miércoles, 30 de noviembre de 2011

Caín y Abel, de Angelillo de Uixó









Caín y Abel de Angelillo de Uixó.

Amontonados sobre las escaleras como gusanos en torno las puertas horrea de cáritas de Vall d' Uixó donde se guarda humus para alimentarlos, esperan que chirríen las bisagras para recibir el sacramento de la limosna farandules de diferentes razas: negros, moros, hispano, gitanos. Todos ellos en revuelto de pobreza.
Las puertas de madera de cuatro metros de altura siguen cerrada más allá de las 12 del medio día, la hora del señor, y ante la cual hay costumbre de abrir esta despensa para que entren los desgraciados desvalidos. De la ventana abierta de las cocinas llega el olor a asado que produce en los moros seguidores de la secta de Ala, famosos por ser comedores de higos y corderos, un gran revuelto en tripas vacías. Mujeres misteriosas y sensuales envueltas en pañuelo que les cubre la cabeza dan silbido beduinos con lengua serpentera. Los gitanos de nariz de perdiguero y paladar de reyes no se quedan atrás de la morería, juntan sus cánticos roncos y quebrados a los silbidos con l palmas, taconeos y panderetas, formando un folclórico orfeón de la pobreza. Rumanos y búlgaros con acordeones y violines acompañan los campases. Una cabra amaestrada con la que se gana la vida un bohemio holandés disfrazado de hippie zingaro brinca por la escaleras y provoca apetito y risas entre los miserables.
Los nuevos pobres españoles llegados al mundo del limosnero por los despidos desentonan la bella melodía con quejas sobre ineficacia de los servicios de limosnas de cáritas. Recuerdan a las opiniones lastimeras y trasnochadas de los sindicatos.
Moros, gitanos, mandingos dan las espalda a los españoles por sus quejas pijas, quedan excluidos del concierto social racial, los españolitos se obcecan en sus comentarios impertinentes:

A esto no hay derecho, mira que hora para darnos de comer, es indigno, impropio de un país europeo y desarrollado. En Alemania seguro que cáritas abre a su hora y gestiona la cola mucho mejor, con disciplina. Son las doce y cuarto, y por el olor al pollo le queda media hora más- gruñe un desempleado español al que se le han terminado las ayudas, no encuentra trabajo y los servicios sociales lo han entregado a cáritas y la iglesia.
El resto de españoles y españolas asiente con la cabeza el discurso del hombre.

Los gitanos maldicen a los payos de cáritas, el orfeón canta cada vez más alto, la cabra ante el olor a coles y repollos da varios cabezazos a la puerta indignada.
Suena desde el interior de cáritas una campana y las puertas rechinan, se abren poco a poco. Los farandules se retiran unos metros instintivamente para entrar en tumulto y coger la mayor parte de pitanza posible.
Una gran luz que atraviesa la santa nave desde los vitrales del muro queda liberada con todo su poder santificado. Sale a la calle con fuerza marcando los rostros de los herejes paganos de la estirpe de Caín. La marca bíblica esbozada en las vidrieras se dibuja en los cuerpos de moros, negros, parados, gitanos que entran en tropel jubilosos por al pitanza.
En una gran mesa larga esta preparada al comida con filetes de ternera, muslos de pavo confitados, mermeladas, arroces. Los pobres se tiran a la carne atacándose entre si para ver quien consigue el mejor trozo que es el pavo confitado. Al último de la fila que le queda la ensalada de lechuga y nabos protesta airadamente por al injusticia del reparto mascando hojas.
La cabra bala: Beee, Beee y da ejemplo de concordia.

