jueves, 22 de marzo de 2018
Síndrome de down- no nos mires, únete.
Durante la noche a la víspera donde se iba a celebrar con diferentes actos en cada municipio progresista de España el día internacional del síndrome de down, sufrí varios accesos de dolor psicológico causado por el pensamiento, y las hondas preocupaciones cotidianas de una mente normal en el abismo de la exclusión social. En estos momentos, no puedo saber a ciencia cierta como operó este cambio en mi metabolismo, sino es a través de una explicación mística, sobre el fortuito hecho de que me creciera un cromosoma más el día del síndrome de down. Pero no adelantemos acontecimientos clínicos forenses. La noche fue de una tremenda agitación que anunciaba mi transformación. ! Era imposible ya volver a ser normal!- por coherencia psicológica debería volverme subnormal. No es un camino fácil el mío, ni que puedas explicar a la mayoría de gente sin que te miren de forma extraña. Luego está la policía y sus conjeturas. Evidentemente, les preocupa que dado mi ejemplo, todo el mundo quiera volverse subnormal. Sin embargo, es menos peligroso volverse subnormal de lo que parece. A los políticos les preocupa solo por el tema de los impuestos: los imbéciles como sabemos no pagan impuestos. Pero eso lo modificarían con una ley sobre la estupidez, y el asunto se arreglaría milagrosamente mucho antes que el mal que nos aflige a los desdichados. Los empresarios acabarían ganando, y no verían con malos ojos a un ejército de idiotas proletarios en las fábricas, comercios, universidades, bancos, medios de comunicación.... Pero estas reflexiones sobre la subnormalidad, no es lo que no me dejo dormir esa fría noche envuelto en mis mantas junto mis perros. El caso era bastantes más peligrosos para mi seguridad personal. A las tres de la mañana, pese al frío reinante; me desperté acalorado y con dolor en el corazón. La causa había sido el extraño sueño que acaba de vivir. Este discurría en el momento en el que iba a la Agencia Local de Desarrollo, porque me habían llamado para hacer una entrevista para entrar en una escuela taller de jardinería. Llevaba mi curriculum bajo el brazo. Al entrar no percibí nada extraño. Evidentemente era un sueño, de lo contrario me hubiera mantenido alerta por lo extrañó que era que el Ayuntamiento me llamara, a mí, para un trabajo. Hubiera creído de inmediato que era una trampa para detenerme, y no hubiera acudido a la entrevista de trabajo. Como he de confesar que ha pasado varias veces, evitando de este modo el peligro- como finalmente paso en mi sueño-
La entrar a la agencia local, las entrevistadores que trabajan allí se lanzaron sobre mi, y me inmovilizaron los brazos. El concejal de empleo salió de detrás de la puerta con un revolver y me apuntó a la cabeza abriendo fuego al instante. Yo caí desplomado. En mi sueño podía verme como me cargaban los alumnos de la escuela taller de jardinería , y me enterraban en mi campo.! Entre mis habas!- incluso se permitían el gusto de comérselas y de discutir ferozmente entre ellos porque ninguno quería cavar. El profesor les tuvo que obligar con amenazas de hacerles lo mismo que a mi, para que me enterraran. En mi sueño, yo escuchaba mis perros llorar. En ese momento, no pudiendo aguantar ver más aquello, desperté llorando. No volví a dormirme. me levanté muy abatido empezando a caminar por el cuarto envuelto en mantas esperando a la madrugada que no llegaba. Cuando lo hizo , salí mal vestido y sonámbulo. La cabeza la tenía cargada, el estomago vacío. Notaba como unas nauseas se adueñaban de mi. Era unas nauseas que no nacían de una respuesta fisiológica, sino verdaderamente psicológica. Caminaba sin rumbo despeinado, con un abrigo lleno de manchas: me cruzaba con la gente que pasaban por mi lado indiferentes, yo iba murmurando la verlos: !canallas! El mundo está lleno de canallas, la vida es una canallada. Estuve dando vueltas un par de horas. Cerca de las nueve contemplaba la pequeña huerta medio descuidada con habas, lechugas, tomateras del colegio de la avenida suroeste. Las madres acudían con sus hijos al colegio. Todas sonriendo. Había un grupo de las más peligrosas, progresista que hacen yoga, y que entienden de una forma estúpida la igualdad entre personas. Estas vanaglorian de sus ideas liberales que apeas entienden. Este día, pude comprobar que hacían proselitismo los progresistas del síndrome de down. Habían desplegado una pancarta donde se normalizaba la enfermedad. Se veían afectados con este genotipo que habían llegado a lo más alto de sus profesiones:
Habían un síndrome de down almirante de submarinos, otro médico, uno era senador conservador y pedía cambiar la ley para pedir la cadena perpetua también para los enfermos mentales, también los había en el mundo de la cultura, un down torero, otro boxeador campeón del mundo, el vencedor de Mohamed Alí. El cartel anunciaba una conferencia en la biblioteca sobre un polémico director underground de cine down, Malcon triple cromosoma X , que había hecho una película para semana santa donde Cristo era down.
