancia. Bienvenidas sean estas ideas progresistas, y el auxilio que nos presentan con programas de empleo activo, dando trabajo a algunas personas como si fuera el reparto de una herencia recibida, van otorgando el empleo a las diferentes personas según su testamento electoral. Algunos estamos desheredados, según ellos “por radicales” no entramos en el reparto más que en el de la pureza espiritual que otorga la miseria. Pero esto es inadmisible para ellos como progresistas, es un beneficio del alma del no tienen ganancias. Pero con nuestro el radicalismo, si ganan esta guerra de permanencia en el poder gracias a la opinión pública. Por eso no basta que me digan que soy un radical, tienen que hacerme un radical. De este modo, van poco a poco han ido quitándome mis derechos, mis oportunidades, moldeando mi desesperación hasta aislarme completamente. En mi caso, casi como un macabro chiste, el día de los atentados de las ramblas de Barcelona , me quedaré sin ningún tipo de rentas, en la indigencia. Desde enero que impugne las listas de empleo de una escuela taller. Casualmente esta escuela taller opera sobre mi huerto. Llevo denunciando semanalmente mi situación a asistentas sociales, al director del Servef, a diferentes concejales, a la alcaldesa. Ellos agradecen mis informes, recogen mis solicitudes de forma amable con bolígrafo y papel. Deben tener un montón de papeles míos con mis solicitudes a un empleo, para poner agua para el huerto, para que me den una ayuda social. Hay montones de carpetas en sus ordenadores con mi nombre. Mis quejas, lejos de evitar esta situación, ha sido un aliciente para que se haga efectivo el bloqueo a mis ayudas sociales, la denegación del acceso al empleo para gente en riego de exclusión social, y la negativa de una toma de agua a un huerto que podría ser mi principal fuente de alimentos. Cuando el rey Felipe VI empiece a hacer su discurso a las víctimas del terrorismo, yo tendré una sensación de angustia, de terror, las fuerzas paralizadas, pensamientos caóticos y sin sentido. Según estas autoridades, este estado es síntoma de radicalismo terrorista. EL sabor del pan y el arroz de los días previos intentando alargar la agonía de mal vivir, formará como en otras ocasiones que he sufrido está situación, una bola de vomito en mi garganta y en la de mis perros. Supongo que me tiraré al suelo esperando que cese el dolor y las náuseas del hambre, el cansancio, de un terror venido de todas parte y difuso, cuya causa es la violencia del sistema. Entre tanto, cientos de autoridades de toda España alargaran sus manos, como un buitre que abre sus alas, consolando personalmente a las familias de la víctimas del terrorismo, y esperando que alguien tras este acto se comporte como un radical protestando, para lanzarse sobre él como alimañas. Lo que son.
Sé que al alba vendrán a picotear entre mis miserables restos , y entre los de cualquiera que pierda la paciencia ante esos hipócritas chacales consolando a las víctimas en el gran funeral, y les grite:
!Ojalá Boko Haram se haga con la bomba atómica!!!
Angelillo de Uixó.
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