El jefe de los servicios sociales de Uixó, un hombre elegante de acuerdo con su rango social, vestido con levita, pantalones de sastre, chaqueta americana oscura, tiene percha clásica de funcionario cacique surgido del colegio del opus dei donde estudio. Adorna el traje su cara larga con mentón a los Austria, ojos serenos,cara empomada, enjabonada y de cuerpo estirado. Forma el fantoche funcionario un perfecto retrato de un trabajador social español.
Le susurra al cura que contemplan con satisfacción morbosa como comen los engendros:
-Parecen pirañas lanzándose a la comida. Es un espectáculo grotesco, no se por que se pierde el tiempo alimentando a esta gentuza. ¿Cómo es posible llegar a estos extremos de la existencia? Si hubieran ido por el lado correcto de la vida no estarían así coño. Son todos unos vagos, mano dura con ellos, Padre.
El cura con sus ojos ratoniles abrasados por el fuego místico de la limosna y la pasión, no aparta la mirada de un moro comiendo a dos carrillos. Le responde divertido en lo mejor del espectáculo, un moro de cuerpo semejante a un tísico es recriminado por el grupo que le acusa de comerse el solo de un bocado medio pavo:
Amen señor Villalba- le responde el padre- Debe comprender su merced los designios del señor. Estos que ve son la estirpe de Caín que no acepto el reparto justo que hizo dios del trabajo, a Caín la huerta y a Abel el ganado. Esta gentuzas no han querido adaptarse a ningún trabajo. Todos son vagos sin remisión.

Con todos mis respetos vuecencia, eso le decía yo- dice el concejal de los servicios sociales colocándose el monóculo en el ojo-Pero ¿ por qué alimentarles? Lo que quiero decirle...
Villalba, el jefe de los servicios sociales para su discurso para señalar a un negro que corre a una esquina repleta de cucarachas con un cuenco de macarrones
Mire, Padre, mire el negro cómo se esconde con comida, son animales. Yo a diferencia de usted no soporto ver esto, me crea descomposición en el vientre. Abría que exterminarlos.

Señor Villalba, esto que presencia es el triunfo del bien absoluto, Dios se encuentra aquí. ¿ Qué mayor dicha que ver a los caídos, a las malas personas comer ? ¿no es un gesto de justos entre justos? Matarlos sería muy fácil y además pecado. Recuerde que Dios sentencio que quien matara a Caín sería siete veces maldito, por ellos debemos alimentarlos. Son los designios del señor ¿Quiere unos dátiles? los he robado del menú de los moros.

Al cabo de cinco minutos la comida concluye, se les reparte bolsitas de comida con arroz, lentejas, latas de sardinas para que cenen y no sean una amenaza para las buenas gentes obedientes y trabajadoras.
La prensa local hace un foto a Villalba dando de comer aun negro que le da un beso en la mejilla como publicidad de que en Vall d' uxió nadie muere de hambre y que los pobres son apoyados y respaldados por el estado, no se les abandona en medio de la crisis.
El titular del periódico la rodalia pone a pie de la foto:

El estado de bienestar y social de España puesto en duda por los rojos es mentira.

La estirpe de Caín una vez hechas las fotos obligadas salen sin dar las gracias por la limosna. Saciados por las calles comentan el menú:
- El pavo estaba pasat y fred- dice un pobre de cara redonda y tostada del sol, bajito con aspecto de agricultor. Chapurrea medio valenciano medio castellano sin saber hablar ninguno de los dos idiomas, su voz es ronca y estúpida, le habla a un mohamed patizambo y bizco que le responde.
-EL arroz a mi no me a gustar, todos los días ser lo mismo, pollo y arroz, en maruecos nos dan cucus y dátiles con miel que ser mejor-

El cura del pueblo tras terminar el reparto cierra las ciclopeas puertas de cáritas con doble cerrojo deteniendo la luz de los vitrales. Se arrodilla ante la imagen de cristo y da gracias por ocupar el lado de la vida que ocupa.
El acto de dar limosna produce en Don Anselmo una profunda paz espiritual. Levanta del suelo y se sienta en una silla de la rectoria. Los perros y gatos acuden en procesión a cáritas. Otra de las aficiones de Don Anselmo es dar de comer a las bestias.
-Miau, miau, guau, guau- se escucha.
Don Anselmo coge bolsas de comida y sale a la calle. Bajo de los coche les pone comida y observa con satisfacción como comen. Empieza a escupir a modo de bautismo sobre los animales. Don Anselmo tiene esa costumbre de escupirles cuando les da de comer.

