jueves, 19 de mayo de 2011

Platero y el anarquista. basado en hechos reales





Platero y el anarquista. Basado en hechos reales

Es la mañana vetusta en el valle de Uixó cuando avanzan dos grises garabatos entre las blanquinosas rocas aun húmedas por la breve tormenta de la madrugada. Llegan las dos sombras a un viejo algarrobo solitario rodeado de aliagas y escombros situado sobre un abandonado talud desde el que se deja ver a lo lejos las ruinas del castillo de Uixó.
Se escucha entre el zumbido de las abejas y el aletear de los insectos el eco de coches con altavoces contratados para hacer campaña electoral. Piden por megafonía a cambio de voto transformación social para un pueblo milenario, viejo, rancio y derrumbado como su castillo. En las calles los ciudadanos son ajenos a la propaganda política. Aburridos y viciosos van de bar en bar contando cotilleos.
El sombrío farandul de ojos de lince,mirada astuta y traidora, lampiño, sucio, delgado, ata al árbol a Platero, un pequeño ponny, y toma el camino del pueblo.
En las aceras abuelas enlutadas regan los jazmines que adornan las fachadas ennegrecidas y agrietadas como las arrugas de sus rostros desfigurados por el tiempo y las penalidades.
Deambula el farandul hasta aterrizar en una taberna que parece una caverna. El bar se encuentra al final de unos callejones sucios, tortuosos, silenciosos de Uixó, donde solo se escucha el correr de los gatos escondiéndose bajo de los coches. Al entrar unas bombillas blancas, viejas, parpadeantes que apenas iluminan dejan ver una parroquia de farandules apoyados sobre una barra.
Una camarera vieja con aspecto de buscona, maquillada en exceso, con falda corta y una cruz sobre el pecho que sobresale del escote le saluda dirigiéndose a un tonel del vino. Porta al farandul el negro licor que bebe de un trago. Hace gesto de otro aun limpiándose el mostacho.
Se escucha una discusión en la mesa del fondo.
Dos ancianos discuten bajo la cabeza de toro disecado, los farandules se vuelven lentamente para observar.
Agustín, el pardals no son cosa meua- grita un anciano intentando escapar de su compañero que hace como se va a levantar para pegarle pero sin decidirse.
El otro anciano agitado, blanco, melancólico y agresivo, gritándole indeciso sobre que actitud tomar, con cólera en los ojos le responde:
Sabes que tenía que ir a visitar a mi mujer con cáncer a valencia, por eso te lo pedí. Es la primera vez en 15 años que salgo de Uixó. ! Vicent, tras todos los favores que te hemos hecho mi mujer y yo en esta vida!
Lo único que te dije era que les dieras de comer a los pájaros. Han muerto de hambre y sed. 30 canarios, 30 canarios que tenía. ! Mi mujer muerta en Valencia, yo en el hospital y los pájaros muertos por qué no has pasado a darles de comer.
Agustin, deixam en pau- dice el anciano uxense con indiferencia a las lagrimas de su amigo. Bebe el vino el anciano, paga, y se va diciendo:
Y a mí que me importan los pájaros.
Agustín queda llorando solo sobre la mesa. Los farandules vuelven a su resignación, solo se escucha en la televisión la cadena de antena tres hablando de las elecciones.
Entra en el sombrío bar el sonido de la megafonía de los coches con la música y los eslóganes de los partidos políticos.
Vuelve a caer una ligera lluvia, de esas tan frecuentes en el levante español a finales de marzo. El agua es acompañada con ráfagas de viento.
Un golpe de viento arranca la rama del algarrobo donde se encuentra el ponny que come bajo la lluvia las hierbas rancias y pobres de la montaña. Al caer la rama el animal sintiéndose libre por primera vez en su vida sale corriendo montaña arriba.
Camina Platero por la estribación de San Antonio. En ese lugar se encuentran dispersas por la montaña casetuchas para pasar el fin de semana y corrales. La mayoría de corrales son ocupados por perros de los cazadores. Varios perros de caza para el jabalí que exhiben unos cazadores al ver a Platero salen corriendo tras él. Los cazadores ríen y achuchan a los perros. Platero con los ojos despavoridos, rechinando, soltando vapor por la fosas nasales galopa seguido por la jauría de canes.
Un joven anarquista que tiene vivienda entre los pobres de San Antonio y se halla haciendo planes para realizar un boicot en las elecciones municipales, alarmado por el ruido de la jauría sale a la calle.
Encuentra a unos metros de su casa al ponny dando coces y mordiscos a los perros que lo tiene rodeado moviendo el rabo y sacando los dientes, como si fuera medio en broma medio en serio el acoso a Platero.
El anarquista entra en la casa y vuelve a salir con una pistola.
Realiza un par de tiros al aire, la jauría se dispersa desilusionada.
Compañero- le dice a platero el anarquista consolándolo- La vida es muy puta, un continuo luchar contra una jauría de canes carnívoros que solo la pólvora puede dispersar.
El ponny que tiembla de miedo se acerca al anarquista. Este le abraza y le ofrece maíz, el animal come y entra en la casa.
La casa es un caos de papeles. Por doquier hay libros y propaganda anarquista, poemas de Miguel Hernández, varios temporizadores y como pisapapeles de unas listas con nombre de empresarios tachados en rojo una pistola parabellum 9 milímetros.
Apaga el ordenador el anarquista y acaricia al ponny.
Vuelve a caer una ráfaga de aire y lluvia que trae del pueblo el sonido de la megafonía de los coches pidiendo el voto.
Platero empieza a devorar un Laurel plantado en una maceta. Mira de reojo a un pastor alemán y una perrita de caza que están tumbados en el sofá durmiendo.
El anarquista acercándose al laurel coge una rama dándole forma de corona que pone sobre su cabeza, dirigiéndose a los animales presentes les dice:
- Soy Caligula, atendedme ciudadanos de Roma y de Uixó, nombro a este ponny llamado Platero alcalde del pueblo, te cedo el bastón del mando.
El anarquista le entrega el laurel que porta sobre la cabeza y el ponny se lo come.

Angelillo de Uixó a jueves 19 de mayo, suceso acontecido en está mañana. Dedicado a Platero.

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