martes, 12 de abril de 2011

Otro mundo posible










Otro mundo posible.

Hubo no hace mucho un viajero zaragozano que decidió echar a andar en busca de otro mundo posible debido a sufrir toda suerte de infortunios en este mundo tan mal construido.
Empezó su búsqueda siguiendo el río que discurre por su ciudad llamado el Ebro, que es en la España del siglo XXI donde casi todo el mundo es budista como una especie de río Ganges.
Cuentan los hispanos Zen que si sigues su curso llegas al auto conocimiento, pero nuestro Zaragozano a donde llegó fue a orillas del mediterráneo con bastantes palos en las costillas por andar por los pueblo y aldeas mendigando.
Las gentes de bien le pegaban e insultaban por no saber vivir.
Salio el buen carrilano corto de previsión, pues al cabo de dos días de éxodo de Zaragoza se quedo sin dinero. Este hecho no desanimo su determinación de la busca de otro mundo posible, sin tantos palos ni mezquindades. Estaba convencido de que siguiendo el curso del río Ebro llegaría a encontrar otras gentes más compresivas y con menos defectos.
No le importaba el tiempo que le costara, ni los obstáculos que le pusieran: paramos yermos, autovías sin arcén, túneles sin iluminación, conductores que atropellan autoestopistas...
Paso un par de meses hasta alcanzar el mar.
Mientras buscaba otro mundo diferente sufrió el conocido : hambres, bastonazos, insultos, incomprensión y escupitajos.
Pero finalmente llego a una ciudad costera donde se estaba celebrando una asamblea de gentes que creían en otro mundo posible basado en criterios de mayor justicia, proporción y equidad entre los seres humanos.
El Zaragozano con lágrimas en los ojos se dijo a si mismo:
-Si ya lo decía yo, que más personal con ganicas de hacer cosas existe, era cuestión de carrilar río abajo.

El zaragozano llego, saludo, tomo asiento.
Los asambleístas hacían ponencias hablando y hablando durante horas.
Se contradecían entre sí para parecer más inteligente, o por carencia de inteligencia.
Ocurría a menudo que hablaban de lo mismo los presentes, pero, o por mal entendimiento, o por simple espíritu de contradicción se empecinaban en llevarse la contraria y pelearse.
Aun así creían que otro mundo era posible.
Lo que más les unía era la creencia que tenían de ser buenas personas por tener esperanza en la raza humana.
Harto de escuchar a la asamblea donde nadie escuchaba a nadie, y si hablaban era para insultarse y proclamar su individualismo se metió en el circulo de la fraternidad donde se fumaba la pipa de la paz.
Entró con una rama de olivo en la boca, con voz la voz alta, rural, seca, ruda, típica de las gentes aragonesas que no son mudas le dijo al auditorio :
Camaradicas ,soy un mañico de Zaragozaaaaá venido a vuestra tierrecica para conocerlaaaas. No tengo dinero, comida, ni techo, voy por las veredas mendigando y lo único que porto es un mensaje en mi corazón que dice: Otro mundico es posible.

Los camaradas aplaudieron el discurso, algunos lloraron emocionados mientras le daban una y otra calada a la pipa de la paz y a la cerveza.
El coro aclamaba:
Que grandes verdades dicen estos rurales, mejor dicho no se puede decir.
Una chica se desmayo por la emoción, y no fueron pocas las que se prestaron en su ayuda para socorrer a un caballero aragonés tan bien formado y en aprietos mayores que los de sus pantalones elásticos.
Un rastafari con barbas a lo taliban, más alto que un pino, y delgado como un tísico con tez amarillenta de hepático se levanto del circulo y beso al zaragozano en la boca en señal de fraternidad. Levanto el brazo izquierdo del zaragozano en alto con el puño cerrado y dijo al auditorio:
- Camaradas, llevare al extranjero con mi tribu urbana, vivirá en libertad con nuestro perros, mujeres y niños.
Acto seguido salio de la reunión haciendo el rito de gaya y la señal de la cruz.
Marcho el zaragozano con sus nuevos compañeros exclamando:
- Madre mía, que buenas gentes sois. Cuantisima soliraridad, en mi pueblo no se lo van a creer.
El zaragozano por ser de otras tierras observaba a estas buenas gentes del mediterráneo, le daba la impresión que eran pintorescas.
Portaban crestas a lo mohicano, pendientes, tatuajes, botas militares, camisetas de los sex pistos y de toro sentado.

La reunión se disolvió y quedo para dentro de dos semanas donde volverían a discutir sobre el destino de la humanidad y las soluciones que iban a aportar para salvarla.

Por el camino el zaragozano hacía preguntas.