El concejal de los servicios sociales de Vall d' uxió vuelve a su despacho cargado de soberbia y odio hacia los pobres. Allí se encierra para tomarse unas aspirinas y relajarse del dolor de cabeza de lo que ha visto. Antes lava sus manos y su mejilla en el lavabo para no contagiarse.
La asistenta social le ha dejado unos dossier grapado y una nota donde pone:
Rentas garantistas para los pobres.

Villalba los mira con rabia, escudriña, lee ojeando los apellidos y los que son de origen catalano aragonés los pone a un lado, son dos, el reto los rompe con histeria de niño del opus dei que se enfrentan ante el dilema moral de sus primeras masturbaciones prohibidas por la secta y el sentido común.

Soto de algarrobos de la balsa de cristal, bajo de las ramas encorvados se agitan brazos morenos repletos de tatuajes con labios pinchados por aros llamados piercing, las cejas también están pobladas por estos aros. Un par de jóvenes se afanan en llenar sacos de algarroba para venderla y pagarse más tatuajes y piercing. Antes de la crisis les toco a los algarroberos en el reparto del trabajo el serlo de la construcción, y ahora con la crisis del sector son pobres.
Caín, un agricultor de Vall Uixó arruinado y castigado por la sociedad , pasea por el soto mirando las huertas. Contempla a los algarroberos con desprecio, con soberbia, con altivez. Los dientes le rechinan siempre que ve a los de su estirpe sufriendo y en la miseria. Los pobres, compañeros de su estirpe le producen tanto desprecio y odio como los que viven en la fortuna, en la vagancia y en el lujo, los hijos de la estirpe de Abel, y a los que está permitido asesinar en el nombre de la justicia, la igualdad y la fraternidad.
Masculla entre dientes frases de desprecio a su paso que apenas perciben los desgraciados algarroberos. Los tatuados hablan de mujeres, vino, y a las discotecas a las entraran con lo que ganen con la venta de la algarroba, pura calderilla en el mejor de los casos.

Caín contempla un paisaje transformado por el arrullo del agua y el aleteo de los pájaros en el barranco siempre seco y ahora repleto de agua procedente de la caverna de San José. Se ha desbordado el río subterráneo por la gota fría, un gran caudal mana de la enorme cueva navegable. Dicen los viejos del lugar que desde esa cueva se descienda al infierno. Son muchas las apariciones de satanás que relatan los aterrorizados gondoleros que conducen cual Carontes sus pequeñas embarcaciones con turistas, pese a los exorcismos de las aguas que realiza el cura de Vall d' Uíxo junto el obispo de Sergorbe cada tres meses.

Sentado y apoyado en un hueco algarrobo mira a su alrededor Caín, ve a lo lejos el pueblo de Uíxo. Es un día claro y tranquilo tras la tormenta. El sonido de las campanas llega mezclado con el borboteo del agua santificada en su camino hacia la muerte en el mar.
Frente al río arropado por su tranquilizador sonido Caín cierra los ojos y recuerda a Bella Mari. La fragancia cálida del aire que transporta el aroma de la genista le recuerda el día que conoció a la única mujer que amo.

Breve historia de los amores de Caín con Bella Mari.

