lunes, 2 de julio de 2018
Pégame patriarca- Yo testigo violencia de género
Puedo afirmar, después de haber escuchado desde mi terraza los gritos de una chica esta tarde, y ver la llegada de la policía, guardia civil y una ambulancia, que nada se ha tambaleado en este rincón del mundo donde vivo. Cuando he escuchado los gritos de una chica, yo estaba reparando mi trineo de perros, accidentado después de haber volcado en la jornada anterior . los perros a los que había dado el día de fiesta, estaban descansando a mi lado una marchita tarde amarillenta donde las tomateras de mi huerto se doblaban, y las moscas revoleaban incesante presagiando un intenso calor tormentoso. Cuando un grito de una chica me ha llamado la atención. He dejado lo que hacía y he mirado por lo alto de la valla con curiosa indiferencia hacia donde procedía el grito. Procedía de cerca de la petanca de texas, y el campo de fútbol. Había unos chicos jugando sobre el césped y gente paseando, por lo que parecía irreal que se estuviera produciendo un acto de violencia. Nada raro había en lo que veía, que era gente disfrutando del domingo. el balón con el que jugaban los chicos se lo pasaban amigablemente por el campo, por lo que he pensado que sería alguna broma que le había gastado a una chica del barrio. me he vuelto para enderezar los hierros del trineo. Estaba dando unos golpes con el martillo, cuando de nuevo un grito y un llanto de esa chica me ha detenido el siguiente golpe. Y me he preguntado si estarían pegando a una chica a pocos metros de donde yo estaba. pensado en esto me he vuelto a asomar a la valla con el martillo en la mano. Escudriñaba curioso hacia donde procedía el grito , por las aceras veía a la gente que paseaba tranquilamente, en el campo de fútbol , los muchachos jugaban tranquilamente, en la petanca los ancianos lanzaban sus bolas. Entre tanto, he escuchado unos terribles golpes contra la puerta de un coche, y más gritos de la chica me hacía pensar que le estaban pegando. Pero todo el mundo parecía indiferente a esto que escuchaba, parecía que solo lo escuchará yo. He estado mirando hacia el punto donde se producían los gritos, y he gritado a la gente:
¿ escucháis dónde estáis a una chica que le están pegando?
El eco me ha devuelto los gritos y el llanto de la chica.
SI, le están pegando a una chica de texas- he pensado. Así que he vuelto a mi faena mientras los perros movían el rabo para espantar las moscas. A los cinco minutos ha llegado una ambulancia, y varios coches de la policía. He vuelto a asomarme, y he visto a los mismo chicos jugando al fútbol, y a un grupo de muchachos interrogados por la policía. Parecían hablar con tranquilidad. Ya no se oían gritos. solo algún que otro petardo anunciando la fiesta de toros en la calle. La gente paseaba tranquilamente viendo la ambulancia, el interrogatorio callejero, y los que jugaban un partido de fútbol seguían jugando. Yo me he vuelto a mi faena con mi trineo. Tiene varios hierros torcidos. No sé si quedará bien. Es un problema serio, ya que me es imprescindible en las tierras de Vall d´Uixó. Espero que todo salga bien y el trineo quede perfecto tras los golpes.
Angelillo Uixó.
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