El 26 de febrero acudí al juzgado de paz de Vall d´Uixó a
recoger un expediente reservado para mi. Se basaba en la instrucción efectuada
durante más de siete años por fiscales,
jueces, forenses, y demás funcionarios sobre escritos, vídeos, opiniones
publicadas por mi. Todo este material intrascendente, y en muchas ocasiones por
debajo de lo razonable; para sus señorías constituía graves delitos de los que era culpable,
calificados de “ delitos de odio y maltrato animal” Sobre el maltrato animal
sería fácil demostrar mi inocencia, ya que fue un perro que me dieron recogido
de la calle y enfermo, y al final supe hasta quien lo abandono, pero los de odio: ¿ Por qué este delito? Por
qué eran absurdos, y eso era lo que
ellos defendían el delito absurdo. Y no duraría su señoría y el fiscal en emplear la violencia, la coacción, lo
infundado, para justificar lo fundado, las pruebas que tenía contra mi en sus
siete años de riguroso estudio.
Bucearía, una y otra vez en mi alma hasta encontrar una
razón mía que le diera la razón.
Tienen razón: soy odioso.
Por eso la mayoría de gente cuando le cuento lo que me pasa,
lamenta mi situación,
En el trabajo, a mi compañeros cuando les enseñaba el auto de procesamiento ,
una compañera, tuvo un momento de gran compasiones y humanidad hacia, mi se
puso casi a llorar. Yo lo interprete que sería de pena, el fiscal diría que
sería de alegría. Entre mis amigos tuve la misma experiencia, y es que las personas llenas de odio hacemos llorar al
resto.
Ha habido quien me ha animados con estas palabras al conocer mi situación
penal.
Tú no has hecho nada, no te preocupes.
A lo que yo les respondo :
No me digas eso que me condenas a la hoguera, que tener la
razón es el peor de los delitos en España. Esto lo dijo, Quevedo que también
fue prisionero por hablar con razón y demasiado.
Ahora siendo razonable
y positivo dentro de las
circunstancias, sabiendo donde estamos, entre las manos de la justicia de
España, siendo pobre de solemnidad, sin abogado, y con necesidad el estado de
hacer una escarnio para tener asegurada la vigilancia y el castigo a los que
hablan demasiado, y contentos a los poderes económicos que defienden con hachas
y cadenas de los que los odian, ya puedo
darme por quemado. EL propio auto ya lo dice al final, renuncia a la salvación,
y me pide 14.400 euros de fianza, para que vea por donde van los tiros y me lo
pegue por odio.
Si por opinar, escribir esperpentos absurdos, quejarme de la
pobreza y el hambre que me han impuesto, hacer vídeos, crear personajes, me
piden penas de cárcel, entonces lo celebro. Y animo a la gente a que no se
autocensure por culpa mía, porque en el ADN de mis vídeos y mis escritos, nunca
ha estado el odio, como no lo está en
las personas a las que están metiendo en prisión acusadas por delitos similares
a los míos. Personalmente, práctico una
actitud y una ética que se basa en la
ecología y el respeto en la naturaleza, y me interesan las cuestiones sociales
y de conciencia. Yo soy víctima del odio de gente educada, que matan como
vampiros por la noche y con una sonrisa.
Y que manera mejor de festejar mis delitos de odio que con
una fiesta.
Por eso os muestro en un vídeo con un amigo que está conmigo
alrededor de mi mesa. Hay una lechuga del huerto acompañada de tofu. Es una
fiesta austera, de pobre, entre la indignidad y el caos que produce la miseria en las paredes de una casa.
Por poder seguir hablando lo festejamos.
De forma muy diferente a la gente grande y poderosa que
relato. En ocasiones en mis esperpentos
los meto en extrañas fiestas a
esa gente poderosa. En esos relatos, a veces adquieren forma de cerdos, pero no
lo hago por odio, sino que es un ejercicio de imaginación y amor al jamón que
yo no puedo comer porque no me llega más que ha ratón. Podría empezar así un
relato de odio:
Érase una vez jueces,
políticos, fiscales, gente de la casa real , ricos fabricante de armas en un
salón de fiestas. Es gente poderosa que
están juntos y solos, mirándose las garras unos a otros en el banquete servido
por una corte de enanos. Celebran después de unos atentados en Madrid, cosa que
le ha importado un carajo, que han vendido armas a Arabia Saudita por valor de
1.000 millones de euros. Lugar de donde procedían estos terroristas. Entre
tanto coge la policía a dos titiriteros que
torturan en un árbol del jardín donde celebran el banquete para amenizar
la fiesta….
Brindamos por la ley mordaza- le digo a mi amigo abriendo
una cerveza tras resumirle una distopia que quiero escribir.
Vale- me dice bebiendo.
He escrito esto en el taller de empleo, antes de ir a por el
auto- le comento- Quieres que lo lea.
Es tu fiesta, tu mandas- me responde.
No sé como titularlo, he puesto mostaza, porque estaba
almorzando lechuga con mostaza y me ha caído una gota en el folio.
Es un buen título, mostaza ley mordaza- añade con una
sonrisa.
Dice así- leo.
Despierta.
Has olvidado antes de salir de casa ponerte la mordaza.
Y puedes herir a alguien con tus palabras salpicándole de
odio
Como si le cayera del bocadillo la mostaza.
Apresurare a borrar lo que has comentado.
No temas censurarte ni sientas vergüenza.
Ángeles con sarpullidos vigilan tu conciencia para que sea
blanca y pura.
Es simple lo que has de decir:
El capitalismo es bueno.
Te pones la mordaza y sales de paseo con la camiseta de la
estatua de la libertad o el Che fabricada en China o en Tailandia
No sé porque hay gente que se pone a llorar cuando les hacen
callar
Cuando ángeles con mordaza los protegen para que sean libre
y felices dentro de un sistema que los vigila.
Despierta.
Estas en el paraíso aunque tenga algo de mostaza.
Un ángel de ojos rojos te observa.
Dale los buenos días y las gracias por su compañía.
Suenan unos golpes en la puerta.
Somos la policía.
La fiesta sigue en el cuartel- ¿ te vienes? Le pregunto a mi
amigo.
Bueno- me responde.
Angelillo de Uixó.
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