Una mañana de abril que Caín iba a la huerta a tirar estiércol escucho un bello canto, al principio pensó que se trataría de un ruiseñor, pero los agudos eran tan precisos y hermosos que pensó que se trataría de una ángel. Siguiendo el canto de sirena avanzo por un sendero recóndito y encontró una adolescente recolectando flores cerca de un arroyo. Tarareaba bellas canciones flok irlandesas que hablaban de duendes, valiente caballeros y princesas encantadas en un castillo. Sus rubios cabellos sueltos era alisados por gorriones que tiraban de su pelo el cual le llegaba hasta la cintura, su carita de porcelana era de un blanco más puro que el de un glaciar virgen. Dos mofletes suaves eran coloreados de forma natural por sendos círculos perfectos haciendo de ella una fruta madura para ser recolectada. Bella Mari descubrió que Caín le miraba detrás de unos matorrales y se puso su manita blanca en su preciosa boca de gruesos labios rojos. Caín sintió un gran deseo en su corazón asaetado por la flecha de cupido y se lanzo sobre ella. Bella Mari que era de naturaleza gentil y buena comprendió el aprieto que causaba su hermosura en el caballero Caín y se rindió ante su violencia impulsiva en aquel arroyo.
Los días de primavera y verano fueron felices para la pareja, pero con la llegada del otoño las cosechas de Caín se arruinaron, aun así a Caín no le importaba por qué era feliz con su hermosa mujer. Su hermano, sus amigos, por primera vez le tenían envidia. Caín estaba con la más bella mujer de Vall d' uxió, incluso más hermosa que Zoraida, la gitana mora de ojos turquesas que por aquel entonces estaba amanceba con un jesuita llegado del Perú, el chino del restaurante flor de loto , un repartidor de correos, el butanero, el gerente de Roca, el Cura de cáritas, el jefe de los servicios sociales de Vall d' uxió, un par de farandules, su hermano Abel y el alcalde de Uixó Lelo Clavel. Por fin Caín en el reparto de las cosas había salido ganando por una vez. Bella Mari llevo a Caín por buen camino, incluso le hizo tener Fe en Dios y le enseño el rezo del padre nuestro pese haber sido excomulgado 3 veces. Caín en esa época cantaba con fervor el “ aleluya gloria a ti master of the universe”
Pero las cosas se empezaron a torcer cuando Bella Mari con sus preciosos ojos azules repletos de lagrimas que hubiera partido el alma del ser más fuerte le dijo que iba a ser padre. Después empezó a engordar, aponerse de mal humor, a ser antipática, vaga, y como colofón sufrió un ataque de viruela que deformo su rostro.
Otra vez a Caín le tocaba cargar con el peor reparto. Bella Mari ya no era bella, incluso su delicada voz se había convertido en grave y cantaba más fuerte que Placido Domingo y Freddy Mercury juntos. El chiquillo que pario fue en engendro hidrocefálico al que Caín quiso matar nada más verlo. Bella Mari del disgusto falleció, afortunadamente el engendro al cabo de unos días también.
Fin de la historia de Amor de Caín.

Abre los ojos Caín alertado por el ruido de unos pasos. Los algarroberos han llegado al árbol donde dormita, sus risas le despiertan.

-Ye tronco ¿te importa irte a otro sitio que vamos a currar? le dice un joven con cresta, labios de besugo y ojos de cordero.

Caín con delicadeza ante los caídos les cede las miserables garrofas sobre las que se sienta:
-Adelante y suerte con la faena, os deseo fortuna hijos míos- le dice alejándose de ellos.

Los farandules hacen resoplidos y comentan:
-¿ De qué va el tío ese?
- Deberíamos pegarle, a mi los listos no me van.

Los jóvenes siguen recogiendo su miserable garrofa mientras Caín se aleja contemplando la siembras de las huertas abandonadas.
Sus campos se encuentran cerca de allí totalmente cubiertos de mala hierbas, ya no vale la pena cultivar, los precios en la distribución le han arruinado.
El trabajo en el campo ha desgarrado el alma de Caín, al igual que el alma de todos los campesinos, hijos de la peor estirpe que puebla la tierra y por la que son condenados a hacer en el reparto social de la faena el más innoble : la agricultura.

Sigue su camino alejándose del río hacia el asilo del sagrado corazón de Jesús para hacer una visita a un viejo enemigo que quiere sacar de ese lugar donde se desaprovecha.

