domingo, 3 de octubre de 2010

Ataque a Angelillo







Ataque a Angelillo

!Ya vienen los heraldos negros que merodean sobre Angelillo!
Llevan tiempo advirtiéndole desde las sombras y el anonimato que extinga su voz al que habla sobre la justicia social y contra los poderes fácticos, pero sus amenazas no le persuaden.
Ésta noche han cabalgado los cobardes bajo un cielo sin luna, sin atreverse a llamar en la oscuridad a las puertas de la guarida de montaña en la que vive Angelillo totalmente solo, para presentar ante él noble batalla.
Han atacado a su coche pinchando las cuatro ruedas y roto el manguito del radiador.
Con las primeras luces del alba Angelillo ha visto el ataque de los infames.
Poca sorpresa le ha causado está acción tan común en la España de los jinetes negros que cabalgan a lomos del rencor, del miedo, de las venganzas y de la pobreza.
A vosotros, todos aquellos que en los últimos meses habéis tenido una opinión contraria a la de Angelillo, por pensar erróneamente que vuestros intereses peligraban, Angelillo os responde:
Siervos de los caciques, del Ayuntamiento, de grandes las empresas locales de Uixó, vecinos que estáis en contra de llevar a iberdrola a los tribunales por las torres eléctricas.
Todos vosotros jinetes insignificantes que solo tenéis temor y cobardía, que os plegáis ante los golpes de la vida, que queréis silenciar una voz que os espanta, venir a por mi.
-Venir, venir, venir a golpearme, a atacarme, a humillarme, que yo aquí solo os aguardo en lo alto de una montaña, trabajando la tierra a la luz del día entre harapos, pero con la voz clara y sincera.
Los golpes que me dais, los que me ha dado la vida, no me someten, antes la muerte.
Venir a por mi jinetes negros, heraldos de gente poderosa, que os aguardo con una sonrisa y unos brazos dispuestos al combate.

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