Presa de una profunda agitación nerviosa, salí de allí corriendo tras gritar a las mujeres y a sus hijos:
canallas.
Escuché a lejos algunos comentarios de las mujeres progresista hacia mi:
!que desgraciado! hombre tenía que ser, son todos iguales, unos intolerantes.
otra le decía a esta:
es un machirulo. no soportan la igualdad, ni a los diferentes, ni el amor.
sin darme cuenta, atravesé unas puertas verdes. Dentro era todo muy extraño. Había una televisión encendida. unas cabezas de toros en las paredes, banderas de españa colgando, y hombres apenados por todos los rincones bebiendo.
Me palpé instintivamente los bolsillos y encontré unas monedas. El hombre que había tras la barra esperaba una petición mía . la dí dejando las monedas en la barra mientras los parroquianos me miraban en silencio para ver que tipo de hombre era:
Un café con leche. fuerte de café, la leche agria y nada de azúcar.
Marchando comentó recogiendo las monedas que dejé.
la normalidad volvió al lugar una vez comprobaron que era como todos.
Observé a mi alrededor. Se trataba de gente sucia, sin recursos económicos, de clase obrera venida a menos. Impotentes, puteros. Pervertidos en su mayoría, abandonados al canallismo y la estupidez. Sufrían mucho cada hora, cada minuto, cada segundo de existencia. No sabían evitarlo, y eso les hacía sufrir más. Pensé, eso es bueno, que sufran como yo. nos hace hermanos en el dolor y la desdicha.
Escuchaba hablar a un hombre de mediana edad, con una larga barba canosa y gordo, sobre lo imperioso que era poner la cadena perpetúa a los delincuentes, y tirar a los emigrantes del país. Estuvo un rato maldiciendo a todo el mundo ( yo reía por dentro) llamaba vago a todo ser viviente que al parecer no fuera español ( así es, así es, me decía yo) Todos le daban la razón con la cabeza, aunque seguramente le estarían llamado gilipollas por dentro. Silenció de súbito cuando entro un hombre al que el propio gordo llamó Paco. Su presencia le incomodo y le atemorizó. El tal Paco se fue directo al gordo y empezó a llamarle con todos los adjetivos que había utilizado para designar este a los emigrantes. al parecer le debía 100 euros a este "Paco" de un trabajo que habían realizado de albañilería juntos. el gordo se los había quedado como extra al ir a cobrar, mintiendo a su socio de lo que le habían dado. El gordo juraba y juraba que había sido honesto con su socio, que él no se manchaba las manos ( y las mostraba a su publico ) por 100 euros. Y le preguntaba a Paco acalorado, sonrojado:
¿ quien te ha dicho eso para que haga justicia con ese canalla?