Breve historia de Caín
Caín es un joven moreno, corpulento, testarudo y peleón llegando a ser en ocasiones algo matón con aires románticos y macarras. Hijo de un campesino y ganadero de Vall d' Uixó que hizo fortuna no con la tierra, ya que no era rentable, si no montando un comercio de ultramarinos.
Caín desde pequeño odio el campo, pero su padre le obligo a trabajar en el. Hizo un reparto desigual de la hacienda. Para Caín la tierra cómo castigo por que en el día de su cumpleaños no le hacia ofrendas, ni nunca se mostró agradecido por haberlo traído al mundo. Sus sentimientos a este respecto era contrarios, incluso a los catorce años Caín denuncio a su padre y a su madre por haberlo echado al mundo. Su padre al leer la denuncia que no prospero, le argumento quitándose el cinturón y dándole una buena paliza al hijo para que viera que el mundo no era tan malo.
Caín tenía un hermano, Abel, obediente, disciplinado, querido por todos, más alto y más guapo, encima rubio y con ojos verdes. Abel compraba a su padre en navidad y para su cumpleaños regalitos, ademas hacia una campaña de abrazos y mimos a sus Padres que hizo de él el predilecto. En el colegio se llevaba bien con los profesores. Todo lo contrario que Caín que era un marginado que solo tenía un amigo obsesionado por ser el próximo vaquilla y un perro callejero, cosa que consiguió el bueno de Almansa, y a los 18 años ya tenía una condena de 10 años por atraco a mano armada a una vieja.
La voluntad del padre que desescolarizo a los hijos y se desentendio tras el reparto fue: el ultramarinos, el comercio para Abel, con el que hizo una gran fortuna tratando a los clientes con delicadeza y con agasajos, y el campo para Caín que era una ruina.
Durante años Caín se quejo amargamente del trato que sufría, incluso habló varias veces con su hermano para llevar los dos el ultramarino y arrendar las tierras a unos moriscos, pero Abel siempre le contestaba lo mismo:

-Tete, tu ya sabe lo que dice padre, la tierra es cosa santa y buena, gran trabajo y para tí es bueno, te despejas y así no haces cosas malas. Para mi el ultramarinos. Yo creo que en reparto Caín tu sales ganando, la verdad es que te envidio. No sabes lo que se debe tratar con las hijas de putas de las marujas, así que cava y planta. Por cierto ¿para la semana que bien estarán las 500 lechugas?

Caín cansado de suplicar una oportunidad anduvo buscando trabajo en las fabricas, y fue un laborioso trabajador que no prospero debido al enchufismo y a la política en las fabricas donde prosperaban no la gente trabajadora y competente, si no los cargos sindicales fácilmente sobornable y más pelotas.
Fue pasando por fábricas y en todas era lo mismo. Caín observaba el mal reparto del trabajo y las oportunidades.
Volvió vencido y resignado al campo.
Casi todo el mundo de su alrededor salio mejor parado que él en el reparto de la vida.
Arrastrándose como un gusano, pegando con el azadón sobre los terruños pasaba los días para luego vender los productos a su hermano y otros comerciantes que los revendía por cuatro veces más sacando gran partido a su esfuerzo.
Cada golpe que caía sobre la tierra imaginaba ser sangre que derraban con su mano: su hermano, su padre, los comerciantes, los clientes avispados.

Con la crisis económica del 2008 se hundieron los precios de las verduras a los campesinos y para compensarlo el gobierno de Zapatero subió el petroleo, los recibos de agua, los abonos, acabando en la miseria absoluta Caín y la mayoría de agricultores, mientras desde esa fecha de inicio de la crisis hasta el 2012 se enriquecían los comerciantes como jamás se había visto en la historia de la humanidad.
Fin de la breve historia profesional de Caín.

Verja de hierro con pequeño parque con palmeras, naranjos y limonero. Ancianos al sol y enfermeras de blanco con cofias que reparten merienda y pastillas. Voluntarios testigos de Yehoba con guitarras amenizan la tarde de los ancianos. En el interior varios hombres y mujeres de mediana edad de nacionalidad española, junto ancianos babeantes con ojos de sepia que miran el infinito, arreglan papeles en el hall junto el director del asilo del sagrado corazón para sacar a los ancianos aduciendo que les perteneces. Muestran documentación, libros de familia que acreditan la propiedad.
El director sonriente comprueba que todo este correcto para darlos.
Las nueras agarran la muñecas de los carcamales en los que colocan un boli bic azul con el que firman un garabato sin entender el documento.
- ¿Quiere que le pongamos una cinta de regalo en la sillita de ruedas?- Pregunta el director de asilo quitándose unas gotas de sudor de su gruesa frente grasienta.
-No, no hace falta nos lo llevamos así, ya lo adornaremos en casa- le responde uno de los hijo de un anciano que se llevan.

