Breve necro crónica de Angelillo de Uixó a un empresario atracado y muerto en Vall d´Uixó.
Ha acontecido en Vall d´ Uixó, en ésta semana de finales de febrero en el año de nuestro señor 2013, una necro crónica que no tiene cómo habitual protagonista a ningún electricista despistado que coge dos cables palados para empalmarlos y se electrocuta ,
ni a ningún conductor que cruza el paso a nivel con la barrera bajada pensando que le da tiempo a cruzar antes de que llegue el tren que le pita para que no lo haga , ni a ningún borracho o discapacitado mental que se tira de la barrera toril y se va hacia el negro toro de afilados cuernos, y este le atraviesa cómo un palillo a una oliva. No, en esta ocasión nuestra crónica es diferente a la de todos los días. Un acaudalado empresario de la construcción es el protagonista.
No es cosa de broma la muerte, y he aquí al poeta del pueblo que tiene la obligación de exhortar un poético lamento por la muerte de aquel empresario Almendra que ha sido atracado y asesinado en Vall d´ Uixó.
Dice la voz popular del caro poeta:
-Oh pobre alma de empresario que ya ha descendido al Hades, ahora te enfrentas al juicio de los dioses. El de los hombres lo has ganado, que en la facciosa Vall d´uixó se te honra con tres días de luto.
No habrá esta semana batuecos ni gachupines lanzando petardos, rodando toros, ni paseando santos acompañados de tamboradas, ni tunos haciendo calaveradas bajo los balcones de aquellas mujeres que les gusta retozar y sentir el aliento a butifarra y mortadela de los insuficientes farandules de Vall d´Uixó. Oh tu Almendra, ya compareces frente a San Pedro. Si hubieras sido cicatero, si hubieras explotado al misero obrero, si hubieras tenido contabilidad B: arrastraras tu cuerpo por un valle formado por candentes ascuas de azufre y hierro, que te irá derritiendo hasta disolverte. En ese momento, los demonios volverán a unirte, y empezará tu suplicio eterno por un valle volcánico que discurre bajo las grutas de San Jose.
Esperemos que tu abogado te defienda bien.
No ha sido el amor, una disputa sobre fútbol en un bar, una amante, una discusión de borrachos en un callejón oscuro lo que te ha matado , si no la caja de caudales.
Nadie es culpable, más que la rapiña y la avaricia de pobres y ricos. Y esto a los dioses no les es querido. Pero el magno poeta puede ayudarte a que no se te condene demasiado, si así fuera. Tus descendientes deberán desprenderse de todos sus bienes, y explicar que había en la caja de caudales, si estaba todo aquello declarado, y deberán señalar a aquellos que de su existencia hacen un expolio hacia otros hombres. Deberan contarnos quien tiene caja de caudales para que los pobres acudan a ellas, y las abran con gran alegría y esperanza, pues la pobreza aflige y desanima.
Recuerda el poeta, el sindicalista, el bien pensante hombre de izquierdas a la banda de rumanos artífices del delito, lo que los hijos de Almendra ha dicho:
Los hermanos Ventura, el pelirrojo Alcalde, el siniestro curita del Ángel, los Menero Hoyo, todos acumulan en sus hogares grandes riquezas ganadas por la fuerza, con el sudor ajeno.
Angelillo de Uixó.
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