-¿Cómo es vuestro clan? -pregunto para hacerse una idea de su destino feliz.
Amigo de provincias, como te explicaría siendo de tan lejos. Nosotros vivimos en libertad dentro de una gran ciudad, cada uno hace lo que quiere, rechazamos el trabajo y las normas, compartimos todo lo que tenemos que es poco, y tomamos las decisiones mediante asambleas, somos seres superiores al resto de chusma.
¿Y como es posible tanta perfección, no hay disputas?- pregunto el aragonés anonadado.
El secreto de nuestra vida colectiva está en saber vivir en libertad, tomar decisiones en asambleas y albergar sentimientos de odio contra todo lo que nos oprime. También hemos aprendido que con cerveza fría y conciertos todo sentimiento agresivo y homicida con los que hemos venido al mundo se aplacan. Pensamos constantemente en la rebelión, ese pensamiento nos hace grandes, no como esa masa obrara que solo piensa en el porno y el fútbol. Están dormidas las masas y nosotros despiertos, somos seres superiores y venceremos la guerra contra el capital.
- Es maravillosa la conciencia social que tenéis- dijo el zaragozano- vuestra forma de ver el mundo es lo que buscaba, en mi región todo el mundo trabaja para un empresario, sin duda son seres inferiores y aborregados, no comprendo por que no quieren vivir libres como vosotros.
Es horrible lo que me cuentas- le respondió el rastafari - he conocido gente que trabaja en fabricas. Incluso yo, cuando tenía 35 años, tras acabar mis dos master en económicas trabaje de pintor. Fue la primera y única vez en mi vida que he sido un proletario. Estuve en tratamiento psiquiátrico 3 meses por el trauma, no se como puede haber gente que quiera ser currante. El trabajo es esclavitud, nosotros lo rechazamos de pleno.
Yo también le tengo fobia al trabajo- dijo el zaragozano. Por eso me lance al carril de la vida. Trabajo no, abstinencia laboral si.
Llegaron a una casa que era una fabrica abandonada, no había techo, el frío entraba por todas partes, los muros estaban caídos, los perros rebuscaban entre la basura y la gente deambulaba blanca y macilenta ataviada con mantas raídas. Cogían de la fabrica raíces comestibles y bebían de los charcos.
Había pequeños agujeros realizados en el suelo de la fabrica que servia de refugio de campaña para las personas.
-Buscate un escondrijo extranjero- le dijo el ocupa.
Ese- dijo señalando un hueco el zaragozano.
Ese no hermano, es mio- respondió el rastafari.
Pues ese- indico el zaragozano.
-Tampoco puede ser, tiene propiedad.
-Pero ¿ Acaso aceptáis la propiedad?- Pregunto el zaragozano.
-Pardiez, la despreciamos- respondió el rastafari ofendido- ya te he dicho que somos libertarios, pero hasta que nos organicemos la asamblea ha decidido que ocupemos pequeños lugares privados, es provisional. Algún día vendrá la buena y la situación cambiara. Derribaremos el capital y todos tendremos un chalet, piscina y yakusi. Hasta entonces toca el agujero y callar ¿Vale?
- Bueno ¿ Pero donde me meto?- pregunto el zaragozano.
-Cava hondo el hormigón de esa parte y refugiate con varios cartones, esta noche helara, bajo el suelo se esta mejor, a las nueve hay concierto punk.
-Vale, vale.
Mientras cavaba escucho una discusión, estaban dos ocupas peleándose por un poco de agua. Uno acusaba al otro de no haber ido a por agua como acordaron, el otro esgrimía el argumento que era libre y no obedecía ordenes.
A la discusión se sumo más gente acusándose mutuamente de no haber traído agua. El rastafari se metió en su agujero y no quiso salir, otros hicieron lo mismo y el resto se unió a la pelea.
Los días del zaragozano se fueron sucediendo.
Se preguntaba donde estaba el colectivo, la lucha social. El zaragozano no veía más que un conjunto de individuos en un espacio semi común sin ningún sentimiento grupal. Todos luchaban individualmente por sobrevivir, solo se juntaban para hablar del capitalismo y como debía ser derribado y que un día llegaría la buena, es decir la dicha y la riqueza.
En una asamblea de tantas celebrada en el día de la tierra, llegaron tras varios motines a la conclusión de que el mundo no valía la pena ser salvado, que la buena nunca llegaría y vivirían toda su vida como miserables en un agujero de una fabrica ocupada, por lo tanto hacer algo era estúpido.
El zaragozano estuvo de acuerdo de que el ser humano es destructivo y no hay futuro más allá que la muerte, pero como esa lección ya la sabia se despidió de ellos por que no aprendía nada distinto de lo conocido en su tierra.
Estuvo una semana mendigando y sufriendo arrestos y palos por parte de la policía, los fascistas y algún que otro jesuita.
Llego el día de la asamblea general de la plataforma de sabios de “otro mundo es posible”
Estaban de nuevo debatiendo sobre la sociedad y como salvarla de la hecatombe a la que se aventuraba con las reformas labores y la falta de materias primas.
Llegó Cacambo y los perro flautas, agricultores ecológicos que también hablaban del colectivo, del amor a la tierra y a los seres vivos.
Este expuso su ideario de amor en armonía con la naturaleza, puente de unión entre los seres vivos.
Volvió a tomar la palabra en la asamblea el zaragozano. Pidió que le dejaran formar parte de la tribu de Cacambo.
Todos aplaudieron su decisión, especialmente los ecologistas.
Partió el zaragozano con Cacambo y varios perroflautas y les hizo preguntas para saber el destino que le esperaba.
-¿Cómo vivís vosotros?- Le pregunto el zaragozano al sabio Cacambo.
- Vivimos imitando a la naturaleza. Con humildad y respeto hacia todos, con mucho amor . Trabajamos con tesón y sin recompensa huertas ecológicas, ya que casi nadie nos paga ni el precio que cuesta producir las verduras de las que vivimos.
¿ Y por qué lo hacéis?- pregunto el zaragozano.
Por que alguien nos ha dicho que dos empresas: la bayer y la monsanto va a acabar con el planeta.
- ¿Solo por eso trabajáis?
!Te parece poco!- le grito Cacambo indignado- Esas dos empresas van a acabar con el planeta.
Pero ¿ las habéis visto ?- le dijo el zaragozano.
No- respondió Cacambo- pero en panfletos de green pace lo dice, y eso nos basta.
- ¿ Y como es vuestra vida en grupo?- le pregunto el zaragozano.
Es fantástica, tenemos grandes momentos donde debatimos como hermanos durante horas sobre soberanía alimentaria, la monsanto, la bayer, y también meditamos con música tibetana . Nosotros somos seres superiores al resto de comunes que no son mas que chusma .
-¿Cómo es eso?- pregunto el zaragozano.
- Querido alumno- dijo Cacambo pasándose la mano por la cejas- somos capaces de sentir la vida de una lechugas, el latido del corazón de una oruga . ¿Crees que un albañil o un rural de Aragón que planta transgénicos en sus eras puede llegar a esos matices?
-No lo había pensado- exclamo el zaragozano. Y¿ A que dioses adoráis?
-Nosotros no tenemos ningún dios en concreto, tenemos muchos, especialmente las hormigas, las lombrices y las bacterias, a estos animales les imitamos, cuando los vemos nos arrodillamos. Matar uno significa la expulsión del camarada de la comunidad.