AL final ambos se fueron a buscar al canalla juntos tras pagar lo que había consumido sacando un billete de 100 euros. Una vez se fueron Paco y el gordo racista aquello decayó mucho. Se escuchaba la televisión, a la que dirigí por primera vez desde que entré la atención. Vi a Mercedes Milá , una periodista amarilla, seleccionando los cuerpos de los chicas y chicas que iban a entrar a la casa del Gran Hermano. Entre los requisitos que debían tener los aspirantes, estaba el apenas tener diferencias psicológicas entre ellos, y el ser hiper activos sexualmente y atrofiados mentalmente. Sin embargo, estaban encantados al parecer por quitarse el peso de encima del pensamiento, y quedarse solo con el cuerpo. Tendrían casa, comida, ocio, sexo, por hacer el subnormal, un oficio muy rentable. Pagué mi café y me fui de ese lugar confuso. Volví a casa tiritando, con fiebre y asco. Un profundo asco hacia la humanidad que nacía de mi pensamiento. Fui vomitar al cuarto de baño. Estaba de rodillas frente al WC vomitando . cuando al incorporarme tambaleándome me apoyé, frente a la pila donde hay un espejo. Me contemplé con la boca abierta, restos de vómitos, mis ojos se clavaron en mi propia imagen que me hablaba:
!Podrías ser tan feliz Ángel, y sin saberlo!
Si, tu, tu , podrías ser tan feliz, sin ser un canallas ni un bribón, ni el rey de España. Siendo un subnormal, como los de Gran Hermano. Piensa , comida, casa limpia, puterio. Nada de complicarse la vida, nada de dejar pasar un segundo de placer.
!Abajo el dolor viva la estupidez!
grité despavorido por lo que escuchaba.
calla imagen calla, pervertida, maldito alter ego. A estas alturas manchas verdes. he pasado media vida de dolor y gritando entre canallas a los que he querido mejorar. ¿ para acabar siendo un idiota?
di mejor asesinar Ángel. No te importaría matarlos antes de mejorarlos. Eres un fascista.
(con tono de reproche ante el espejo)
Es lo que merece la humanidad entera, maldita imagen, soy un anarquista y la humanidad: canallas.
la imagen.
eres un fanático.
a la imagen, autocompasivo.
un desgraciado, maldita seas imagen.
(con lágrimas blancas)
Un pobre paria, un desdichado.
se un idiota Ángel. puedes ser feliz aún.
con dudas, defendiendo la coherencia.
Mis padres me han dado una herencia cromosómica normal y plebeya... imagen desgraciada.
la imagen.
De la que te has descolgado Ángel porque no la aguantabas. se sincero como un síndrome de down. A estas alturas es lo único que te debes, por lo menos se sincero contigo mismo . Muchas preocupaciones, mucho trabajo como el de tu campo para no ganar nada. noches de insomnio y días sin sentido. Mira como vives, en la suciedad,, sin esperanzas, bloqueado, y rodeado de enemigos. Esperando que la policía te pegue un tiro, o un gitano una puñalada, o acabar en la cárcel o un frenopático por ser tan coherente. como un imbécil puedes ser el enemigo de la gente normal. Te daré un cromosa de más y serás un verdadero mongol. Podrás personar como idiota a la humanidad entera. No tendrás que ser un canalla como la gente que te rodea. Perdona, perdona a la humanidad entera, incluso a los humanitarios que viven acomodados.
Se te abrirán las puertas para ser feliz.
te abrazaran cuando te vean en la calle.
Nunca imaginaran que eres un peligro para ellos.
Escucharás que te dicen que eres un personas muy especial.
Podrás reírte en su cara como un mongol. cada vez más fuerte.
le pondrás humor a tu desprecio hacia esa canalla repleta de hipocresía.
La imagen desparece queda la boca abierta, un hilo de baba resbalando por la comisura de los labios y la mirada en blanco.
el médico de la seguridad social para el informe de servicios sociales certifica:
Ángel Blasco Giménez, idiota profundo. necesita cuidados, dos jovenes asistentas a su cargo, paga mensual, y reposo absoluto. al idiota lo que le pertenece al idiota.
Angelillo de Uixó.
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