Cuando la pareja esta a punto de irse y dejar paso al siguiente, la nuera del anciano se vuelve y le pregunta al director.
-¿No habrá problemas en cobrar la pensión desde este mismo instante, verdad?
-No mujer, si se lo llevan de aquí podrán cobrar la pensión a cambio de cuidarlo. Háganlo bien que conforme están las cosas esta cosa vale su peso en oro. Son mil euros al mes lo que se llevan, más dos pagas al año de mil euros y la paguilla de la inflación.
La nuera se santigua, levanta y una pierna plegándola hasta la rodilla, avanza unos pasos y le da un beso al director, otro al anciano y otro a su marido.

- Que bien nos lo vamos a pasar señor Luis, cuantas ganas tenía de tenerlo en casa- le dice la nuera.
El anciano que sufre de alzheimer agitándose babea y a mea encima gritando:Ahh, Ahhh, Aaaah, Uhhh, UHHH.

Caín llega al asilo y pregunta por su padre. Esta al sol de la terraza soportando el aleluya cantado por el testigo de Yehoba.

Por favor, ¿te importa dejarnos solos? Quiero estar con mi padre- le dice Caín a un joven testigo.
Desde luego, una pregunta¿es usted creyente, sabe que se acerca el día del juicio final?¿por que no se viene conmigo cuando termine a una reunión nuestra? ¿se siente solo? Nosotros podemos ayudarle a encontrar la salvación, dios es magnifico, es como un padre. Imagine a dios como esta persona que seguro que el ha amado tanto en la vida- le dice el testigo con fanatismo cargo de ingenuidad sectarista.
Eso mismo hago, imagino a dios como a mi padre, ya iré a visitaros algún día, si no te importa me gustaría estar con el viejo¿ vale?
El testigo se va con la guitarra hacia un anciano que empuja con sus flácidos brazos la sillita de ruedas para huir del guitarristas, es atrapado.
Hombre Ramón ¿ donde va usted? Hoy voy a cantarle un salmo muy bonito, le gustan los salmos ¿A que si?
En anciano que es mudo gira la cabeza, vierte una lagrima y el testigo de Yehoba que le ha tirado el freno a la sillita le pega al anciano en las mano para que no la desenfrene, le empieza a cantar.

-Padre ¿ que tal al vida?- dice Caín al vejestorio que le mira con ojos legañosos y tristes de un enfermo de demencia senil.
¿No contesta padre?- pregunta sarcástico Caín cogiendo una silla.
AU, Au, Au – dice el anciano.
Hoy estamos espléndido ¿eh viejo?
Au, Au, Au- contesta el viejo.
Creo que no sacaremos nada en claro- dice Caín mirando a un hermosa enfermera a la que le guiña el ojo.
Au, Au; AU- repite incesante el anciano.
Mire padre, ahora que somos mayores y a usted le queda poco de vida,¿ sabe que usted ha sido muy hijo puta conmigo? Toda la vida no ha hecho más que darme ostias, decirme todo tipo de barbaridad y conducirme al mal camino. Yo soy un hombre bueno y usted lo sabe, nunca me dio una oportunidad.
-AU, Au, Au- repite el anciano tapándose las manos con los ojos.
Padre, quítese las manos de la cara y no haga tonterías, se que me entiende, que estamos tontos para lo que interesa- Caín se acerca al oído del padre- Usted hoy me va a escuchar. Usted me ha hecho la vida imposible y eso no se puede arreglar, se que siempre desde chiquito me odio, pero me da igual, yo también le detesto, me parece un imbécil y mire como ha terminado. Yo sabia que estaba loco ante de que pillara la enfermedad, ya apuntaba usted maneras con sus castigos.
Au, Au, Au- el anciano que ha abierto los ojos intenta irse arrastrando la sillita, Caín tira del asa hacia él y vence la fuerza de su padre.
Lo dicho padre, hoy estamos espléndido. Pero venga usted para aquí que tengo un papel para que firme.
Coloca Caín en las piernas del anciano un sobre. El carcamal cubre sus piernas y cintura con una manta escocesa, quedan allí extendidos los documentos y un boli. El anciano coge el boli y lo tira al suelo, e intenta romper los documentos. Caín observa sus lentos y torpes movimientos, le pega un guantazo, los pone a salvo, se agacha a por el boli y lo trae de nuevo.
Padre, padre, a firmar, que hoy usted se viene a casa conmigo, a partir de ahora yo le cuidare, venga esa firma y esa pensión, que tenemos una deuda pendiente, ya estoy harto de padecer tanto y de tanto favoritismo.
EL anciano loco aullá, las enfermeras se dirigen hacia ellos, Caín sale al paso disimulando.

-Señoritas, se ha puesto un poco tenso. ¿ no tienen ninguna pastilla para tranquilizarle? estábamos hablando del fútbol, y ya ven.
-Au, au, au, au aulla- aullá como una foca herida por el arpón de un esquimal, el viejo sacando fuerzas de donde no las tiene trata de huir.

Las enfermeras vuelven con calmantes y atiborran a la bestia , Caín que lleva un poco de morfina le da al viejo que le gusta más que un caramelo aun niño.

-Padre firme y todos los día tendrá de esto, ¿A que le gusta?- le dice Caín inyectándole la aguja.
El viejo mueve la cabeza haciendo ademan afirmativo y firma.
Caín se dirige a la sala donde están despachando el director del sagrado corazón vejestorios pensionistas que hijos y nietos cargan en los coches.
Llega Abel con su mujer, una ordinaria vestida de arriba a bajo con marcas del corte ingles.

-Caín ¿ que coño haces ?- le dice su hermano mirando al anciano que canta canciones de Julio Iglesias por efecto de las drogas.
-Al viejo no te lo llevas, hemos venido nosotros a por él- dice la nuera histérica que siente odio hacia Caín desde que lo conoció y nunca lo ha disimulado.
La fila los mira con desprecio y comentando en corrillo:
-Serán sin vergüenzas, quieren al viejo para sacarle los cuartos, que gentuza.
Una mujer se atreve a decirles:
-vergüenza debiera darles lo que hacen.
El anciano canta más fuerte.
Cállese usted maruja- le dice Abel furioso- ¿ usted que hace aquí? Lo mismo que nosotros, sacar al viejo para cobrar, le recuerdo que hace una semana vino a la tienda fiada por que no tenia dinero, me debe la compra de una semana ¿ o no se acuerda?
La mujer acacha la mirada y traga saliva como el resto que miran al director para que intervenga en el litigio.
Este sudando pasa un pañuelo blanco sobre la calva y se limpia las gafas redondas. Avanza unos pasos y les habla a ambas partes con tono reconciliador.
-Señores no deben discutir, pueden llegar a un acuerdo para dividirse la momia, una semana cada uno.
-Y una mierda- salta Caín- toda mi vida me ha tocado lo peor en el reparto, y este de aquí- señala a Abel- mi hermano es comerciante, y seguro que me engaña.
-Canalla, si has vivido toda la vida de las verduras que te he comprado por lastima- dice Abel cerrando el puño y lanzándose a atacar, su mujer sofocada lo sujeta.
Tu si has vivido a costa de los agricultores, cabrito, en tu vida has trabajado siempre has sido el favorito de padre, ¿quien te ha dado lo que tienes? No puedes dejarme que viva yo, no tengo nada, estoy en la ruina, el viejo para mi, tu tienes el negocio.
A mi la tienda me va mal, la gente no consume y los que lo hacen como la Maruja no paga.
Por favor a mi no me metan, que una es decente- replica la mujer santiguándose.
Esta vez padre es mio- dice Caín.
No, es mio- dice Abel.
Ambos tiran de la silla que se dobla hacia la izquierda, el viejo sale desprendido, se da con la cabeza contra un macetero de porcelana que rompe , da un gruñido y muere.
Los hermanos miran al viejo con los ojos abiertos, un reguero de sangre negra sale de la sien, su cuerpo atrofiado queda con al rodilla dobladas en posición fetal y la boca abierta como queriendo decir algo.
-Mira lo que has hecho Caín- le dice Abel- siempre tienes que armar follón, toda tu vida serás un calavera sin conocimiento, estoy hasta los cojones de ti, te odio. Nuca vas a cambiar, madura ya coño que tienes edad, no tienes veinte años.
-Señores, señores, no hay que cabrearse por un accidente, todos somos testigos de lo acontecido una desgracia inevitable, por favor, no discutan- trata de calmar el director del sagrado corazón de Jesús pasándose el pañuelo por la cabeza repleto de sudor.