El zaragozano llego a su lugar de trabajo, le explicaron la faena y obedeció.
Intento hablar con una chica que estaba a su lado, pero Cacambo le dio un bastonazo de aviso.
- Zaragozano- le dijo- cada minuto que no plantas un niño coge cáncer por culpa del medio ambiente. Cava y no hables. ¿Que quieres, que no tengamos soberanía alimentaria?
Al cabo de tres horas sonó la campana de la fraternidad y el amor.
Se reunieron en asamblea para decidir si almorzar queso, eso genero una gran controversia ya que muchos rechazaban todo alimento procedente de origen animal. Finalmente decidieron que podían comer un poco de harina con ajos y algo de pan con unas gotas de agua del manantial de la esperanza.
Al acabar el copiosos almuerzo, empachados volvieron en silencio al trabajo. Cuando finalizo su jornada laboral se despidieron, marcharon con sus verduras a venderlas casa por casa.
Así pasaron dos semanas, orando y laborando. El zaragozano no aprendió nada nuevo, más que la bayer y la mosanto son los principales causantes del futuro exterminio de la raza humana.
Partió pues en busca de otro mundo posible.

Paso una semana arrestado por mendigar , tras eso estuvo tres días en un albergue para transeúntes.
Finalmente llego el día de la gran asamblea general de los sabios de la plataforma: otro mundo es posible.
Se reunieron para examinar el orden del mundo y aportar soluciones.
Los diferentes colectivos leían panfletos incendiarios en la asamblea como si aquello fuera la verdad suprema. Los oradores estaban convencido de que con los garabatos escrito en lengua castellana iban a cambiar el mundo.
Entre la soluciones al capitalismo estaba la creación bancas éticas, ocupar la tierras, atracar a los ricos, pero todo quedaba en el papel. Entre ellos no se ponían de acuerdo si era mejor fundar bancos públicos o asaltarlos.

Tomo la palabra el zaragozano:
-Sabias personas de la disidencia anti sistemas, como sabéis soy un sin techo que busca otro mundo posible. Los dos intentos que he tenido no han terminado de completar mi búsqueda, así que me gustaría que me guiarais para saber donde puedo llegar a ver otro mundo diferente donde las personas se muestren mejores, sin discusiones, unidas y hermandas.
Los sabios reunidos se tomaron unos minutos para deliberar.
Había muchos sabio venido de todas partes de la sociedad: ecologistas, disidencias política, alternativos, y el dálai lama que estaba de promoción en estas tierras de su nuevo curso virtual sobre meditación, psicología y agricultura tibetana ecológica.
Los reunidos unieron sus manos en el circulo de la espiritualidad para que la suma de todas sus energía individuales e inteligencias se uniera en una sola mente.
El dálai lama con los ojos en blanco poseído por la sinergia del grupo con voz de ultratumba y elevándose sobre el suelo exclamo:
- El espíritu de Gaía me dice que debes ir con Angelillo. El te dará catecismo sobre el otro mundo posible.
EL zaragozano arrodillado y sin atreverse a mirar con sus ojos de mortal al gran dálai lama siguió su consejo.
Partió en su búsqueda.
Vago el zaragozano errante 9 días y 9 noches por los campos hasta dar con él. Lo encontró plantando unas tomateras y maldiciendo a la naturaleza.
-¿Eres Angelillo? - dijo el zaragozano.
-Efectivamente soy yo- le respondió furioso- y Tu ¿ se puede saber quien eres? ¿No serás del comité de agricultura ecológica que viene a cobrarme, de hacienda, del paro o un testigo de jehova?
Conforme hablaba angelillo se iba alterando imaginando que sería alguna nueva forma de funcionario creado en un laboratorio de la monsanto, que es donde los fabrican.
Avanzo hacia él con odio, resentimiento y navaja abierta.
El zaragozano con las manos en alto le respondió.
-Camarada Angelillo, no soy ninguna de las despreciables personas que has mencionada. Soy un indigente que deambula por la vida como un goliardo. Busco otro mundo diferente donde la gente que has mencionado deje de existir. Me ha mandado la asamblea del amor y de la fraternidad para ser tu discípulo y que me muestres otro mundo posible.
Angelillo guardo la navaja y observo al zaragozano.
Quitate la camisa- le dijo
El zaragozano obedeció. Su cuerpo dejaba ver una musculación fuerte, necesaria para el trabajo agrario. Angelillo sonrió, se acerco y le abrió la boca. Vio unos dientes perfectos.
-Me servirás- dijo. ¿Cómo te llaman?
El zaragozano.
No me gusta ese nombre, suena a bandolero de Curro Gimenéz o guitarrista de flamenco. ¿ Qué días es hoy?
Jueves- le respondió el zaragozano.
Pues te bautizo como jueves.
Le dio la espalda y se fue a por un azadón,
Toma hermano, ve allí y cava-le ordeno el maestro Angelillo.
El discípulo obedeció, mientras trabajaba le hacía como buen discípulo preguntas a su maestro.
¿ Cual es tu perspectiva de la vida , maestro?
La vida jueves no ofrece perspectivas, muchos creen en ella ver colores, alegrías, felicidad, un calidoscopio donde asomar la pupila, pero la verdad es una e indiscutible: la vida es horrible, algo que no merece la pena sufrir. He llegado a la conclusión de que el mundo no tiene arreglo y que no hay otros mundos posibles. Habrás visto en tu viaje que todo el mundo trata de arreglarlo, cuando más lo intentan más destrozan este planeta. Da igual en que bando militen, no hay diferencia entre las personas, sean nazis o anarquistas, de la monsanto o la agroecología, se trate Torquemada o Jesucristo. Yo solo creo que cuando uno se muere descansa, pero por motivos que en mi infinita sabiduría no alcanzo a comprender a la gente no le gusta ni morir, ni vivir. En el mundo lo único que hacemos es matarnos, de un extremo a otro de la tierra la gente no para de matarse , de opinar que otro mundo es posible y creerse que ellos son más listos que los otros.
Lo que no comprendo es por qué el dálai lama me mandaría contigo si no puedes aportar nada nuevo que no supiera- le dijo jueves.
Seguramente por qué es un ser maligno que quería reírse de tu ingenuidad, cava.
El zaragozano estuvo unos pocos días con Angelillo pasando hambres, calamidades, penurias, hasta que decidió ir río arriba contento con el mundo tal y como marchaba, sabiendo la gran verdad:
otro mundo no es posible.
Su espíritu iba ligero, como su equipaje.

Angelillo de Uixó en memoria de un zaragozano errante y optimista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario