martes, 2 de noviembre de 2010

Angelillo y el misterio de las aceras de Uixó













Angelillo y el misterio de las aceras.

Las aceras de Vall d' Uixó en su totalidad están repletas de suciedad, polvo y escombro.
Comparten vecindad con las casas y las calles asfaltadas estando tan destartaladas y caóticas como éstas.
Son realizadas las aceras sin ningún gusto por manos de obreros que lo hacen de mala gana. Incluso recién inauguradas son inútiles hasta el extremo de que deben ser modificadas de inmediato.
Por ellas discurren los nativos uxenses, calle arriba, calle abajo, atareados en sus menesteres cotidianos que siempre finalizan en algún bar donde ahogar las penas causadas por el paro, o por la frustración de pasarse el día colocando bordillos a destajo.
Las aceras de uxió son el principal negocio del pueblo, aquí el bordillo es llamado “el oro gris”.
En la localidad de uxió tiene feudo del ladrillo y la baldosa los caciques locales conocidos con el nombre de: Los Hermanos Aventura.

En estas entrañables aceras que no envejecen dos meses, compartían camino sin conocerse un pobre vendedor ambulante llamado Carlos y Angelillo.
Carlos era un hombre enjuto, nerviosos, de cara avellanada, melancólico, sentimental, con aires distraídos y mirada fija pero carente de integración en el trasfondo de sus percepciones.
Iba vestido de forma humilde pero limpia, y cargado siempre de un enorme maletín casi tan grande como él, que le hacia caminar de forma grotesca medio tumbado por el lado del peso.
Angelillo el día del encuentro iba con su bicicleta hacia Nules para trabajar la huerta que tenía en dicha localidad.
Circulaba por la acera entre transeúntes para evitar los BMW, audis, mercedes y demás maquinaria alemana que era comprada por fontaneros, albañiles, mozos de azulejeras, peones de pintores, y en general toda la canalla obrera que creían ser pequeños burgueses.
Más todos ellos no eran que muertos de hambre y busca vidas que danzaban por el mercado laboral sin comprender nada, subiendo y bajando de los andamios, y haciendo remiendos mal hechos.
Esta canalla obrera de sueños burgueses se caracterizaba por ser cobardes en el andamio ante el patrón, servil ante los bancos, fácil de manipular por los medios de comunicación, y por tener fabulosas hipotecas.
Cuando subían a sus BMW y Mercedes se agigantaban, y la criatura insignificante, grimosa, y polvorienta del andamio circulaban a toda velocidad por las calles de Uixó, siendo frecuente los atropellos a ciclista y peatones.
Por ello Angelillo iba por la acera siguiendo las instrucciones de la DGT que aconsejan que “jamas” motos y bicicletas salgan de la acera por ser más seguras que la carretera. Pero ni siquiera una acera nueva de dos semana proporciona seguridad, y no pudo evitar Angelillo el choque que tuvo lugar contra Carlos.
El vendedor ambulante Carlos que siempre estaba dubitativo de entrar en los bares, comercios o donde tuviera que ejercer su oficio, ya que las personas como él eran motivos de risa y burlas por el resto de obreros al dedicarse a estos menesteres tan ínfimos, siendo su profesión como algo así como la cuarta categoría laboral, los parias del inem patrio.
Estas situaciones de humillaciones cotidianas habían dejado huella en su sistema nervioso y padecía de todo tipo de temores, de ansiedades, insomnios, falta de autoestima y depresiones.
El instinto de supervivencia de Carlos no estaba muy desarrollado, pero esta vez ante el bar alegría de la huerta presintió algo que le puso los pelos de punta y cambio de opinión sobre la conveniencia de entrar.
Viro 360 grados a lo loco, sin observar las distancias de la gente de al lado.
Con su enorme maletín le dio en el estomago a una chica anoréxica que estaba totalmente idiotizada mirando a través del escaparte de una tienda de ropa intima. La chica del golpe fue a dar con los dientes sobre la acera inaugurándola con dos molares. Angelillo para no pasar sobre la chica giro el manillar para esquivarla, dando contra Carlos que del impacto fue rodando al bar alegría de la huerta.
Los farandules y golfos congregados aplaudieron su espectacular entrada.
Angelillo que no llego a caer de la bicicleta bajo para mirar a la chica que empezaba a cobrar conciencia. La agarró del brazo para levantarla, pero de la impresión de tocar un hueso casi sin carne, algo parecido al tacto de un pellejo seco abrió la mano ante esa sensación, y la chica dio de de nuevo contra el suelo poniéndose a llorar.
La anoréxica miraba a Angelillo asustada y con lagrimas en los ojos sin saber lo que pasaba.
Colocó sus diminutas manos frente a sus pechos, casi los mostraba debido a la moda de las chicas de hoy de utilizar las aceras como pasarelas y ellas ejercer de modelos semi desnudas.
Hacía la joven ademan de que la dejara tranquila.
Angelillo frente a ella esperaba para ver si necesitaba de su ayuda.
Al parecer no había sido nada, más que un par de dientes que no necesitaría mucho ya que no parecía ser muy comedora. Se puso la niña en pie por sus propios medios. Como era una muchacha tímida y asustadiza dando tiernos gemidos se fue abochornada esperando que nadie la hubiera visto caerse.
Angelillo miro a su alrededor para ver a la persona contra la que había chocado, la localizo tras la puerta del alegría de la huerta, desde allí le grito Carlos si se encontraba bien.
Angelillo dijo que si y siguió su camino riéndose solo.
Carlos iba a salir cuando se acerco el Lalo, un farandul ecocálico que se pasaba el día en el alegría buscando quien le diera una cerveza.
Le susurro con su cara de bobalicón:
Me han dicho los hermanos aventura que vayas a su mesa, me han dicho los hermanos aventura que vayas a su mesa, me han dicho...
El tabernero pego un golpe en la mesa para que lalo callará, y le sirvió una cerveza que bebió de un trago. Esta era la única forma de callar al Lalo.
Carlos se acerco a la mesa temblando, sabiendo lo que le esperaba de unos varones de raza blanca, de origen español, mediana edad y del mundo de obra: Primero venía una sesión de burlas, luego pasaría por una sesión de tener que enseñar todo su genero que consistía en toritos con la bandera de España, relojes, calcularas, cd de música... tras esto le harían preguntas y más preguntas sobre esos objeto para decirle después que no se lo compraban, o si lo hacían regatearían hasta que casi tuviera que regalarlos.
Tragando silaba se acercaba Carlos a la mesa que dejaba adivinar lo que le pasaría.
La mesa era de éstas típicas de taberna de Uixó, de madera de baja calidad, diseñada de forma austera. Estaba cubierta por un tapete blanco de papel de poner y quitar. La superficie estaba cubierta de botellas de vino, cerveza, ginebra con tónica, platos con aceitunas, fiambres, embutidos, carajillos.
Carlos iba santiguándose mientras los Aventura sonreían de forma siniestra.
Llego a la mesa y lanzo un suspiro culpándose interiormente de ser tan cobarde y no haberse ido, ahora era consciente el vendedor de que no podía hacer nada para salvarse.
Los hermanos aventura estaban de enhorabuena celebrando con el concejal de urbanismo, la arquitecta municipal y unos judíos diversos hechos felices.
El primero la muerte por suicidio de un contratista al que le debían dinero los aventura y el ayuntamiento de Uixó.
El concejal brindando se puso de pie ebrio y diciendo:
-Muerto el perro muerta la deuda, que caigan más como este y seremos más ricos si cabe.
Todos los presente aplaudieron el discurso.
-Hombres como este necesitamos para levantar la ruina de país que tenemos- dijo un Aventura a uno de los judíos que era accionista de la empresa, y en voz baja para no interrumpir el discurso y siguió con su comentario a modo de confidencia- Como ven vuestras mercedes en este país tenemos una clase política que sabe dar grandes discursos. Aquí donde lo ven ese jovencito que ocupa la concejalía de urbanismo si sigue así seguramente llegará a presidente de España, cualidades e inteligencia y saber comportarse no le faltan, solo financiación, y nosotros se la daremos, estamos muy impresionados con él.
El concejal arremetía en sus cencerreadas contra toda la oposición, contra los ecologistas, contra los derechos humanos, e invitaba a todos estos colectivos a que pasarán por su despacho que les daría buenas garrotadas.
Se sentó el concejal nuevamente cogiendo una copa y bebiéndola de un sorbo.
El del medio de los Aventura se levanto con una copa y la alzó a los presentes:
-Estamos hoy aquí no solo para celebrar la muerte de un acreedor y la muerte de dos obreros sindicalistas, si no para celebrar la nueva oportunidad que nos da el Ayuntamiento de remodelar las calles de Uixó inauguradas la semana pasada con una nueva contrata de 100 kilómetros cuadrados de aceras y bordillos que rodearan como un cinturón al pueblo, hasta al menos dos semanas. Quiero alzar mi copa por el Ayuntamiento: Viva la alcaldesa, viva el capitalismo y el mercado libre, vivan los concejales y viva España.
-Viva, viva- gritaron todos, y se sumaron a los vítores los farandules del bar esperando a que los poderosos les invitarán a una copa y un plato de croquetas.
Frente a los Aventura Carlos que también dijo viva, viva, siguiendo la corriente.
Sacando las pocas fuerzas que tenia el pobre desgraciado dijo:
-Buenos días señores, creo que me han llamado, supongo que querrán ver el genero.
-Claro que queremos verlo- le dijo cabreado el Aventura- no ves miserable que estamos celebrando algo muy importante que hará celebre a nuestra localidad, y además, estoy rodeado de gente que amo profundamente como estos hombres semitas y miembros del consistorio. Deseo agasajarlos, así que ve sacando cosas para mis invitados.
Los judíos y los concejales se frotaban las manos ya que cualquier regalo era bien venido.
Dicho esto sin mirar a la cara a los de la mesa, que ya se estaba riendo y eso le daba terror a Carlos por pensar por experiencias previas que sería de él. Abrió el pesado maletín dejando ver toda la mercancía de tan poco valor y repleta de objetos infantiles como ositos de peluche, relojes infantiles, abanicos, toritos y menudencias que llevaba el vendedor.
Uno de los Aventura metiéndose un muslo de pollo en su enorme boca insaciable para los placeres de la carne, con los restos aun sin masticar hablaba, y señalando con el hueso descarnado entre sus afilados dientes dijo:
- Ese torito me gusta. ¿ Se mueve solo?
Si señor- le replico Carlos accionando una palanca que tenia en el vientre la figura del animal, al hacerlo sonaba un pasodoble y el torito levantaba la cabeza de forma estúpida y mecánica.
Los Aventura se quedaron con la boca abierta conmocionados ante el torito, que para ellos era la más hermosa obra de arte, algo así como la capilla sixtina.
Al escuchar el pasodoble torero que junto con el himno de España era toda la cultura musical de los aventura, los tres empezaron a cantar y brindar con gran alborozo. Los encargados de los aventura que también hacían de escoltas, niñeras, chóferes y manporreros empezaron también a silbar el pasodoble, ya que hacían siempre cualquier cosa que hicieran sus jefes.
El Lalo al oír la música y la algarabía fue corriendo y se puso a cantar y a bailar.
Uno de los obreros lo subió a una mesa.
Allí el idiota se movía como agitado por una crisis epiléptica.
-Voy a torear- dijo el del medio de los Aventura a los congregados- mesonero, presto una capa y unos cuernos.
El bar alegría de la huerta como casi todos los bares de uxió estaba surtido de cabezas y cuernos de toro.
De un manotazo bajo al Lalo de la mesa, el idiota como era bastante cobarde y salían pegarle para divertirse todo el mundo se cubrió la cara y empezó a gemir para dar lastima, ésta era su estrategia más habitual para salir ileso ya que el Lalo carecía de fuerza para contraatacar, razón principal por la que a todo el mundo le gustaba pegar al Lalo.
Tranquilo Lalo- le dijo el Aventura- no voy a hacerte nada, ven quiero que te pongas esto en la cabeza y hagas MUUU como los toros. ¿Lo has comprendido, Lalo, lalito?. Muuuu, muuuu
El ecocalico empezó a hacer:
- MUUU, MUUU.
Otro de los Aventura le dio unas cervezas al Lalo que engullo como ningún ser humano no lo haría, pero que ese engendro mal parido era capaz de beberse en un segundo, incluso aunque fuera alcohol puro.
El tercero de los Aventura apareció con la capa y los cuernos, la capa se la entrego a su hermano y los cuernos al Lalo.
Empezó la corrida , entre las mesas de taberna se podían ver dos figuras: la de un torero calvo de 100 kilos y de 50 años, y la de un garabato esperpéntico llamado el Lalo con cuernos gritando:MUUUUUU.
-Embiste Lado- le gritaba el aventura que se había metido en su personaje, y haz MUUUU más fuerte, embiste coño Lalo, embiste.
Y el Lalo venga a embestir y a hacer MUUUU y el Aventura a torear.
En el bar sonaban las palmas, el humo del tabaco ascendía indiferente y el olor a alcohol se adueñaba del lugar y el ruido del MUUU con el chocar de los cuerpos entre las mesas y sillas que caían en sus embistes, junto con los ole, ole y torero, torero, abanderilla.
Otro de los aventura en estado ebrio mando que uno de sus empelados, el maestro de obras, le subiera en hombros haciendo de caballo y a él se le armara con una escoba.
Carlos quería irse de allí, paró el torito y recogió el maletín.
¿Que haces imbécil?- le grito el concejal de urbanismo agarrando un cuchillo que estaba en la mesa para cortar jamón, fue hacia Carlos ordenando que pusiera en marcha el juguete.
Carlos inmediatamente lo encendió mientras le caían gruesas lagrimas que provocaron la risa del concejal y los obreros.
El Aventura picador se dirigió al Lalo y empezó a darle escobazos, el idiota asustado se escondió bajo una mesa tirando los cuernos y diciendo MUUUU, esto exaspero al Aventura toreador.
-¿Pero que clase de toro cobarde eres? Embiste imbécil o te atravieso con el cuchillo, recoge los cuernos y pontelos.
MUUUUU- repetía el Lalo aullando y colocándose los cuernos nuevamente.
Cuando iba a embestir de nuevo: Zum, pum, pam, una somanta de escobazos le derribaron.
El toro estaba inconsciente mientras sonaba el pasodoble y el juguete no paraba de bajar y subir la cabeza.
Las gentes del bar sacaron los pañuelos blanco en señal de veneración y el torero se paseo por el ruedo.
-Corta las orejas- se escucho.
El Aventura picador estaba feliz de su gran proeza en el manejo de la escoba. Con sus botas golpeaba y apretaba el hígado de su trabajador mula que jadeaba y se dolía de tanto golpe. Estaba amoratado apunto de espicharla.
- Otro, otro toro- gritaba el aventura picador mientras hacia girar a su mula obrera.
Todos miraron al vendedor que quería salir del bar.
El dueño había cerrado al puerta y Carlos empezó a temblar de miedo.
El Aventura blandía sobre su cabeza la escoba, la esquivo y empezó a correr por el bar.
-Date prisa que se me escapa- le gritaba al maestro de obras pegándole patadas en el hígado para achucharlo.
Carlos evitaba la carga de caballería por las esquinas, no se percato que a su espalda tenía al torero, éste le arrojo al capa sobre la cabeza y el aventura que cabalgaba no fallo.
Zum, pam, le dió de pleno con la escoba en la testa.
De la sabana blanca se vio brotar la sangre y el cuerpo de Carlos se desplomo, junto a su cuerpo fue también a dar el del obrero- caballo que debido a los apretones y patadas en el hígado se lo reventó.
Entre tanto el torito seguía subiendo y bajando la cabeza.
En la calle se escuchaba el lamento de la gente cansada de las obras y el sonido los compresores destrozando la acera recién inaugurada.
-¿Otra vez estáis aquí? Nos vais a espantar la clientela- decían dos jóvenes anoréxicas de 25 años indignadas.
Esta chicas eran las contratadas recientemente para trabajar como dependientas en la tienda de lencería ya que las dos chicas anteriores habían hecho un tratamiento anti anorexica y por ello fueron despedidas.
Haciendo posiciones de pijas siguieron con su discursos e indignaciones ante unos obreros que las miraban con deseo sexuales.
Un albañil seboso de aspecto de sapo le contesto eructando y subiéndose los pantalones:
-A mi que me dice señora, a nosotros nos mandan a trabajar y no decimos nada, eso hable con los de corbata, lo nuestro es obedecer y estar contentos de tener trabajo.
Las chica se metieron dentro y empezaron a llorar pensando que las despedirían.
Los obreros siguieron con su trabajo también preocupados:
- ¿ Que sería de ellos si algún día alguien se daba cuenta de que todos los jueves destruían las aceras construidas durante la semana y las volvía a hacer?
¿Que sería de ellos si sus amos y señores Aventura no le protegía y si alguien paraba toda esa corrupción de la que se benefician todos los obreros españoles?


Angelillo de uxió, el hombre que siempre camina derecho por la aceras.

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