Caín observa al muerto y le da una patada que le hace girar en la misma posición fetal hacia la derecha.
Todo el mundo da un grito de asco ante la imagen del viejo con la boca abierta.
A mi ni se te ocurra llamarme la atención en la vida, si tu estas hasta los cojones de mi hermano, yo lo estoy más, y de toda la puta familia, y de este asqueroso mundo. No he nacido más que para aguantar insultos, golpes, detenciones y follones, toda mi vida ha sido un horror y lo sabes. Padre no hizo más que arrojarme a la existencia y tirarme a la tierra, y ya te apañaras o revienta. Los demás que le hinchabais esa jodida vanidad os dio de todo- dice Caín violento, chillando, arrañándose la cara por desesperación y señalando al hermano con el puño que gira la cabeza y hace morrros negando todo-No, no me hagas con al cabeza que no, no, no me lo hagas, que me acuerdo de las ofrendas que le hacías. ¿ te acuerdas en su cumpleaños? Papa te quiero, y le regalabas un corazón dibujado por ti y un libro.
Eso nunca- chilla histérico Abel sujetado por su mujer que esta delante de él- yo no le regale nada
Prevaricador, toda tu vida la has basado en la prevaricación.
A tu hermano no el digas eso desgraciado- replica la cuñada- que mientras Abel se encargaba de la tienda y era una persona buena, honesta, que se comportaba ¿Tu que hacías? Quejarte del trabajo del campo, juntarse con los anti sistemas guarros eso, y meteros en follones, siempre con quejas por que tenéis menos que los demás, que son gente honrada. Tienes lo que te mereces. Tu y tu estirpe debéis moriros de hambre. Si franco viviera todos vosotros ibais a saber lo que es bueno.
Por favor cariño, no hables de Franco- le dice Abel- no utilicemos el nombre de los grandes de España en vano. Todos sabemos que mi hermano es un envidioso, un vago y tiene la culpa de todas sus desgracias. Sera mejor que volvamos a casa y abramos la tienda. Recemos por el alma del viejo.
Caín queda de pie sobre el cadáver del viejo. Abel y su mujer se giran para irse y la gente le de el pésame mientras lanzan miradas de desprecio a Caín cuya bilis sube por la garganta.
Mete la mano en el bolsillo y saca la navaja, agarra a su hermano del hombro diciendo:
Abel.

Este se gira con ojos furiosos y lanza una tétrica mirada a Caín, sin darse cuenta de como dirige su brazo a su viente clavando cuatro dedos de acero de Toledo en el estomago.
Abel poco a poco va cayendo sorprendido por la muerte y balbucea:
Hermano ¿por qué esto? ¿ qué te he hecho yo? Siempre fui bueno contigo.

La gente empieza a gritar a Caín llamándole asesino.
La cuñada le grita:
te caerá sobre ti una maldición, mil veces seas maldito Caín, tu y tu estirpe sobre la tierra, desgraciado.

Caín hambriento, maldito, vaga solo sobre los campos, llega a sus tierras y recoge lo poco que queda. Una marca en la frente delata al asesino. La guardia civil le persigue como si fuera una bestia.
Por cerros, por collados sube y baja, vive entre manadas de perros salvajes y la sangre de su hermano aparece cuando abre la tierra para plantar.

Angelillo de uxió hijo de...
la estirpe de Caín, voz pobres, marginados, pankis, heavys, perroflautas, anarquistas, ecologistas y falangistas.

1 comentario: